La imagen emblemática de las Madres de Plaza de Mayo vive una situación inédita para su historia de críticas implacables al oficialismo de turno. Esta vez encuentra cosas buenas en un gobierno, aun cuando no deje de señalar su desagrado con el capitalismo, las mafias del PJ e incluso algunos ministros. ¿Hizo autocrítica, está más prudente o se convirtió en una leona herbívora? Hebe de Bonafini responde un reportaje a fondo.
Por Walter Goobar
hay un cambio superficial y obligado en la rutina cotidiana de Hebe Pastor de Bonafini: pasa muchas más horas que antes recluida en su casa de La Plata. Una caída mientras limpiaba la heladera acabó en fractura de tibia. Pero hay otro cambio, más profundo y voluntario, que se refleja en sus declaraciones y gestos políticos. Sorprendentes para muchos, aunque ella sostenga que es parte de la “coherencia” y de “saber escuchar a la gente”. En estos días, Bonafini es capaz de elogiar a algunos funcionarios y criticar a algunos piqueteros y partidos de izquierda. Y aun de confesar que se equivocó con Néstor Kirchner, pese a ratificar que “lo rodea una mafia que lo ayudó a llegar al poder”. Bonafini dice: “Es cierto, antes decía que Kirchner era la misma mierda que Menem y Duhalde, pero no lo conocía. En esta me equivoqué”. Aunque claro, dirá después, que todo bien mientras el Gobierno no tuerza el rumbo inicial.
–¿Está más pragmática o se ha convertido en un león herbívoro?
–Los leones comen de todo: comen carne y comen hierbas...
–¿Ha llegado el momento de comer hierbas?
–Yo creo que este es un momento diferente.
–¿Es parte de algún proceso de autocrítica? Pareciera que ahora está menos antisistema que antes.
–No, es ver las cosas como son. Ningún gobierno anterior hizo cosas como la gente. Ahora las Madres estamos viendo bien algunas que hace el Gobierno. Algunas... no digo todas.
–Deme ejemplos...
–Me pareció excelente el nombramiento de Graciela Ocaña en el PAMI, me pareció excelente la nominación de Carmen Argibay para la Corte Suprema. Para muchos partidos de izquierda, ser antisistema es ver todo mal y que nada está bien. Yo creo que si uno lee mucho al Che y los discursos de Fidel, que es el sabio de este siglo, ve cuántas modificaciones fue haciendo en su discurso y cómo hay que saber ver los nuevos momentos y los nuevos espacios. En este gobierno hay cosas que están requetebien y cosas que están requetemal...
–Otra vez le pido ejemplos.
–Los acuerdos que tiene Kirchner con Duhalde y con parte del peronismo. Creo que los acuerdos que hizo para llegar le están costando caro, hay gobiernos de mafias: Romero, Duhalde, Ruckauf, Solá, Alak. En todas las provincias hay mafias. No es que porque vino Kirchner, ahora Alak o Solá no son lo mismo que antes. Por eso no descubren tantos secuestros: porque están hechos por las mismas mafias que nos gobiernan y que los sostienen a ellos. Esta crítica es muy dura y yo se la he dicho al Presidente.
–¿Cual es la relación, el trato que usted mantiene con Kirchner?
–Creo que si nos abrieron la puerta de la Casa de Gobierno para que vayamos, lo tenemos que aprovechar, porque como nos dijo Kirchner la Casa de Gobierno no es de él, es de todos. A él le ha tocado ocupar circunstancialmente el sillón de Rivadavia y lo vamos a ir a ver y a reclamarle por cada tema que nos preocupa, como el de las tropas norteamericanas en suelo argentino o el del desprocesamiento de los piqueteros. El día de la Marcha de la Resistencia yo no le había pedido ninguna entrevista y él nos mandó a llamar para saludar a las Madres del interior. Pero lo que le pedimos no salió. Entonces, ahora, al mes de la marcha, le vamos a pedir una entrevista para preguntarle por qué no desprocesó a los piqueteros en las causas federales que eran del ámbito de su competencia.
–¿Usted no cree –como dice Elisa Carrió– que hay un intento del Presidente de seducir o de cooptar a la oposición?
–Yo creo que somos un país muy extraño. Si el Presidente hubiera nombrado sólo peronistas acérrimos, todos estarían escandalizados. Como está llamando a gente que ha pertenecido a otros partidos o a otra izquierda, entonces lo critican por demagógico. Yo no lo veo demagógico a Kirchner. Lo veo como un hombre muy sencillo, muy fuerte, con muchas convicciones, pero muy rodeado de mafia, que eso es lo que más le va a costar...
–Pero en otra época usted lo veía como parte del sistema...
–No, porque yo no lo conocía...
