Esta noche se retransmite, por Canal 7, ESMA. El Día del Juicio, que fue suceso cuando lo estrenó el 13 en 1998. La nueva visión cobra una significación diferente, debido a la fecha y a la actualidad distinta
MARIA IRIBARRE
La descomunal pantalla, bautizada como "Gran Hermano", no es la única idea aterradora sugerida por George Orwell en su novela 1984 (archicitada, en las últimas semanas). La índole siniestra del instrumento (su doble aptitud de proyectar mensajes y de vigilar al espectador) sólo es comparable con otro imperativo atroz de esa cultura: adulterar el pasado, minuto a minuto, hasta pulverizarlo (según rezaba el dogma: "La ignorancia es fuerza"). A manera de antídoto a la profecía orwelliana y sumándose a las evocaciones ya emitidas, hoy a las 22, Canal 7 repondrá ESMA. El día del juicio, el documental de Magdalena Ruiz Guiñazú, Silvia Di Florio y Walter Goobar, sobre idea original de es te último y Rolando Graña.
En 1998, cuando El día del juicio se estrenó por Canal 13, el hecho adquirió carácter de suceso (el rating marcó 25 puntos) dado que, por primera vez, se daban a conocer imágenes con audio del juicio al triunvirato militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976. Además de rescatar ese material de la apatía burócratica, el repaso histórico que proponen los realizadores, abre y cierra con el testimonio de Emiliano Hueravilo, hijo de desaparecidos, nacido en la ESMA y abandonado en las puertas de la Casa Cuna.
A propósito de la película y de George Orwell, Clarín conversó con los autores.
- Dos años atrás, el país y la TV atravesaban instancias diferentes a la actual. ¿El documental sigue vigente?
- Goobar: Es cierto que, en el 98, Videla no estaba preso, Massera no estaba preso, el "Tigre" Acosta no estaba preso, Ricardo Cavallo no había sido detenido en México. Hoy es otro el contexto y, además, la televisión está apostando a los "laboratorios" de realidad. De todos modos, a la luz de las cosas que sucedieron, hoy se puede hacer una relectura. Un ejemplo concreto es que el nombre de Ricardo Miguel Cavallo aparece mencionado en El día del juicio cuando, todavía, nadie sabía exactamente quién era. Está ahí porque Cavallo fue el encargado de la microfilmación de archivos en la ESMA. De alguna manera, esa aparición contribuyó a que fuera identificado. De hecho, la gente del diario La Reforma de México se comunicó con nosotros con ese propósito. Creo que, en efecto, esta historia no está cerrada.
Magdalena: Después de la emisión, repartimos diez mil copias del video, en colegios y universidades, y obtuvimos muchísimas respuestas que demuestran que hay un verdadero interés por nuestra historia. Vamos a ver qué es lo que ocurre dos años después.
Di Florio: Todavía se quiere saber más de esos años oscuros y no hay, por parte del Estado, un interés cierto por preservar estas cosas que son parte del patrimonio histórico nacional. Rescatar la memoria, de la hoguera o de la inundación, ayuda a reafirmar la voluntad democrática.
- ¿Por qué emiten el documental por el 7?
- Goobar: Cuando recuperamos los derechos (cedidos por dos años a Canal 13), nos encontramos en la disyuntiva de ofrecerlo a una buena señal de cable o a Canal 7. Nos pareció interesante darlo al 7 porque fue ATC el que filmó el juicio y debería haber sido ATC el que lo emitiera para que lo conozcan los argentinos. Tiene algo de valor simbólico.
- La invasión de intimidad y anonimato que llegó a la pantalla, ¿exige del documental una actualización formal?
- Goobar: No hay nada más dramático que la realidad y, en ese sentido, no hay nada más dramático que el juicio como retrato de una realidad. No creo en las cámaras ocultas ni en el modelo televisivo de querer suplantar el trabajo documental por el reality show. Alguien me dijo el otro día que se pretende sancionar el aburrimiento como modelo de entretenimiento televisivo. Creo que esto tiene patas cortas.
Magdalena: Además, me parece, que se propone una forma muy totalitaria de contemplar la vida. Tu casa no es tuya, vos sos parte de un sistema y el sistema te mira. Me llama mucho la atención, como proceso de desintegración moral, que estos programas nos puedan entretener. Si uno lo mira políticamente, Orwell llevado a la realidad, es un gran retroceso.
Di Florio: Considero que cualquier documental tiene valor por sí mismo, al dar cuenta de los acontecimientos reales de la vida de un país y su gente.
- ¿Cómo se edita un producto atractivo, sin faltar al rigor de verdad del género?
- Di Florio: Hemos mantenido un estilo bastante tradicional, si se quiere, en cuanto a la edición. El día del juicio no tiene ninguna cosa efectista, ni gráfica ni nada que invada la pantalla. En este caso, era fundamental respetar la solemnidad de la historia de Emiliano, su testimonio, tanto como su integridad y el dolor de hacerlo volver a la puerta de la Escuela.
Goobar: Otro criterio que utilizamos fue acotar todo a la ESMA, porque es un lugar que todos conocen. La gente no sabe dónde estuvo "el Olimpo" (otro campo de detención clandestino) pero sí dónde está la ESMA. Por eso nos facilitó el trabajo, el tomar un lugar físico, un universo cerrado en el cual se pudieran mostrar las distintas facetas de los torturadores, la locura y la situación de las víctimas.
CLARIN Lunes | 26.03.2001