En los papeles de Panamá prácticamente no aparece ninguna empresa norteamericana, ningún político, ninguna celebridad de esa nacionalidad. ¿Será que los #PanamaPapers tienen un trasfondo absolutamente político y con una estrategia claramente preconcebida?
Walter Goobar
Desde Buenos Aires
En 2010 y 2011 la divulgación de los cables del Departamento de Estado de Estados Unidos, coordinada por Wikileaks en un trabajo conjunto con diversos medios de distintos países permitió a las sociedades hacerse una idea del grado de descomposición de los poderes públicos y de la sistemática intervención de Washington en los asuntos internos de otros países; dos años más tarde las revelaciones de Edward Snowden mostraron la faceta del gobierno estadunidense como espía del mundo; ahora, el conjunto de revelaciones conocido como #panamapapers, una filtración de 11.5 millones de registros de la firma consultora Mossack-Fonseca, con sede en Panamá y sucursales en distintos puntos del planeta,
pone en evidencia la manera en que políticos, potentados, personalidades públicas y delincuentes del mundo esconden sus riquezas y «lavan» sus capitales, sea para escamotearlos a la acción de la justicia, para eludir al fisco, para disimular conflictos de intereses o simplemente para encubrir patrimonios impresentables.
A diferencia de lo ocurrido con Wikileaks, Julian Assange y Edward Snowden, en este caso resulta más complejo entender quién o quiénes y con qué objetivos lograron filtrar la mayor cantidad de documentos de la historia a traves del diario Süddeutsche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de investigación, particularmente, si se tiene en cuenta que dicha información pone en el banquillo a más de 140 líderes y figuras mundiales y a miles de empresas y corporaciones globales por delitos fiscales y de manejo ilícito de capitales.
Pero hay una sorpresa aún más grande: en la investigación prácticamente no aparece ninguna empresa norteamericana, ningún político, ninguna celebridad de esa nacionalidad. ¿Será que los #PanamaPapers tienen un trasfondo absolutamente político y con una estrategia claramente preconcebida?
No sólo se desconoce la fuente que entregó los papels al diario, sino que estos, por casualidad o no, apuntan a grupos con los que Estados Unidos, tiene intereses directos sean como adversarios o aliados carentes de disciplina.
En los papeles paña,eños aparecen el premier ruso, Vladimir Putin quien, dias atrás había denunciado que se preparaba un ataque mediático en su contra. Otro blanco de los papeles de Panamá fue el primer ministro de Islandia, Sigmundur Gunnlaugsson, quien en 2013, ganó las elecciones con un discurso basado en negarse a pagar a los acreedores extranjeros los depósitos perdidos por los bancos". Y precisamente fue Islandia el único país que tomó decisiones heterodoxas respecto a la deuda y decidió encarcelar a los directivos de bancos vinculados a la crisis de 2008. Los #PanamaPapers vinculan al presidente chino, Xi Jinping con la creación de empresas pantalla en paraísos fiscales. Lo mismo ocurre con el padre del Premier Británico, David Cameron, con acciones de blindaje de capitales mediante el uso de empresas offshore en paraísos fiscales.
Según el británico Nicholas Shaxson, autor de "Las islas del tesoro. Los paraísos fiscales y los hombres que se robaron el mundo", el pincipal santuario extraterritorial del mundo no es Panamá. sino que Londes es la capital de "la telaraña británica" del lavado de dinero.
Así, la City de Londres es el top one de las islas del tesoro: convertida en paraíso fiscal hace más de medio siglo, junto a sus satélites (desde Guernsey y Jersey hasta Hong Kong) han acaparado más de la mitad de los depósitos bancarios mundiales. El otro filón se encuentra en Wall Street, una república independiente de EEUU a efectos fiscales desde la revolución ultraliberal de Reagan en los años 80.
Todos ellos captan negocios para Londres, como otros lo hacen para Nueva York, pues la situación no es diferente en Estados Unidos, que se apoya exteriormente sobre todo en Panamá y las islas Marshall, e interiormente en un nutrido "archipiélago"
de estados, con Delaware y Florida que encabezan los paraísos estadunidenses. Pese a lo disímil, plural y variado de la lista, es llamativo que emtre las 200 mil empresas fantasmas no aparezca una sola creada en los estados de Delaware o Florida.
América Latina tampoco podía estar exenta de poseer sus figuras en esta lista negra y se presentan una serie de nombres vinculados con gobiernos, empresas y figuras latinoamericanas.
Está claro que los #PanamaPapers no serán ni las primeras ni las últimas filtraciones sobre la forma en que la corrupción ha permeado en las diferentes esferas del poder global, pero tampoco hay que pecar de ingenuos, es preciso dudar respecto a las intenciones de Washington respecto a las sucesivas revelaciones. Tal como sucedió con #FIFAGate las denuncias han sido también parte de una jugada maestra de la geopolítica para hacer de la política una continuación de la guerra a favor de los Estados Unidos.
DIARIO MILENIO
7-04-2016