Washington y Moscú desempolvan el Teléfono Rojo

Este fin de semana, el teléfono rojo debe haber sonado en la Sala Oval de la Casa Blanca para advertir que Moscú planea suspender las inspecciones de armas estratégicas (START), lo que implica –nada mas ni nada menos–, que formalizar el retorno a la Guerra Fría.

Walter Goobar
paea Tiempo Argentino
La Crisis de los Misiles tuvo su epicentro en Cuba en 1962 y pudo haber sido el detonante perfecto para el estallido de una guerra nuclear, porque durante las 12 horas que tardó en ser decodificado el mensaje del premier ruso Nikita Kruschev, podría haberse desatado una tragedia que hubiera concluido con un Holocausto nuclear. Desde entonces, Washington y Moscú evitaron las confrontaciones directas, librando sus guerras a través de terceros países en los cinco continentes e inauguraron una línea entre la Casa Blanca y el Kremlin que fue bautizada como "Teléfono Rojo", aunque nunca fue rojo ni un teléfono sino una teletipo, que ahora fue remplazada por videoconferencia. A lo largo de los años aquel falso teléfono sirvió para desactivar crisis y prevenir que un gesto mal entendido hiciera que el hombre al otro lado de la línea apretara el botón de lanzamiento de misiles nucleares intercontinentales. Sin embargo, ese discreto testigo de los peores entretelones de la Guerra Fría nunca había recuperado su protagonismo al nivel que lo ha hecho en los últimos días.
Este fin de semana, el teléfono rojo debe haber sonado en la Sala Oval de la Casa Blanca para advertir que Moscú planea suspender las inspecciones de armas estratégicas (START), lo que implica –nada mas ni nada menos–, que formalizar el retorno a la Guerra Fría.
Horas después de aquel llamado, filas de tanques fueron divisados partiendo desde las bases rusas hacia la península de Crimea, según informa la publicación especializada Debka. La operación de blindados forma parte de una movilización de las defensas aéreas y costeras rusas para un simulacro de un mes y constituye una inequívoca demostración de fuerza para evitar la interrupción de EE UU y la OTAN en el referendo secesionista que se llevara a cabo en Crimea. Por si a Washington le quedaba alguna duda de que los rusos hablan en serio, el Ministerio de Defensa anunció en Moscú: "Rusia está considerando la posibilidad de poner fin a las inspecciones extranjeras de su arsenal estratégico de armas, incluyendo misiles con capacidad nuclear, en respuesta a las 'amenazas' de Estados Unidos y la OTAN sobre la crisis de Ucrania".
Un funcionario del ministerio de defensa de alto rango, que no fue identificado, dio a conocer esta declaración a todas las agencias de noticias rusas: "Las amenazas infundadas hacia Rusia desde los Estados Unidos y la OTAN sobre su política en Ucrania son consideradas por nosotros como un gesto inamistoso que permite la declaración de circunstancias de fuerza mayor." Con esta declaración, Moscú anuncia que debido a "circunstancias de fuerza mayor" ya no se siente obligado por su compromiso con las inspecciones internacionales en virtud del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) con Estados Unidos y el Documento de Viena entre los estados miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El tratado START, firmado entre Estados Unidos y Rusia en 1991, encaró la reducción mutua de ojivas nucleares y los misiles nucleares manejados por submarinos de las dos potencias, bajo inspección internacional. La firma del primer tratado marcó el final histórico de la Guerra Fría y la desintegración del bloque soviético.

