La TV ahora sale en defensa de la memoria

Rescate: el programa se hizo con la única grabación del juicio que hay en el país, que se encuentra en un estado deplorable.

"Por la presión de las Fuerzas Armadas, el juicio no pudo emitirse por televisión", explica la voz en off de Magdalena Ruiz Guiñazú, casi al comienzo del documental que se verá mañana. Y parece insólito en estos tiempos de cámaras ocultas, y juicios emitidos en vivo, en canales veinticuatro horas. Pero de aquellas 17 semanas de 1985, apenas se vieron algunas pocas imágenes, sin audio.

Incluso hoy, la sentencia que leyó León Arslanian no tiene su audio original, sino que está mezclada con el sonido que se emitió por radio, en vivo, en aquel tiempo.

El único registro televisivo que quedó fue el que grabaron las dos cámaras fijas dispuestas en la sala. Son 530 horas grabadas que apenas pudieron recomponer, con paciencia oriental, el periodista Walter Goobar y la editora Silvia Di Florio.

Según recuerdan los tres ex jueces que vieron el video en la casa de Ruiz Guiñazú, esas dos cámaras quedaban sin operadores la mayor parte del tiempo y, de acuerdo con lo que cuentan los cuatro responsables de este video, pocas veces enfocaban al público, o a los acusados, para ver las reacciones, excepto en dos momentos: cuando Videla ingresa en la sala y desafía al público, y cuando Strassera lee el alegato final. Esta es la primera vez que el juicio a la juntas militares se verá en la televisión con el audio original, pero ya hubo un intento previo. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín se le encargó al dramaturgo Carlos Somigliana la compaginación de una serie de capítulos temáticos sobre el juicio. Pero el programa jamás llegó al aire. Hasta ahora, la única copia que existe en el país dormía en la Cámara Federal, en un estado deplorable, según Goobar y Di Florio, que incluso tuvieron que desarmar varios de los videos y pegar luego las cintas para poder recomponer parte del material. Otro tanto está definitivamente perdido.

La otra copia está en Noruega. Llegó allí por propia iniciativa de los jueces que componían la Cámara Federal que condenó a la Junta Militar. En el living de la casa de Magdalena Ruiz Guiñazú, emocionado todavía por las imágenes del documental, León Arslanian, actual Ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, contó que él y los demás miembros de aquella Cámara, junto a sus mujeres, se encargaron de llevar diez copias cada uno a Noruega para dejar registro de este juicio. Hoy, esa segunda copia descansa junto a la Constitución de aquel país, en un archivo capaz de resistir un ataque nuclear. Al resguardo del paso, del tiempo y del olvido.

Fuente: La Nacion