Minguno de los maestros de la literatura de espionaje -como John Le Carre, Graham Greene o Robert Ludlum-, se uniesen atrevido a imaginar una trama de espionaje tan nizarra como la que acaba de revelar el diario La Nación de Argentina.
WALTER GOOBAR
Desde Buenos Aires
Para Milenio
Minguno de los maestros de la literatura de espionaje -como John Le Carre, Graham Greene o Robert Ludlum-, se uniesen atrevido a imaginar una trama de espionaje tan nizarra como la que acaba de revelar el diario La Nación de Argentina. Según Carlos Pagni, columnista de ese matutino oficialista, el futbolista Lionel Mesi y el ciudadano mexicano-argentino Carlos Ahumada Kurtz, -protagonista de varios escándalos políticos en ambos países-, están siendo espiados -de manera ilegal- por los servicios de inteligencia locales. El disparate sólo se explica porque el presidente Mauricio Macri confió la direccióm de la AFI, la Agencia Federal de Inteligencia a un hombres de su máxima confianza, el contador Gustavo Arribas, un ex intermediario en el ,ultimillonario y oscuro negocio del pase de futbolistas.
En la nota titulada "El pestilente círculo negro del espionaje", Pagni escribe: "Los blancos de esas tareas de espionaje son muy variados. Un agente cuyo nombre comienza con G tiene en la mira a Lionel Messi. Sería para indagar en una sociedad que apareció en los Panamá Papers. Messi es un objetivo inesperado. Hasta que se recuerda que al frente de la AFI está el broker de futbolistas Gustavo Arribas. ¿Será también por eso que el espía I investigaría al ciudadano mexicano-argentino Carlos Ahumada Kurtz, quien hasta octubre conducía Estudiantes de San Luis? Alguien cuya inicial es S seguiría también a Julio Koropeski, del club Crucero del Norte".
Más adelante, el periodista confieza su asombro por las disparatadas operaciones de espionaje dignas de Maxwell Smart, el inolvidable Super Agente 86 : "Hay investigaciones cuyo móvil es enigmático. G, que sigue a Messi, observa a un tal Ginebra, constructor de Puerto Madero. Los espías A y S controlan a la Iglesia Universal del Reino de Dios y que los agentes "A" y "D" "persiguen" al legislador porteño Gustavo Vera, de buena relación con el Papa Francisco, entre otros casos de supuesto espionaje ilegal.
Mientras estudia a la financiera Brick, "que habría canalizado transferencia al (fallecido fiscal Alberto ) Nisman", S controla la peluquería canina Koketitos, en (el barrio) Las Cañitas", transcribe Pagni y a renglon seguido se pregunta si detrás de estr absurdo no habrá móviles extorsivos: En referencia a un financista se consigna: "Hay que armar precausa".
Las precausas son ardides para disfrazar prácticas que violan el artículo 13 de la ley de creación de la AFI. Elegido un blanco, los agentes solicitan un permiso judicial para intervenir comunicaciones durante 60 días, con opción a otros 60. Si no se encuentra delito, se destruye lo observado. El juez no va a sorteo. Lo elige el espía. “El kirchnerismo, que se cebó con esta receta para vigilar opositores, ahora la padece”, sentencia Pagni.
El periodista recuerda que al presentar su gabinete, el 2 de diciembre de 2015, el presidente Mauricio Macri prometió: la AFI "estará al servicio de la seguridad nacional, y no como en los últimos años, que se usó para hostigar y espiar a los ciudadanos". "Todavía no cumplió", remata el editorialista de La Nación.
DIARIO MILENIO
05/04/2017-04-05
http://www.milenio.com/internacional/messi-trama-espias_argentinos-espionaje-servicios_de_inteligencia-milenio_0_932906730.html