Irán y el terrorismo

Hezbollah, empresa multinacional

El líder espiritual, Ali Jamenei, acaba de conceder al presidente del Parlamento, Nateg Nuri, los recursos políticos y financieros necesarios para crear una sólida estructura política y militar para Hezbollah en Irán. La medida apunta igualmente a fortalecer a los organismos de Hezbollah que operan en el extranjero y lleva implícito el peligro de nuevas operaciones terroristas similares a los atentados consumados en la Argentina.

(Por Walter Goobar) Con la presencia de delegaciones de dieciséis movimientos extranjeros, entre los que probablemente se cuenten ciudadanos argentinos, comienza hoy en Teherán el primer congreso oficial del Hezbollah iraní, una suerte de "casa matriz" del Hezhollah libanés, la organización que -con la colaboración de una célula local- perpetró los atentados contra la AMIA y contra la Embajada de Israel en Buenos Aires. El líder espiritual, Ali Jamenei, acaba de conceder al presidente del Parlamento, Nateg Nuri, los recursos políticos y financieros necesarios para crear una sólida estructura política y militar para Hezbollah en Irán. La medida apunta igualmente a fortalecer a los organismos de Hezbollah que operan en el extranjero y lleva implícito el peligro de nuevas operaciones terroristas similares a los atentados consumados en la Argentina.
El Hezbollah iraní, que ahora pretende proyectarse internacionalmente, fue fundado por el ayatola Jomeini a comienzos de la revolución y fue utilizado esencialmente para librar disputas entre clanes rivales dentro de la jerarquía religiosa. El movimiento mantuvo un perfil relativamente bajo y estuvo pobremente organizado, pero recientemente el ayatola Ali Jamenei decidió convertirlo en un arma política y militar y lo puso en manos del actual presidente del Parlamento, Ali Akbar Nateg Nuri, quien libra una dura batalla para suceder al presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani en el poder.
Como parte de su reestructuración el Hezbollah iraní integrará bajo su mando único dos organizaciones que forman los principales pilares políticos y religiosos del régimen: Rouhaniat Moubariz (Los Clérigos Militantes), dirigido por Mehdi Keni, y Hodjattia (Los Teólogos). Los miembros de esos dos movimientos ocupan cargos en todas las instituciones de la república islámica.
La reestructuración no es sólo política, sino también militar: al asumir el control político sobre los Guardias Revolucionarios, Hezbollah va a conformar un brazo militar mucho más poderoso. Con esa perspectiva, el actual jefe de los Guardias, Mohsen Rezai, realizó a fines de mayo una gira por diversos campos de entrenamiento de Hezbollah en Irán y extranjero, incluyendo la base Al Nasr, situada al noroeste de Teheran. Así mismo, el Hezbollah iraní aumentó su ayuda económica y militar a su brazo libanés para ganar influencia en las elecciones legislativas del 18 de agosto. Recientemente Irán envió una decena de aviones con armas y nuevos modelos de misiles Katyushas al Líbano. El rearme de Hezbollah incluye el peligro de nuevas operaciones terroristas en el exterior. A comienzos de este año, los servicios de inteligencia de Bélgica y Alemania consiguieron abortar una operación iraní para atentar contra la Embajada de Israel en Bonn, Alemania.
El 14 de febrero, tres días antes de que se cumpliera el cuarto aniversario del atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires, las autoridades aduaneras belgas inspeccionaron el carguero Shaheed Koladouz, de bandera iraní, que se dirigía a Alemania pero que tres días antes había anclado en el puerto belga de Amberes. Cuando inspeccionaron los containers que supuestamente contenían aceite y pickles, los aduaneros belgas descubrieron un mortero pesado, un lanzador especial y munición.
En un informe a los fiscales en Amberes, los expertos en explosivos del ejército belga señalan que el mortero tenía un alcance de 600 metros, mientras que las municiones estaban cargadas con 120 kilos de TNT y habían sido especialmente preparadas para perforar la estructura de edificios reforzados del tipo usados por embajadas. Una vez que la inteligencia alemana aprehendió al destinatario de la carga en Munich, la Cancillería alemana discretamente pidió a la Embajada de Irán en Bonn que retirara a varios diplomáticos involucrados en el caso.
Página 12 - Argentina
20/7/96