A partir de 1993, la inteligencia iraní comenzó a ocultar sus operaciones en el exterior y a utilizar a Hezbollah como su brazo ejecutor. Cuando se concretaron los acuerdos de paz sobre el Medio Oriente, el Departamento Exterior de la inteligencia iraní habría recibido ordenes de suministrar "la mejor localización geográfica posible para el emplazamiento de tres comandos chiítas con infraestructura local suficiente como para perpetrar atentados en distintos lugares del mundo".
Por Walter Goobar
Los servicios de inteligencia de Suecia consiguieron conjurar dos atentados contra instituciones judías y desarticular una red terrorista de Hezbollah en el país nórdico. Los atentados abortados en Suecia -uno de los cuales estaba dirigido contra la embajada de Israel en Estocoolmo- son el resultado de las extremas medidas de seguridad adoptadas en ese país tras el atentado contra la AMIA en Buenos Aires y aportan nuevas evidencias sobre las redes terroristas que Irán ha montado en Europa y en otras partes del mundo por intermedio de Hezbollah. Si bien los dos principales sospechosos Faisal Ibrahim Atar y Ali Reda Abdullah que residían en la sureña ciudad de Trollhattan, fueron detenidos el 29 de marzo, los servicios de inteligencia suecos mantuvieron el tema en el más absoluto secreto hasta después de que se concretó su deportación de Suecia al Líbano el 5 de mayo pasado. Los primeros indicios de la operación antitterrorista fueron filtrados por el diario británico The Sunday Times y recién a fines de la semana pasada fueron confirmados a la prensa sueca por funcionarios del gobierno.
Si bien Margareta Linderoth la titular de la unidad encargada de la lucha antiterrorista dentro de los servicios de seguridad no quiso comentar el caso, los investigadores suecos afirman que el jeque Ali Hassan Roushandel, líder espiritual de la mezquita de Estocolmo y vinculado a la embajada de Irán en esa capital por intermedio de su hijo que se desempeña en la sección consular de esa legación diplomática, funciona como enlace con Hezbollah. Aunque no descartan que haya otros atentados en preparación, las autoridades suecas están examinando la posibilidad de cancelar los permisos de residencia del clérigo chiita y de otras dos personas para desmantelar la presunta red terrorista.
En la mezquita de Estocolmo se realizaban periódicamente actos públicos y reuniones de militantes de Hezbollah y se pudo establecer que un miembro de la dirección política de Hezbollah, Khudir Nur al Din, participó en algunas de las realizadas el año pasado. Los deportados, Faisal Ibrahim Atar y Ali Reda Abdullah habían sido responsables de la visita del dirigente y mantienen contacto con el jeque Mohammed Hussein Fadlallah, máximo líder espiritual de la organización chiita libanesa.
Durante la última década agentes iraníes prepetraron decenas de atentados contra opositores políticos en Francia, Alemania, Suiza, Italia, Suecia y Turquía. Tras la muerte del Ayatolla Jomeini en 1989, los actos de violencia crecieron de manera geométrica desde que el presidente Ali Rasanjani creó el ministerio de Inteligencia que está al mando del clérigo Ali Fallahiyan, quien durante la revolución islámica se ganó el apodo del "juez de la horca".
En septiembre de 1992, un agente de inteligencia iraní, Kazem Darabi reclutó, proporcionó las armas y planificó la fuga de los pistoleros que perpetraron un sangriento atentado en el que cuatro opositores al gobierno de Teherán fueron acribillados a balazos en el restaurante Mykonos de Berlín. Casi todos los actos de terrorismo iraní, incluyendo la condena a muerte de Salman Rushdie, han estado precedidos por alguna forma de negociación, advertencia o chantaje. Tanto en ese sonado caso que se ventila actualmente en Alemania como en el del asesinato perpetrado en Francia contra el ex premier iraní Shapur Bajtiar, Irán llevado a cabo negociaciones secretas con los respectivos gobiernos para evitar que su participación en esos atentados tome estado público. El año pasado el jefe de la inteligencia iraní Ali Fallahiyan mantuvo tratativas secretas con sus colegas de Francia y Alemania para poner fin a los actos de terrorismo chiita en esos dos Estados a cambio de un alivio en el pago de la deuda externa, ayuda económica y la devolución a Teherán a dos terroristas de esa nacionalidad, que iban a ser extraditados a Suiza por el asesinato del líder opositor Kazein Rajavi.En esa ultrasecreta negociación, iniciada en diciembre de 1993, Francia -que aún retiene a otros tres iraníes que mataron al ex premier Shapur Bajtiar-, consiguió el acuerdo sirio-iraní para capturar al "Chacal" Carlos Illich Rámirez Sánchez en Sudán.
A partir de 1993, la inteligencia iraní comenzó a ocultar sus operaciones en el exterior y a utilizar a Hezbollah como su brazo ejecutor. Cuando se concretaron los acuerdos de paz sobre el Medio Oriente, el Departamento Exterior de la inteligencia iraní habría recibido ordenes de suministrar "la mejor localización geográfica posible para el emplazamiento de tres comandos chiítas con infraestructura local suficiente como para perpetrar atentados en distintos lugares del mundo".
Como parte de ese proyecto, Imad Mughniyeh, el jefe de seguridad de Hezbollah emprendió la "organización" de los círculos chiítas libaneses y palestinos en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. Por su valor estratégico, este punto de implantación fundamentalista en América del Sur con el centro en Ciudad del Este es denominado "el triángulo del menisco" por los líderes religiosos de Beirut.
A comienzos de abril de 1995 el FBI montó un operativo para detener a Mughniye durante un viaje en un vuelo regular entre Kartum, la capital de Sudán -a donde había asistido a una cumbre fundamentalista- y Beirut. Sin embargo, el plan para detener al terrorista más buscado del mundo fracasó debido a Arabia Saudita se negó a que Mughniyeh fuese detenido en su territorio y abortó la captura negándo el permiso de aterrizaje al avión que lo transportaba.
Página/12
17-MAY-1995