El Gran Hermano de Mauricio

Mauricio Macri enfrenta serias dificultades para completar su gabinete porteño. Además de tomar prestados funcionarios del del saliente equipo de Jorge Telerman, el jefe de Gobierno electo convocó a una suerte de casting para evaluar potenciales candidatos extrapartidarios.

Por Walter Goobar
No es un casting para "Gran Hermano Seis".. Ni la versión argentina de "El aprendiz", el reality show en el que el magnate inmobiliario Donald Trump busca un ejecutivo para triunfar en los negocios. Tampoco es un ensayo del Método Gronholm, la obra teatral sobre un ejercicio de Selección de Personal, que es una  alegoría de la pérdida de escrúpulos ante las tentaciones del poder. Como si fuera un cazador de talentos televisivos, el electo jefe de Gobierno de la Capital Mauricio Macri integra junto a su íntimo amigo Nicolás "Nicky" Caputo y el vicepresidente de su fuerza, Horacio Rodríguez Larreta, una suerte de jurado similar al de "American Idol", con el que entrevista a especialistas y políticos extrapartidarios, para  integrar la grilla de futuros ministeriables. Sin embargo, a pesar del casting, el presidente de Boca enfrenta serias dificultades para cubrir áreas estratégicas de su Gabinetes -aún con extrapartidarios-, y está negociando jugadores en préstamo del  equipo de Jorge Telerman.
La encargada del casting de Macri es la diputada nacional Paula Bertol. Pero el alcance de esta  búsqueda inquieta a sectores del PRO que se preguntan si el futuro jefe comunal no tiene un equipo propio para asumir el 10 de diciembre. Incluso, genera suspicacias entre los macristas y aliados con trayectoria militante por considerar que será un gabinete con más técnicos que políticos.
En el macrismo no niegan la búsqueda pero la atribuyen a la exigencia de su jefe político por conformar un equipo eficiente. Y aseguran que en la intimidad ya confirmó a cinco ministros. Aunque por ahora prefiere no develar públicamente todos los nombres -para evitarles un desgaste anticipado en estos meses de transición- ya se sabe que Horacio Rodríguez Larreta será el jefe de Gabinete, que Mariano Narodowsky estará al frente del Ministerio de Educación y que Néstor Grindetti se hará cargo de la cartera de Hacienda.
A pesar de los deseos de incorporar figuras de otro color político, la mayoría de los que suenan para los cargos provienen del círculo más estrecho del empresario. E incluso varios tuvieron su paso por el holding familiar,
Néstor Grindetti es un economista proveniente de una de las empresas del Grupo Macri y actual director vocal del Banco Ciudad. Durante la campaña, Grindetti ya hablaba como ministro y negaba una suba de impuestos para eliminar el déficit fiscal de $ 850 millones que dejará Jorge Telerman.
También jurarán el 10 de diciembre Carlos Tramutola (hijo) como ministro de Espacios Públicos y Daniel Chaín en Obras Públicas.
Tramutola es hombre de confianza de Macri, muy vinculado a la ONG educativa Cimientos. Su padre es ingeniero industrial y trabajó en Techint, Aguas Argentinas (cuando era controlada por el Grupo Suez) y en el 2003 asesoró al ministro de la Producción bonaerense del gobierno de Felipe Solá.
La cartera de Obras Públicas está reservada para  Daniel Chain, quien proviene de la constructora del Grupo Macri. En la campaña de 2003, la titular de Unión por Todos, Patricia Bullrich, lo denunció "por incompatibilidad", cuando asumió en el Instituto Municipal de la Vivienda. "No puede ocuparlo alguien de la construcción", fundamentó la ex ministra de Trabajo.
Uno de los estratégicos casilleros que Macri no logra completar es el  es el Ministerio de Producción. No hay referentes de peso en este rubro que pueda ponerse el traje de ministeriable.
Otra de las carteras que aún no tiene dueño es la de Salud. Aunque suena con fuerza Hernán Seoane, apadrinado por Jorge Macri, el líder de PRO y sus compañeros del jurado entrevistaron hace unos días a Jorge Lemus, experto en Salud Pública, que en la actualidad está a cargo del Departamento Técnico del Hospital Fernández.
A pesar del casting de talentos, Macri tampoco cuenta con un nominado para ocuparse de la Cultura de la Ciudad, desde que el arzobispo Jorge Bergoglio le torpedeó la candidatura de Ignacio Liprandi, un financista de Merrill Lynch cuyo único nexo con la cultura es la fabulosa colección de cuadros que atesora en su departamento de  Marcelo T. de Alvear entre Rodríguez Peña y Callao, donde ofrecer cenas en privado para gente de la cultura que nadie conoce.
Hasta hace unos días, Liprandi se presentaba como "Coordinador de Políticas Culturales del PRO" y publicó un libro de 268 páginas prologado por Mauricio Macri.
El ministeriable Liprandi fue vetado por el cardenal Jorge Bergoglio, quien hizo conocer su disgusto a Macri por vía de Gabriela Michetti, quien detestaa Liprandi, por obsecuente, por haberse arrogado funciones de recaudador de campaña y por haber convencido al jefe de Pro de votar a favor de la unión civil para homosexuales.
