Negociación en el bazar persa

No es preciso ser un experto en farsi para entender la estrategia de la teocracia chiita.

Walter Goobar
“Estos tipos son de amianto, están blindados!", confió un sorprendido Néstor Kirchner a sus íntimos tras el fallido intento de acercamiento a los líderes iraníes que el entonces presidente hizo durante la Asamblea General de la ONU en 2004.
Kirchner y su canciller Rafael Bielsa habían pergeñado la propuesta de que los sospechosos del atentado contra la AMIA fuesen juzgados en un tercer país, Marruecos, como una manera de destrabar el conflicto que se remonta a la voladura de la mutual judía. La gélida mirada de los iraníes y la perpetua amenaza subyacente en todas las reuniones secretas que percibieron todos los negociadores, hicieron que Néstor y Cristina Kirchner instauraran como política de Estado la denuncia contra Teherán sin subirse al carro de la demonización propiciada por EE UU e Israel.
Pese a todas las concesiones sin precedentes ofrecidas por el canciller Héctor Timerman, el vocero del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, declaró este martes que "el tema de la indagatoria de un responsable iraní es totalmente falso, parece que los que se inquietan por este acuerdo (con Argentina) difunden este tipo de informaciones". Mehmanparast salió así al cruce de lo que había anunciado el canciller argentino. El 30 de enero, Timerman, anunció que el ministro de Defensa y sospechoso Ahmad Vahidi sería indagado por un juez argentino en Teherán como parte del acuerdo bilateral para investigar el atentado.
Esta no es la primera vez que Meh-manparast desautoriza a Timerman. Tras la primera rueda de conversaciones fue elocuente. "El gobierno de Teherán condena y rechaza los cargos de terrorismo contra sus ciudadanos", dijo, y agregó que su país "está dispuesto a participar en una amplia investigación sobre el caso de la AMIA para ver quiénes estaban realmente detrás del atentado". No es preciso ser un experto en farsi para entender la estrategia. "Los responsables iraníes y argentinos aceptaron cooperar para esclarecer este caso, el acuerdo sigue su curso y ayudará de manera segura a resolver el problema", argumenta el portavoz iraní.
Técnicamente, el vocero iraní tiene razón porque la indagatoria está contemplada en el punto cinco del acuerdo, mientras que el cuatro prevé un consenso para la indagatoria al que nunca se llegará. Esto no es nuevo. Es una práctica milenaria. El canadiense Peter Brooks, con 14 años de experiencia académica en Irán y autor de un manual para negociar con los iraníes, advierte en las páginas de la revista Foreign Policy que "los negociadores iraníes son muy hábiles a la hora de evitar la necesidad de definir conceptos de manera concreta y de vincularlos a políticas específicas".
Tiempo Argentino
13-FEB-2013