Hace dos años, los presidentes Barack Obama y Dmitri Medvédev renovaron el tratado. Vladimir Putin ahora amenaza con abdicar del pacto de 23 años, advirtiendo a los Estados Unidos y Occidente que Moscú está dispuesto a volver a la postura beligerante mantenida por la Unión Soviética en la Guerra Fría, a menos que se dé marcha atrás en las medidas punitivas en la disputa con Ucrania.
En una conversación telefónica con el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, advirtió contra "medidas apresuradas e imprudentes que puedan causar daño a las relaciones ruso-estadounidenses, en particular sobre las sanciones que,dijo, "inevitablemente golpearán a los Estados Unidos como un boomerang".
En medio de la espiral de tensiones entre Moscú y Occidente sobre el destino de Crimea, Rusia movilizó a sus defensas aéreas y costeras y a más de 1000 unidades de misiles y tanques para un simulacro de un mes de duración en Kapustin Yar, a unos 450 km de la frontera con Ucrania, en el distrito de Astrakhan. Fuentes militares citadas por Debka, informan que esta instalación es el hogar de una de las mayores bases de misiles de Rusia. El ejercicio abarca la totalidad del mes de marzo y principios de abril, incluyendo el 16 de marzo, cuando tendrá lugar el referéndum sobre la secesión de Crimea y sus secuelas.
Concluirá con ejercicios de fuego real y el despliegue de sistemas de defensa aérea a principios de abril, cuando Moscú calcula que pueden ser necesarios para frustrar cualquier intento de interrumpir la prevista adhesión de Crimea para unirse a la Federación Rusa.
El referéndum pedirá a los alrededor de 3 millones de ciudadanos de Crimea elegir "sí" o "no" sobre la conveniencia de seguir formando parte de Ucrania o de separarse de Rusia. Dado que alrededor del 65% de los votantes son de origen ruso, el futuro de la región no es difícil de predecir.
El Parlamento ruso anunció la votación de un proyecto de ley que permita la anexión de Crimea a la Federación de Rusia que tras la solicitud de la mayoría se llevaría a cabo el 21 de marzo.
El viernes 7, Barack Obama, recalentó durante una hora el Teléfono Rojo para conferenciar con el presidente Vladimir Putin, pero fracasó en su intento de convencerlo de que el referéndum era una violación del derecho internacional, haciéndose eco de los líderes de la Unión Europea.
Después de la imposición de sanciones a las personas con complicidad separatista de Crimea de Ucrania, Obama instó al líder ruso a cancelar el referéndum y regresar sus fuerzas a las bases que Rusia posee en arrendamiento en Crimea.
"Absolutamente ilegítimo" respondió Putin sobre el régimen de Kiev y sus decisiones. Dijo que apreciaba la importancia de la relación ruso-estadounidense para la seguridad mundial, pero sostuvo que las relaciones bilaterales "no deben ser sacrificadas por cuestiones individuales internacionales".
El coronel Oleg Kochetkov, del comando distrito Kapustin Yar, describió el nuevo despliegue ruso como el ejercicio más grande jamás realizado por unidades de defensa aérea del distrito militar occidental. "Es la primera vez que todas las unidades de defensa aérea del distrito, incluyendo las defensas costeras de la Flota del Norte, se han reunido en un solo lugar."
Tomando parte en el ejercicio están los misiles S-300 de largo alcance tierra-aire, los misiles Buk-M1 de mediano alcance y los de corto alcance Strela-10.
Fuentes militares citadas por Debka informan que Kapustin Yar es el hogar de una de las mayores bases de misiles de Rusia. Desde ahí, el ejército probó el 3 de marzo su nuevo sistema de misiles antiaéreos S-500, seguido al día siguiente por la prueba de lanzamiento de un Topol RT-2PM (nombre en código de la OTAN SS-25 Sickle), un misil balístico intercontinental (IBCM).
Esta ráfaga de impulso militar ruso está en parte como respuesta a las medidas militares anunciadas por el Pentágono en las últimas 48 horas: el USS Truxtun –destructor con misiles teledirigidos cruzó el Bósforo en el Mar Negro para unirse a la flota de la OTAN y sus aliados Rumania y Bulgaria en un ejercicio naval, el día después de que el Pentágono diera a conocer sus planes para poner otros seis aviones de combate estadounidenses F-15 en una misión de patrulla aérea en los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania.
Doce cazabombarderos de EE UU F-16 y 300 militares van a participar en maniobras militares en Polonia y se prevén más ejercicios militares de Estados Unidos en las áreas alrededor de Rusia a partir del domingo.
TIEMPO ARGENTINO
11-03-2014