Diez días después de que el vuelo MH370 de Malaysia Airlines
se esfumara de los radares civiles con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, las operaciones de búsqueda han adquirido una nueva dimensión, con 25 naciones implicadas, algunas de ellas probablemente reticentes a compartir informaciones de sus radares militares
Walter Goobar
Diez días después de que el vuelo MH370 de Malaysia Airlines
se esfumara de los radares civiles con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, las operaciones de búsqueda han adquirido una nueva dimensión, con 25 naciones implicadas, algunas de ellas probablemente reticentes a compartir informaciones de sus radares militares o sus satélites que podrían revelar sus capacidades de vigilancia y defensa aérea o todo lo contrario, sus debilidades. Las reticencias a intercambiar información considerada sensible puede haber relentizado la cooperación, especialmente entre China y Malasia.
"No se descarta ninguna línea de investigación, pero los últimos datos apuntan a que la desaparición del avión fue un acto deliberado", afirmó el primer ministro malasio, Najib Razak,que sin llegar a confirmar que se trata de un secuestro, sí confirmó que alguien apagó las comunicaciones del vuelo MH370, desvió su rumbo e hizo que el avión volara al menos 7 horas más después de desaparecer de los radares.
Las autoridades de Malasia creen que el Boeing 777-200 dio media vuelta cuando se encontraba sobre el mar del sur de China, se dirigió hacia el oeste, cruzó de nuevo la península de Malasia y se internó sobre el estrecho de Malaca. A partir de ahí, pudo dirigirse varios miles de kilómetros al noroeste, hasta los confines del Himalaya, o emprender rumbo suroeste e internarse en el océano Índico sur y volar hasta quedarse sin combustible y estrellarse en el mar. El arco de posibles rutas, que incluye zonas de China, Pakistán, India o Indonesia, cruza algunas de las regiones con mayores defensas del mundo.
El hecho de que los radares militares malasios detectaran el avión, pero no hubiera, aparentemente, ningún movimiento para interceptarlo es sorprendente, y puede indicar las lagunas existentes en el sistema de vigilancia aérea global y las limitaciones de algunos radares militares.
"Alguien con experiencia esta detrás de todo esto", afirmó un funcionario del Gobierno malasio, que añadió que tuvo que ser una persona que conociera muy bien la aeronave y su funcionamiento. Probablemente por ello, la policía malasia allanó la casa del piloto del avión Zaharie Ahmad Shah para buscar evidencias que ofrezcan alguna pista sobre qué le pudo suceder al vuelo de Malaysia Airlines.
"Bueno, buenas noches", fueron las últimas palabras que recibieron desde la cabina del avión del pasado viernes. Los investigadores no saben todavía quién las pronunció, si el piloto, el copiloto, Abdul Hamid Fariq, o alguien más que estaba con ellos en la cabina.
Estos datos y el que se conocía este sábado que apunta a que el avión pudo ser conducido hacia dos puntos, Indonesia o entre Kazajistán y Turkmenistán, han provocado que los investigadores estén considerando la posibilidad de que uno de ellos estuviera involucrado en la desaparición del avión, según declaró el ministro de Transporte malasio. Según las autoridades, alguien pudo seguir volando, pero no podían o no quisieron comunicarse.
La policía ha confirmado que estudia sus perfiles psicológicos, sus antecedentes familiares y contactos, como una de las muchas vías de investigación sobre lo que pudo haber pasado con el vuelo MH370.
Los pilotos Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, y Fariq Abdul Hamid, de 27, eran considerados hombres respetables y sociables. Zaharie llevaba más de 20 años volando y más de 18.000 horas en el aire, según informó la compañía. Era un fanático de la aeronáutica hasta tal punto de tener un simulador de vuelo en su casa para continuar practicando cuando no se encontraba en el aire. y que ahora la policía está analizando.
Aunque se conoce muy poco sobre el copiloto, el imán de una mezquita cerca de su casa en un barrio de clase media de Kuala Lumpur lo definió como "buen muchacho, buen musulmán, humilde y tranquilo".
El avión despegó de Kuala Lumpur a las 00.41 hora local (16.41 GMT del viernes 7) y tenía previsto aterrizar en Pekín unas seis horas más tarde, pero desapareció de los radares unos 40 minutos después del despegue.
El Boeing disponía de combustinle para 7 horas y media de vuelo, según Malaysia Airlines, y transportaba a 239 personas: 227 pasajeros, incluido 7 menores, y una tripulación de 12 malasios.
Este lunes se supo que en el avión desaparecido viajaba una veintena de empleados de alto rango de la compañía estadounidense de semiconductores Freescale que es una empresa líder mundial en aplicaciones de procesamiento integrados para productos líderes en industrias como la automovilística, entre otras. La empresa fue creada a partir de la división de semiconductores de Motorola en 2004. Freescale se centra en el mercado de los sistemas integrados y las comunicaciones y algunos de sus productos tienen usos militares.
