El rearme de Hezbollah incluye el peligro de nuevas operaciones terroristas en Occidente. Los servicios de inteligencia de Bélgica y Alemania consiguieron abortar una operación iraní para atentar contra la embajada de Israel en Bonn, Alemania.
(Por Walter Goobar)
El 20 de julio de 1996, dos días después de la fecha en que se conmemora el atentado contra la AMIA, el Hezbollah iraní va a realizar su primer congreso oficial en Teherán con la presencia de miembros de 16 movimientos extranjeros de Hezbollah, entre los que problablemente se cuenten argemtinos. El Hezbollah de Irán fue fundado por el ayatola Jomeini a comienzos de la revolución iran y fue utilizado esencialmente para librar disputas entre clanes rivales dentro de la jerarquía religiosa. El movimiento mantuvo un perfil relativamente bajo y pobremente organizado hasta que ahora el ayatola Ali Jamenei, guía espiritual de la revolución islámica ha decidido convertirlo en un arma política y militar y lo ha puesto en manos del actual presidente del parlamento, Ali Akbar Nateg Nuri quien libra una dura batalla para suceder al presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani en el poder. Ali Jamenei acaba de conceder a Nateg Nuri, los recursos políticos y financieros necesarios para crear una sólida estructura política y militar para Hezbollah en Irán. La medida apunta igualmente a fortalecer a los organismos de Hezbollah que operan en el; extranjero.
Como parte de su reestructuración el Hezbollah iraní integrará bajo su mando único dos organizaciones que forman los principales pilares políticos y religiosos del régimen: Rouhaniat Moubariz (los Clérigos Militantes) dirigido por Mehdi Keni y Hodjattia ( los teólogos). Los miembros de esos dos movimientos ocupan cargos en todas las instituciones de la república Islámica.
La restructuración no es sólo política sino también militar: al asumir el control político sobre los Guardias Revolucionarios, Hezbollah va a conformar un brazo militar mucho más poderoso. Con esa perspectiva, el actual jefe de los Guardias, Mohsen Rezai realizó a fines de mayo una gira por diversos campos de entrenamiento de Hezbollah en Irán y extranjero, incluyendo la base Al Nasr situada al noroeste de Teherán. Durante su gira, Moshen Rezai también pasó revista a los 3,000 iraníes dmiembros de Hezbollah que recientemente iniciaron su "servicio militar" como milicianos del Frente Islámico Nacional que combate en el sur de Sudán. Asimismo, el Hezbollah iraní aumentará su ayuda económica y militar a su brazo libanes. Además de fletar diez avions con armas y nuevos modelos de misiles Katyushas, Irán recientemente envió a Beirut una partida de cinco millones de dólares para contribuir en la reconstrucción de 20 aldeas destruidas por Israel durante la operación "Viñas de Ira".
Hasta ahora los misiles Katyushas usados por Hezbollah en el Líbano tenían un alcance de entre 12 y 20 kilómetros. El nuevo modelode misil tiene un alcance de 40 kilómetros. El rearme de Hezbollah incluye el peligro de nuevas operaciones terroristas en Occidente. Los servicios de inteligencia de Bélgica y Alemania consiguieron abortar una operación iraní para atentar contra la embajada de Israel en Bonn, Alemania.
El 14 de febrero, tres días antes de que se cumpliera el cuarto aniversario del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, las autoridades aduaneras bélgas inspeccionaron el carguero "Shaheed Kola-douz" de bandera iraní que se dirigía a Alemania pero que tres días antes había anclado en el puerto belga de Amberes. Cuando inspeccionaron los containers que supuestamente contenían aceite y pickles, los aduaneros bélgas descubrieron un mortero pesado con un alcance de 600 metros, un lanzador especial y munición que contenía 120 kilos de TNT.
