Chile, dos mujeres y dos historias

A 40 años del sangriento golpe de Estado que desalojó a Allende del poder, dos amigas de la infancia separadas por el golpe de Estado de Pinochet –Michelle Bachelet y su compañera de juegos Evelyn Matthei–, se enfrentan en las urnas.

Por Walter Goobar
Para Tiempo Argentino
Ni el más delirante novelista –y me cuento con orgullo como uno de ellos– podría haber imaginado una historia más inusitada, de dos amigos con destinos tan contrarios.
Uno que muere por haber tenido el coraje, pero tal vez no la prudencia, de aceptar, con rango ministerial, un puesto en el gobierno de Salvador Allende. Y el otro que vive con excesiva prudencia y sin coraje para convertirse por dos años en el ministro de Salud de Pinochet y enseguida, durante trece años, integrante de la Junta", escribe el novelista chileno Ariel Dorfman para retratar en pocas pinceladas el drama político y humano que representan las elecciones presidenciales chilenas del próximo domingo. Es que a 40 años del sangriento golpe de Estado que desalojó a Allende del poder, dos amigas de la infancia separadas por el golpe de Estado de Pinochet –Michelle Bachelet y su compañera de juegos Evelyn Matthei–, se enfrentan en las urnas. Las dos principales contendientes de la puja electoral parecen salidas de la afiebrada mente de Dorfman: "La hija de Alberto Bachelet que llegaría a ser ministro de Salud y después de Defensa en el gobierno de centroizquierda de Ricardo Lagos y la hija de Fernando Matthei que fue senadora y después ministra del Trabajo en el gobierno conservador de Sebastián Piñera. La socialista que fue presidenta de Chile y la derechista que aspira a serlo.
Evelyn Matthei, nacida en 1953, y Michelle Bachelet, que vino al mundo en 1951, son hijas de dos generales amigos de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) y compartieron sus años de infancia en su paso por la base aérea de Quintero, una localidad situada en la costa central, a unos 150 kilómetros de Santiago. La infancia y la adolescencia de ambas fue tranquila y sin mayores pormenores hasta el 11 de septiembre de 1973, fecha en la que las Fuerzas Armadas dieron el golpe de Estado a las órdenes de Augusto Pinochet. Alberto Bachelet, el padre de la candidata presidencial, que por aquel entonces ocupaba un puesto en la Dirección de Contabilidad de la FACh, se opuso a la asonada.
Tres días después de que Salvador Allende muriera, dos generales fueron a casa de los Bachelet a buscarlo. "Estuve 26 días arrestado e incomunicado. Fui sometido a tortura durante 30 horas (ablandamiento) y finalmente enviado al Hospital Fach (...). Me quebraron por dentro, en un momento, me anduvieron reventando moralmente", escribía el padre de Michelle en una carta a su hijo Alberto, que vivía en Australia.
A comienzos de 1974, Bachelet fue trasladado hasta la Academia de Guerra de la Aviación (AGA). Al mando de la institución se encontraba Fernando Matthei, el padre de Evelyn Matthei, la actual candidata de la Alianza.
"Me disgusté mucho. Me sentí sumamente contrariado", diría años después Fernando Matthei en una entrevista publicada por el periódico La Tercera en 2009. Intentar salvar a su amigo Bachelet era renunciar a la institución. Matthei no dio ese paso. "Confieso que nunca lo fui a visitar ni al subterráneo de la academia ni a la cárcel, hecho del cual me avergüenzo. Tal vez en esa oportunidad primó la prudencia por sobre el coraje", añadió.
Alberto Bachelet moriría el 12 de marzo de 1974 como consecuencia de un infarto producto de la torturas recibidas por sus compañeros militares. Fernando Matthei no fue al funeral. Su hija Evelyn ha repetido en varias ocasiones que la muerte de "tío Beto" le impactó: "Para mí fue una pena y un golpe muy fuerte."
Aunque en varios procesos posteriores la Justicia chilena determinó que al entonces coronel Matthei no le cabía culpa penal en la muerte del general Bachelet –debido a que los subterráneos donde apremiaban a su compañero de armas estaban fuera de límites para todo personal que no perteneciera a la fiscalía militar–, otra cosa es la responsabilidad moral.
Michelle y su madre, Ángela Jeria, partieron al exilio, y cuatro años más tarde regresaron a Chile gracias a la intervención de Fernando Matthei, que ya era director general de la FACh. En esa época, su antigua compañera de juegos, Evelyn Matthei, era una ingeniera comercial titulada en la Universidad Católica, que trabajaba como subgerente de Bancard, de propiedad de Sebastián Piñera, el actual presidente de Chile.
La democracia sorprendió a Michelle y a Evelyn en trincheras distintas. La hija del general Bachelet había terminado Medicina en la Universidad de Chile y militaba discretamente en el Partido Socialista. Nadie se imaginaba su impresionante carrera política, que en tan sólo seis años le permitió llegar al Palacio de La Moneda.
La hija del general Matthei empezaba su carrera política en 1990 como diputada de Renovación Nacional por Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura, tres comunas santiaguinas. Desde entonces, las dos candidatas no hablan demasiado.
Y es aquí donde la historia de Chile nos ofrece otra sorpresa. El tercer candidato es Marco Enríquez, hijo de Miguel Enríquez, líder del MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), abatido por la policía secreta en una calle de Santiago el 5 de octubre de 1974. Dejando tras sí a un hijo de un año y medio de edad, que ahora, casi cuarenta años más tarde, le está pisando los talones a Evelyn Matthei. Si Marco puede, en efecto, repetir el 20% de los votos que consiguió con su candidatura a la presidencia en las elecciones de 2009, logrará desplazar a la hija del general Matthei, para enfrentar a Michelle Bachelet en una posible segunda vuelta, permitiendo que el pueblo de Chile elija entre dos candidatos progresistas.
"Si hay una insinuación de justicia divina en la derrota que Evelyn va a sufrir incontestablemente a manos de Michelle, un hecho maravillosamente simbólico que la hija de Alberto triunfe sobre la hija del hombre que abandonó a su padre, ¿no sería más que divino y justo que el hijo del guerrillero e insurrecto Miguel Enríquez dejara fuera de juego a la candidata del pinochetismo? Que el hijo de una de las víctimas le ganara a la hija de uno de los cómplices de esa política de exterminio sería una muestra definitiva de que Chile le ha dado para siempre la espalda al legado de Pinochet", sentencia Dorfman.
Tiempo Argentino
12-NOV-2013