Por primera vez en la historia quedó demostrada en la justicia alemana la participación de las máximas autoridades iraníes en un sonado caso de terrorismo político.
(Por W. G.) El Tribunal Supremo de Berlín condenó ayer jueves a cadena perpetua al iraní Karem Darabi, presunto miembro de los servicios secretos iraníes (Vevak), como organizador del atentado, y al ciudadano libanés Abas Rayel, dos de los acusados por el asesinato que costó la vida al presidente del Partido Democrático del Kurdistán (iraní), Shadej Sharafkindi, y a otros tres disidentes kurdos iraníes, en el restaurante Mykonos de la capital alemana, el 12 de setiembre de 1992. Otros dos acusados, cómplices del asesinato, recibieron penas de 11 y cinco años y un quinto salió absuelto. En la fundamentación de la sentencia, el tribunal berlinés señala a la dirección política del Irán como instigadora del asesinato. Estas decisiones sobre crímenes contra disidentes en el extranjero se adoptaron en el seno del "Comité para Asuntos Especiales" en el que participaron los más altos dirigentes del régimen iraní, estima el tribunal berlinés. El objetivo del asesinato, ordenado desde el poder, era acallar las voces opositoras al régimen. Tras conocerse la sentencia, Alemania expulsó a cuatro de los sesenta diplomáticos iraníes acreditados en Bonn, retiró a su embajador en Teherán y reconoció el fin al controvertido "diálogo crítico". Teherán respondió con una medida simétrica.
La sentencia de Berlín abre una tormenta política pero cierra el caso Mykonos, bautizado así por el nombre del restaurante donde cuatro libaneses y un iraní, al servicio del régimen de Teherán, asesinaron a tiros a tres dirigentes en el exilio de un partido kurdo iraní de orientación socialdemócrata y a un intérprete que se encontraba con ellos aquella noche.
La parte mas delicada de la sentencia de Berlín no es tanto la condena a los asesinos y sus cómplices como la referencia a la dirección del régimen iraní. En ese comité, que imparte las órdenes de asesinar a los opositores, se sientan nada menos que el jefe del Estado Ali Akbar Rafsanjani, el máximo líder religioso Ali Jameini y el jefe de los servicios secretos, Ali Fallahiyan. Este último personaje se entrevistó el 7 de octubre de l 993 en la Cancillería en Bonn con el coordinador de los servicios secretos alemanes, ministro de Estado Bernd Schmidbauer, durante una visita oficial a Alemania. El 14 de marzo del año pasado, el tribunal supremo alemán dictó orden de captura contra este individuo bajo la acusación de ordenar los asesinatos del caso Mykonos.
Tres años y medio tardó en producirse la sentencia, que se emitió ayer en Berlín, en medio de extraordinarias medidas de seguridad, con unos 2.000 policías encargados de controlar el orden y francotiradores, ubicados en las azoteas de los alrededores. Bonn teme ahora las repercusiones en Irán de la sentencia, que acusa, sin nombrarlos, a los máximos dirigentes del régimen de ordenar asesinatos terroristas contra los opositores en el exilio. Los líderes religiosos iraníes han respondido emitiendo una amenaza de fatwa (condena de muerte) contra los tres miembros del equipo acusador que recuerda a la lanzada contra el escritor Salman Rushdie. Unos 500 alemanes residen en Irán, incluido el personal diplomático y sus familiares, y uno de los temores latentes es la posibilidad de que Teherán tome represalias contra ellos.
Hace un año, las autoridades belgas y alemanas consiguieron abortar un atentado contra la embajada de Israel en Bonn que era una represalia por pedido de captura del Ministro iraní de Inteligencia, Ali Fallahiyan acusado de haber planificado el atentado.
El 14 de marzo de 1996, tres días antes de que se cumpliera el cuarto aniversario del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires, las autoridades aduaneras belgas inspeccionaron el carguero Shaheed Kola-douz de bandera iraní que se dirigía a Alemania pero que tres días antes había anclado en el pueblo belga de Amberes. Cuando inspeccionaron los containers que supuestamente contenían aceite y picklesz los aduaneros belgas descubrieron un mortero pesado con un alcance de 600 metros, un lanzador especial y munición que contenía 120 kilos de TNT. Los expertos en explosivos del ejército belga indicaron que el mortero tenía un alcance de 600 metros, mientras las municiones estaban cargadas con 120 kilos de TNT y habían sido especialmente preparadas para perforar la estructura de edificios reforzados del tipo usados por embajadas. La mortífera carga iba consignada a nombre de un despachante del gobierno iraní y destinada a una empresa privada iraní con sede en Munich.
