EEUU ya ha invadido los dos países con los que Irán tiene fronteras y ese pais es el único de los seis que Condoleezza Rice' califica como "avanzadas de la tiranía" y parte del Eje del Mal que, además tiene posibilidades de adquirir armas nucleares. Lo cierto es que si Bush tiene un top ten de los próximos países a bombardear, Irán es el favorito.
Por Walter Goobar
El derecho de Irán a la energía nuclear y el desafío a Occidente respecto a sus ambiciones atómicas es elprimer y unico tema, desde la Revolución Islámica de 1979, que ha lineado a todas las facciones políticas, clases sociales y medios de comunicación.
Jóvenes o viejos, conservadores o reformistas, seguidores o detractores del régimen, todos se han unido en la creencia de que Irán no debe resignar sus aspiraciones nucleares ni hacer concesiones a Occidente.
Mientras se hacen los últimos ajustes para reanudar sus actividades de conversión de uranio, Irán afronta imperturbable la perspectivade una invasión, o en el mejor de los casos-, de un ataque militar norteamericano. A George W Bush no le faltan ganas, sino que es más probable que le falte la mano de obra calificada para una invasión a corto plazo pese a que el presidente norteamericano calificó de ridículas las versiones de un ataque inminente. La tímida desmentida, no hace sino confirmar esos temores. De hecho, EEUU ya ha invadido los dos países con los que Irán tiene fronteras y ese pais es el único de los seis que Condoleezza Rice' califica como "avanzadas de la tiranía" y parte del Eje del Mal que, además tiene posibilidades de adquirir armas nucleares. Lo cierto es que si Bush tiene un top ten de los próximos países a bombardear, Irán es el favorito.
Aunque la opción militar parece poco probable en la actualidad, no puede ser excluida. Principalmente si los medios diplomáticos se agotan y demuestran ser inútiles. Es muy improbable que la comunidad internacional apruebe dicha acción, en cuyo caso Estados Unidos continuaría solo, o con el apoyo de una coalición de aliados mucho más pequeña que la coalición iraquí.
Aunque algunos prefieren la eliminación de los teócratas iraníes por la fuerza, los iraníes reaccionarían ante cualquier intervención para defender su tierra ante los extranjeros, no por aprecio a la elite de la Administración.
Si se produce un ataque, sería bajo la forma de un ataque aéreo quirúrgico, dirigido a destruir las instalaciones nucleares iraníes pero omo alternativa, es posible se baraja un sabotaje dirigido por comandos, muy complicado desde el punto de vista logístico.
En una entrevista con el Corriere della Sera el ex sercretario de Estado Henry Kissinger advierte que no se opone a pensar en una acción militar, "pero creo que es algo que debe considerarse con sumo cuidado. Claro, no lo recomiendo, pero por otro lado, es muy grave tolerar un mundo con múltiples centros de armamento nuclear ilimitado. No recomiendo la acción militar, pero tampoco recomiendo su exclusión."
A principios de este año, el vicepresidente Richard Cheney señaló que el papel de Israel continúa siendo impredecible. Israel podría atacar unilateralmente, tanto con el apoyo estadounidense como sin él. A pesar de que Israel destruyó con éxito la central nuclear iraquí de Osirak en 1981, los retos logísticos de Israel en la situación actual son verdaderamente formidables, y van desde sistemas de defensa aéreos iraníes hasta la capacidad de los aviones israelíes para alcanzar estas enormes distancias. Y tampoco se puede descartar un posible contraataque con misiles de Irán a Israel.
Un ataque militar israelí contra Irán podría resultar regionalmente desestabilizador al intensificarse el apoyo de Irán a los movimientos terroristas. Su respaldo a las operaciones de Hezbollá, en el sur del Líbano, complicaría todo el proceso de recuperación y normalización del Líbano, y el apoyo iraní a los grupos militares palestinos en los territorios ocupados. En el mismo Israel, se pondría aún más en peligro el frágil proceso de paz entre Israel y Palestina, que para muchos ya se halla en una situación límite.
Por otra parte, un ataque contra Irán no detendría sus deseos nucleares, síno que solamente los atrasaría significativamente.
No hay motivos razonables para que Teherán siga con sus planes. La misma técnica que quiere emplear para enriquecer el combustible de las centrales sirve para fabricar el material de las bombas atómicas. Nada asegura que no pueda desviar parte del uranio destinado a la generación de electricidad para fines bélicos.El hecho de que, durante 18 meses, Teherán ocultara a la AIEA que estaba enriqueciendo uranio no es un buen precedente para confiar. La UE ha ofrecido un acuerdo para que las centrales nucleares iraníes se abastezcan con combustible atómico ruso, lo que permitiría el funcionamiento de las plantas de generación eléctrica pero eliminaría la posibilidad de construir bombas.
Es un error creer que el programa nuclear de Irán está dirigido principalmente por la actual Administración, cuando la realidad muestra que está dirigido por los nacionalistas y que comenzó durante la era del Sha en los años 70. La actual Administración utiliza el tema nuclear como una forma de mantener y extender la revolución iraní.
La amenaza de un ataque estadounidense, aunque sea limitado contra las instalaciones nucleares conocidas, mantiene igualmnte imperturbbles a los liberales y a los conservadores iraníes.
Irán ha estado en la mira de Washington desde que en 1979 la revolución islámica encabezada por el ayatola Jomeini derrocó al gobierno pronorteamericano del Sha de Irán y remplazó la autocracia por una teocracia. Pocos meses mas tarde, el 4 de noviembre de 1979, un grupo de estudiantes iraníes entre los que se encontraba por el recién estrenado presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad,-, tomaba 63 rehenes en la Embajada de EE UU en Teherán, creando una grave crisis diplomática y desencadenando sanciones contra el régimen de los ayatolás. Ahora, es decir un cuarto de siglo después, Irán vive su mayor enfrentamiento con EE UU desde entonces.
LOS FINES Y LOS MEDIOS
Los medios de comunicación iraníes han celebrado como una victoria la reactivación de Isfahan. El corazón nuclear de Irán se pone en marcha, afirmaba en primera página el diario conservador Hemayat, mientras que el ultraconservador Yumhuri-ye Eslami recogíó en sus páginas la opinión de numerosos iraníes partidarios de las actividades nucleares.
Próximo paso, Natanz, afirma Yumhuri-ye Eslami, en referencia a la más discutida planta de enriquecimiento de uranio, cuyas actividades permanecen suspendidas.
El Gobierno de Ahmadineyad se ha mostrado rápido y eficaz a la hora de explotar el nacionalismo de la población iraní. La cuestión nuclear se ha convertido en un asunto de orgullo patriota.
Los iraníes ven a su país como una nación avanzada y sienten inquietud al comprender que sus vecinos India y Pakistán, considerados menos desarrollados, sean potencias nucleares.
La televisión estatal se ha entregado en el vocero de la causa nuclear y la cobertura de la crisis ha estado salpicada con numerosas entrevistas, desde ciudadanos comunes hasta las damas más glamurosas, incluyendo a los mulás más barbados. Y todos defendiendo el mismo hecho: la energía nuclear es un derecho inalienable de Irán.
Irán no renunciará a la opción nuclear a menos que se alcance un trato para normalizar las relaciones con Estados Unidos, lo que incluiría el levantamiento, o al menos la suavización de las sanciones, y la resolución de las principales disputas. En última instancia, si EEUU no se une a la negociación, o si al menos da su aprobación firme pero tácita para el acuerdo, no se alcanzará ningún trato.
Revista Veintitrés Internacional
Agosto 2005