Los empleados desaparecidos eran ingenieros o especialistas que participaban en proyectos clave para racionalizar y reducir costos en las instalaciones de fabricación de China y Malasia, informa Reuters.
La organización policial internacional Interpol confirmó que al menos dos de los pasaportes utilizados en el vuelo figuraban en su lista de documentos robados y desaparecidos, al tiempo que señaló que está verificando otros.
Se trata de un pasaporte italiano y otro austríaco, ambos robados en Tailandia en 2012 y 2013 respectivamente, indicó Interpol en un comunicado. La organización precisó que está llevando a cabo controles sobre los otros pasaportes de los pasajeros del vuelo.
Las autoridades de Malasia estudian las imágenes de un circuito cerrado de televisión (CCTV) en las que aparecen los dos pasajeros que utilizaron pasaportes falsos para embarcar.
El italiano Luigi Marald y el austríaco Christian Kozel aparecen en la lista de 227 pasajeros que viajaban de Kuala Lumpur a Pekín el sábado, pero ninguno de los dos se encontraba en Malasia ese día. A Marald le robaron el pasaporte hace un año en Tailandia, donde pasa estos días, y Kozel se halla en Austria y, como al primero, le sustrajeron el pasaporte en Tailandia dos años antes, según han comprobado las autoridades.
Un ciudadano chino, cuyo número de pasaporte figuraba en la lista de pasajeros, no estaba a bordo del avión, según informaron los medios oficiales chinos.
Ese supuesto pasajero vive en la provincia de Fujian (al este) y todavía está allí, aseguran a la agencia oficial china fuentes policiales. El dueño de ese pasaporte afirma, además, que no le han robado el documento y su nombre no coincide con ninguna otra persona de las que iba en el avión.
Según informaciones del diario 'The New York Times' que no fueron desmentidas por el primer ministro malasio, el avión efectuó un brusco giro hacia el oeste tras desaparecer de los radares civiles malasios y subió a 45.000 pies (13.725 metros), por encima del máximo autorizado al Boeing 777-200.
Luego, cruzó la Península de Malaya a distintas altitudes y se adentró en el Estrecho de Malaca. El último dato de los radares militares malasios, según el citado rotativo, sitúa el avión a 29.500 pies (9.000 metros) y al noroeste de la isla de Penang rumbo de las islas de Andamán.
Najib explicó que el avión siguió emitiendo señales a un satélite hasta las 08.11 hora local (00.11 GMT) del mismo sábado.
De esta manera, la búsqueda del avión desaparecido de Malasyan Airlines se extiende ya por medio mundo. La aleatoriedad de lo sucedido tras la desaparición y las posibles rutas hace que la zona de rastreo cubra una distancia de 10.000 kilómetros, la que va del sur Kazajistán y Australia, abarcando gran parte del océano Índico.
Tres investigadores franceses ya han llegado a Kuala Lumpur para sumarse a una búsqueda sin precedentes. Los expertos galos aportarán su experiencia en el rastreo del avión de Air France que se estrelló en el Atlántico en 2009. La dificultad es mayor en este caso, afirma uno de ellos, Jen Paul Troadec, ya que las comunicaciones se cortaron de forma voluntaria.
Los investigadores no dejan de contemplar ninguna hipótesis, desde el secuestro, al sabotaje, pasando por el suicidio de los politos o el asesinato en masa. Por ello, siguen investigando a los pasajeros y miembros de la tripulación del vuelo, por si encontraran alguna pista, ya sea personal o de conexión con alguna célula terrorista.
El sudeste asiático se encuentra inmerso en una carrera de armamento desde hace años, debido, en particular, a las tensiones territoriales en mar del Sur de China, donde varios países —entre ellos, China, Filipinas, Vietnam, Malasia y Taiwán— se disputan aguas y archipiélagos. Una muestra de la carrera de armas es el gran despliegue de equipos de vigilancia marítima y defensa aérea registrado en la feria aérea de Singapur —la más grande de Asia—, celebrada el mes pasado.
La desaparición del avión plantea serios interrogantes sobre la fortaleza de los sistemas de defensa aérea regionales e incluso globales. Según algunos especialistas, la realidad es que gran parte del espacio aéreo sobre el mar y en muchos lugares también sobre tierra carecen de cobertura con radar sofisticada, lo que cual puede poner en una situación embarazosa a los gobiernos de algunos países por cuyos espacios aéreos pudo pasar el avión desaparecido.
Tiempo Argentino
18-MAEZO-2014