Los agentes belgas arrestaron a dos agentes del Ministerio de Inteligencia iraní que escoltaban la carga que iba a bordo del Shaheed Kola-douz y que había sido cargada en el puerto iraní de Bandar Abbas el 29 de febrero. Simultáneamente, los servicios de inteligencia alemanes detuvieron al despachante y a los propietarios de la compañía iraní de Munich. Una vez que la inteligencia alemana aprehendió al destinatario de la carga en Munich, la Cancillería alemana discretamente pidió a la Embajada de Irán en Bonn que retirara a varios diplomáticos involucrados en el caso.
Durante mucho tiempo Bonn había sostenido la política de "diálogo crítico" con irán, que se derrumbó tras la sentencia de Berlín. El fallo desencadenó un terremoto político entre Irán y los quince países de la Unión Europea que convocaron a sus embajadores en Teherán para consultas. El Daily TelegrapE de Londres afirma que durante la cumbre de cancilleres de la CEE prevista para fines de este mes en Bruselas, Gran Bretaña propondrá la adopción de sanciones contra Irán. Entre las opciones sometidas a consideración se cuentan el embolso de material militar y la expulsión de diplomáticos iraníes de las capitales europeas.
Los intereses económicos de Alemania en Irán hacen que Bonn se mueva con pies de plomo en este terreno. Alemania es uno de los principales socios comerciales de Teherán. Las exportaciones alemanas a Irán alcanzaron a 1.300 millones de dólares en 1996, mientras que las importaciones ascendieron a 658 millones de dólares. El tribunal de Berlín pasó por alto estas consideraciones políticas y falló con arreglo a los criterios de justicia y culpabilidad.
Las redes de Ali Fallahiyan
(Por W.G.) Las actividades de los diversos servicios de inteligencia iraníes están centralizadas por el Consejo Supremo para los Asuntos de Inteligencia (Vevak), que está encabezado por el ministro de Inteligencia, Ali Fallahiyan. Aunque el ministerio se estableció en 1985, las operaciones de los distintos servicios estaban mal coordinadas y frecuentemente superpuestas. Trabajando en paralelo con el Consejo Nacional de Seguridad, la Vevak dirige las actividades de inteligencia militar, los Pasdarans (Guardianes de la Revolución) y la oficina de Guía Espiritual. El segundo de Fallahiyan es Bour Mohammedi, un especialista en Irak de 45 años de edad, quien tiene bajo su responsabilidad el sistema de archivo central heredado de la Savak(el servicio de inteligencia del sha), supervisa la rama del aparato judicial que se conecta con asuntos de seguridad y se ocupa también de los reclutadores y entrenadores de agentes. La nueva red de inteligencia y seguridad -que es una copia de la estructura de la actual inteligencia rusa- emplea unas 20.000 personas y tiene 12 departamentos diferentes:
-Seguridad Interna: está dirigida por Ali Rabii. Constituye la división más importante de Vevak y controla el Ministerio de Interior. Dispone de un abultado presupuesto, se extiende en todo Irán mediante una red de oficinas regionales muy bien estructuradas.
-Seguridad Externa: dirigido por Mehdi Chamran, hermano del ex ministro de Defensa, Mustapha Chamran que murió en Basrah en 1983. Este departamento selecciona a la mayoría de los diplomáticos iraníes destacados en el extranjero. Su brazo operacional son las Brigadas Al Quds cuyas ramas clandestinas más importantes se encuentran en Turquía y Pakistán. En Europa su presencia era más fuerte en Alemania donde uno de los pesos pesados de Fallahiyan Jamshid Taffrashi, se desempeñaba como jefe de seguridad de la embajada de Irán en Bonn, y otro, Mortaza Rahmani Muwahed, era primer secretario.
-El Servicio de Contraespionaje: está dirigido por Mohamed Takari, quien es el encargado de la cooperación con los servicios de inteligencia extranjeros, particularmente los alemanes, coreanos y rusos.
-La Agencia de Movimientos Revolucionarios: conducida por Muwahidi Kermani, se ocupa de la financiación, coordinación y apoyo logístico a Hezbollah, la Jihad Islámica, el Hamas palestino y el GIA argelino.
-El Servicio de Contraterrorismo: está dirigido por Amir Hussein Taqaoaoui, que se encarga de los asesinatos de opositores políticos.
-La Inteligencia Especial y Militar: está a cargo de Ahmed Hijazi.
-La Inteligencia Comunitaria: dirigida por Ali Chafii, se ocupa de las actividades en los barrios, las mezquitas y los mercados.
-Estudios Estratégicos y Seguridad Nacional: este departamento lo dirige Mollah Ahmedi.
-El Servicio de Capacitación: dirigido por Reza Saif Allahi, administra centros y campos de entrenamiento para los agentes iraníes.
-El Servicio Técnico: controlado por el Ministerio de Telecomunicaciones, está manejado por Mohamed Gharazi.
-Finanzas y Administración: a cargo de Baker Zoalkadar.
Página 12 - Argentina
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