Otra de las "blasfemias" que la Iglesia le achaca a Liprandi es que en su colección figuran cuadros del "hereje" León Ferrari, cuya retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta fue saboteada por milicias católicas ultramontanas en 2004.
La ausencia de referentes culturales es un reflejo del marcado desinterés por lo cultural y de la inasistencia casi perfecta  de Macri a los espectáculos de calidad que ofrece la ciudad que tendrá que gobernar.
Así como es fácil obtener decenas de fotos del electo jefe del gobierno porteño en su palco de Boca Juniors, resulta una rareza verlo retratado en alguna función del Teatro Colón o del San Martín.
Esa natural lejanía de lo artístico-cultural que hasta ahora se justificaba con su formación empresarial, en la que prima el criterio de rentabilidad, ha empezado a  jugarle en contra.
Hasta ahora la política cultural de Macri se ha reducido a anunciar el cierre de la señal de cable Ciudad Abierta o el recorte de personal en el Teatro Colón.
La ciudad de Buenos Aires dedica a la cultura y a los espectáculos públicos el 3,38 por ciento de su presupuesto global. De esos 317 millones de pesos, 202 millones son para pagar sueldos.
Preguntarse sólo si esto es mucho o es poco es una verdadera frivolidad. Por ese motivo no  es extraño que le resulte dificil reclutar talentos para pasar la guadaña a la cultura.
Otro extrapartidario que participa en el casting cultural es José Miguel Onaindia, director del Instituto del Cine en el gobierno de la Alianza y actual director del Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires.
 "Tenemos los equipos para gobernar", prometía Macri en campaña contra la inseguridad. En ese tema, su principal especialista era el diputado Eugenio Burzaco pero su estrella comenzó a eclipsarse cuando se supo que también era asesor del gobernador neuquino Jorge Sobisch cuando la policía provincial fusiló al maestro Carlos Fuentealba.
Ahora Burzaco estaría nominado para ocupar una parte del codiciado ministerio de Gobierno que podría ser desdoblado. Se separaría el área de Justicia y Seguridad, que comandaría Burzaco.
Sin embargo, Macri no cuenta con una segunda línea propia para manejar la seguridad. De hecho,  está negociando con Jorge Telerman el préstamo de Diego Gorgal para que ocupe esa cartera que en teoría iba a marcar su impronta en la Ciudad.
El jefe de campaña macrista, Horacio Rodríguez Larreta, aparece como uno de los impulsores de la idea, a partir de que mantiene un excelente diálogo con Gorgal que seguiría en su cargo tras el paso de mando entre Jorge Telerman y Macri.
Fue Rodríguez Larreta quien le presentó a Gorgal a Juan José Alvarez, cuando el diputado nacional se hizo cargo de la secretaría de Seguridad porteña en enero del 2005, para apaciguar la crisis política derivada de la tragedia ocurrida en República Cromañón.
En las últimas semanas, tanto Rodríguez Larreta como Gabriela Michetti aceptaron que PRO no descarta mantener en sus cargos a miembros del equipo de Telerman si se trata de profesionales que funcionan bien en sus áreas.
También es una incógnita el nombre de la persona que se hará cargo de Ministerio de Derechos Humanos y Sociales que volvería a ser simplemente "Desarrollo Social".
Para ese puesto se menciona a María Eugenia Vidal, integrante del grupo Sofía y del riñón de Rodríguez Larreta.´De hecho, lo acompañó durante su cuestionada gestión en el Pami y el Anses. Pero hay quienes cuestionan su posible designación por su falta de experiencia política. Además, la experta estará a punto de ser madre en diciembre.
Las fuentes aseguran también que la flamante vicejefa porteña, Gabriela Michetti, reclama ese puesto para gente de su confianza. Habrá que esperar la votación del jurado.
Rodríguez Larreta está elaborando una reforma a la Ley de Gabinete de la cual será uno de los principales beneficiarios. La modificación crearía el puesto de jefe de ministros que ocuparía Rodríguez Larreta.
Pese a los cortocircuitos con Recrear -Macri duda en apoyar a Ricardo López Murphy como candidato presidencial, debido a su mala performance en las encuestas- sigue firme el ofrecimiento al vicepresidente de de esa fuerza, Pablo Tonelli, para que sea el Procurador General.

En la caza de talentos, es probable que tarde o temprano  Macri apele a la receta del "Método Gronholm", una obra teatral que seguramente desconoce:  "Cuando llegás a la oficina tenés que hacer como los payasos del circo: pintarte la cara que corresponda y poner el pie en el acelerador... el que no sepa hacer esto, no sirve."
Ese es el método Gronholm. Un juego que nos hace saber que en el casting, no importa quiénes somos ni cómo somos, sino lo que aparentamos ser. Nuestra auténtica identidad no le importa a nadie, quizás ni a nosotros mismos.
Revista 7 Días
10/08/07