Ubicada a pocos pasos de la plaza principal de la ciudad, la casa tenía un aspecto señorial pero se derrumbó con el terremoto y no quedó nada de ella, ni de los muebles ni de la historia que contenía más que la placa conmemorativa que señalaba su pasado ilustre.
Por Walter Goobar, enviado a Pisco
Pisco era una pequeña y muy antigua ciudad hecha de barro y pintada de blanco, ubicada a 231 kilómetros de Lima. La iglesia, las casas eran de adobe. Ese fue el destino del 85% del centro histórico de Pisco.
Una de esas casonas de barro y paja albergó al Libertador José de San Martín durante la campaña para la independencia del Perú. Ubicada a pocos pasos de la plaza principal de la ciudad, la casa tenía un aspecto señorial pero se derrumbó con el terremoto y no quedó nada de ella, ni de los muebles ni de la historia que contenía más que la placa conmemorativa que señalaba su pasado ilustre.
La vivienda de San Martín se levantaba en la primera cuadra de una avenida que lleva su nombre y que culmina cerca del litoral pisqueño. Esa avenida es una de las más golpeadas por el sismo: a 100 metros se encuentra lo que alguna vez fue el hotel Embassy, de cinco pisos, donde los rescatistas aún buscan cadáveres entre los escombros.
En la casa del Libertador, las paredes de adobe, que habían sido reforzadas, cedieron con el terremoto. Sólo resistió una parte de la fachada, totalmente cuarteada, y en la puerta principal sobre la parte superior quedó un asta donde flameó la primera bandera peruana.
Lo único que se pudo rescatar del frente es una placa de bronce, que no se desprendió. La placa con el rostro en alto relieve de San Martín dice : "Habitó esta casa el año de 1820 el soldado de la libertad del Perú, don José de San Martín".
Los techos de sus siete habitaciones, todas amplias, cayeron y en la entrada provocaron la muerte de una persona. La historia de esa modesta vivienda está directamente relacionada con la historia del héroe argentino que en 1821 proclamó la independencia de Perú.
En su campaña continental, el ejército Libertador de San Martín zarpó del Puerto de Valparaiso, el 20 de agosto de 1820. La expedición constaba de 4118 hombres. Después de 18 días de navegación, el 8 de setiembre de 1820, se inició el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas, cercana al puerto de Pisco.
Mientras se realizaba el desembarco de todo el ejército, un escuadrón de caballería y una compañía de infantería con artillería ligera se adelantaron a tomar posiciones en las inmediaciones de Pisco. El Ejército Libertador, con el propio San Martín al frente, entró al ciudad en horas de la tarde. A su paso, muchos lugareños vivaron a las tropas patriotas y hubo jóvenes, incluidos algunos esclavos, que se ofrecieron como voluntarios portando como credencial alguna de las proclamas distribuidas clandestinamente en los puertos.
Antes de caer la noche del 8 de septiembre, mediante una imprenta portátil perteneciente a su ejército, San Martín emitió su primera proclama desde suelo peruano. En esta proclama decía:
"Compatriotas: […]. El último virrey del Perú hace esfuerzos para prolongar su decrépita autoridad […]. El tiempo de la impostura y del engaño, de la opresión y de la fuerza está ya lejos de nosotros, y sólo existe la historia de las calamidades pasadas. Yo vengo a acabar de poner término a esa época de dolor y humillación. Este es el voto del Ejército Libertador".
La firma de la proclama es elocuente: "San Martín. Cuartel general del Ejército Libertador en Pisco. Septiembre 8 de 1820. Primer día de la libertad del Perú".
Los patriotas ocuparon Pisco, Chincha y demás haciendas inmediatas. San Martin estableció entonces su Cuartel General en Pisco y allí creó la primera bandera del Perú. Era roja y blanca y estaba inspirada en los flamencos andinos.
El Libertador instaló su estado mayor en la antigua casona que no sobrevivió al reciente terremoto. Allí trabajó y residió durante algunos días, definiendo la estrategia militar a seguir en suelo peruano y complementariamente vislumbrando lo que sería la primera bandera y el primer escudo del Perú independiente.
El desembarco en Pisco era parte de un plan de guerra de guerrillas. El estratega pretndía atraer las fuerzas de Lima y enviar una expedición a la sierra central con 2000 hombres y abundantes armas y municiones.
El jefe de esa expedición era José Álvarez de Arenales y sus misión formar partidas guerrilleras para bloquear y cercar la ciudad de Lima para promover la insurrección.
La guerra de zapa rindió sus frutos: entre el 26 de junio y el 6 de julio de 1821: Las fuerzas españolas evacuaron Lima, debido a la falta de subsistencia causada por la acción de Arenales en la Sierra y por las guerrillas y la desmoralización de las tropas. El día 12 de julio San Martín entró en Lima.
En 1832 Pisco fue renombrada Villa de la Independencia, pero al ser declarada ciudad en 1898, recuperó su antiguo nombre de origen quechua que significa "pájaro".
Desde 1920 la casa había sido sede del Club Social Pisco y era centro de reuniones culturales y sociales de los pisqueños. El local estaba siendo arreglado ante la cercanía del día central de Pisco, el 6 de setiembre. La celebración quedó para otra ocasión: "Ahora qué vamos a celebrar, no tenemos ningún motivo para hacer reuniones", dijo a 7 Días Silvia Lévano, dueña de un negocio a escasos metros que se vino abajo.
Frente a la casa en ruinas una patrulla de soldados comenta a 7 Días que pocas horass antes la policía rescató algunos objetos que allí se conservaban.
"Pregunten en la comisaría", recomendó un soldado.
En efecto, allí estaban: algunos muebles, el marco de un espejo ovalado, los huacos -vasijas de barro peruanas-, y la placa de bronce que fue rescatada del frente de la casa.