En un informe a los fiscales en Amberes, los expertos en explosivos del ejército belga señalan que el mortero tenía un alcance de 600 metros, mientras las municiones estaban cargadas con 120 kilos de TNT y había sido especialmente preparadas para perforar la estructura de edificios reforzados del tipo usados por embajadas. La mortífera carga iba consignada a nombre de un despachante del gobierno iraní y destinada a una empresa privada iraní con sede en Munich. Los agentes belgas arrestaron a dos agentes del ministerio de Inteligencia iraní que escoltaban la carga que iba a bordo el Shaheed Kola-douz y que había sido cargada en el puerto iraní de Bandar Abbas el 29 de febrero. Simultáneamente, los servicios de inteligencia alemanes, detuvieron al despachante y a los propietarios de la compañía iraní de Munich. Una vez que la inteligencia alemana aprendió al destinatario de la carga en Munich, la cancillería alemana discretamente pidió a la embajada de Irán en Bonn que retirara a varios diplomáticos involucrados en el caso.
Las autoridades alemanas creen que el fallido atentado contra la embajada de Israel en Bonn era una represalia por el anuncio del Fiscal Federal alemán que en marzo solicitó la captura del ministro iraní de Inteligencia, Ali Fallahian acusado de haber planificado el asesinato de líder kurdo Sadegh Sharafkindi y de otras cuatro personas en el restaurante Mykonos de Berlín en 1992.
Al mismo tiempo, las tensiones entre Irán, Siria, el Líbano y Hezbollah, se han multiplicado . Los líderes iraníes no ocultan su irritación con el presidente sirio Hafez Assad que a instancias de los Estados Unidos obligó a Hezbollah a establecer nuevas reglas de combate con los israelíes.
El canciller iraní , Ali Akbar Velayati, estuvo en la capital siria cuando se negoció el acuerdo con el Secretario de Estado Warren Christopher, pero no fue recibido por el presidente Assad o por su canciller. Velayati siguió viaje a Beirut, donde el Presidente Elias Hrawi tampoco lo quiso recibir por lo que debió contentarse con una entrevista con el premier, Rafiq Hariri. Mientras Velayati aún se encontraba en Beirut, funcionarios libaneses denunciaron haber descubierto nuevas evidencias sobre el flujo de fondos iraníes para financiar a Hezbollah. Los funcionarios libaneses temen que Irán el apoyo económico iraní determine el triunfo de Hezbollah en las elecciones legislativas del 18 de agosto próximo.
La fractura entre el gobierno libanés y Hezbollah se profundizó como resultado de una breve visita realizada en mayo a Beirut por Bernd Schmidbauer, para gestionar el canje de los cuerpos de dos soldados israelíes que estaban en poder de Hezbollah a cambio de algunos presos libaneses en cárceles israelíes. La operación podría haber abierto un instancia de diálogo pero los gobiernos de Siria y Líbano - que no estaban informados- torpedearon el acuerdo.
Poco después, el vicecanciller iraní Muhammad Kazem al-Khonsari, empeoró las cosas al realizar una visita secreta a Damasco.
Olfateando las ambiciones electorales iraníes el presidente libanés Elias Hrawi declaró que el Líbano ``no permitiría que países extranjeros, aún aquellos amigos, instalen quioscos electorales para comercializar su mercadería política'. Toda asistencia extranjera debería ir mediante canales oficiales, agregó. El primer ministro Hariri acusó Hezbollah de servir a intereses extranjeros.
Reflejando el pensamiento de su gobierno, un funcionario libanés declaró:``Hasta ahora nosotros guardábamos silencio sobre la ayuda iraní porque apreciábamos la manera en que Hezbollah nos ayudó a enfrentar a los israelíes. Pero ahora se trata de un plan descarado para que Irán gane influencia política en el Líbano'' .Por su parte, el líder máximo de Hezbollah, jeque Hassan Nasrallah, respondió: ``Independientemente de que les guste o no a los funcionarios libaneses, Irán tiene un papel que jugar en Líbano y no hay poder que lo pueda impedir''
Página/12
Julio 1996