–Hebe, antes de las elecciones usted dijo textualmente que Duhalde, Menem y Kirchner eran la misma mierda.
–Por eso cuando me di cuenta de que no eran la misma mierda, que tomaba otras decisiones, que era un tipo que se enfrentaba a los militares, admití que me había equivocado y se lo dije.
–¿Y él que le contestó?
–Soltó una carcajada. Aunque él forme parte del sistema capitalista que nosotras no queremos, hace cosas que lo ponen un poco más de nuestro lado. Todo el tema de los militares, el tema de la policía. Él hizo montones de cosas que no hizo nadie...
–¿Kirchner la sedujo, la convenció, la conquistó?
–Ni me conquistó, ni me sedujo, ni me convenció. Para mí las personas son lo que hacen y no lo que dicen. Y lo que yo siento cuando lo veo actuar al Presidente o cuando estoy con él es que es un hombre que está mucho más del lado nuestro que todos los gobernantes que lo precedieron. Abrió la Casa de Gobierno, se presta a las críticas: se queda callado y te mira. Piense que nosotras durante 26 años no pudimos entrar nunca a la Casa de Gobierno. Cada vez que íbamos a llevar una carta nos ponían 200 policías en la puerta y traían un tipo para que nos reciba la carta al lado de la reja. Yo sé que Kirchner no es revolucionario ni socialista, pero no voy a ser tan necia de no reconocer que él ha hecho muchas cosas que nosotras queríamos que hiciera.
–¿Como ve la relación de la Argentina con Estados Unidos y con el FMI?
–Yo creo que hay que alejarse lo más posible de ellos. Con EE.UU. no se pueden tener relaciones porque es el Estado más criminal que existe. Se lo hemos dicho, como el no pago de la deuda externa.
–Cuando usted le plantea estas cosas al Presidente, ¿él qué le contesta?
–Hay cosas que dice que las va a hacer y hay otras cosas que no contesta y uno se da cuenta de que no las va a hacer. Cuando yo le dije que no lo quería a Beliz o a Scioli... él no dijo nada.
–Sobre Beliz, ¿ha cambiado de opinión?
–No, todavía no. Ha hecho algunas cosas que me han sorprendido, pero lo tengo en la lista de los hombres que estuvieron con Menem y es muy difícil limpiarse de Menem.
–¿Y del canciller Bielsa, qué opina?
–Es muy gambeteador... podría estar con el hermano.
–¿Y de Lavagna?
–No es santo de mi devoción... Lavagna es un tipo que está en un lugar muy difícil. No se sabe qué es lo que tiene para repartir... Me da la sensación de que está más cerca de Cavallo que de Kirchner en sus pensamientos. Lo tengo en stand-by porque es muy difícil limpiarse de las negociaciones con el FMI.
–¿Y Cristina Fernández?
–Nunca estuve con ella, pero sé que ha hecho muy buenas investigaciones, que siempre se ha jugado, que mantiene un perfil inédito para ser la mujer de un presidente. Es más senadora que la mujer del Presidente.
–Otra cosa novedosa es su crítica algunos sectores piqueteros, al corte permanente de rutas, y que ellos también la critiquen a usted...
–No a todos. Salí a criticar a algunos... Yo siempre fui muy crítica... Desde hace mucho tiempo las Madres criticamos que los partidos políticos empezaron a formar piqueteros. Que cada partido de izquierda tenga su propio movimiento piquetero desnaturaliza el piquete. Eso lo dije desde que vi que los partidos de izquierda comenzaron a copar las asambleas barriales. Yo se los dije clarito que a las asambleas como la de Parque Centenario había que ir a escuchar a la gente, no a coparlas. Cuando comenzó lo de Parque Centenario era una cosa maravillosa en la que no había banderas políticas y cada uno exponía desde su asamblea y desde su barrio. Cuando los partidos políticos le vieron la pata a la sota empezaron con las banderas, a anotarse para hablar y a veces hablaban cinco del mismo partido. La gente a partir de eso se fue abriendo. Esta bien que los partidos estén, pero no que pretendan apropiarse de las asambleas. Las Madres tenemos mucha relación con la Verón, con Barrios de Pie, con José “Pepino” Fernández en Salta, porque no dependen de un partido aunque cada uno tenga su corazón en un partido. Eso es excelente. Nosotros estamos con los que son “naturalmente” piqueteros. Los partidos que no tienen ninguna creatividad desnaturalizan el piquete, por ejemplo cuando el Partido Comunista crea Movimiento Territorial Liberación.
–¿Hace el mismo corte para el caso de las fábricas ocupadas?
–Igual. Fábricas ocupadas con producción es una cosa y fábricas ocupadas que no producen pero que algunos partidos las tomaron para hacer asambleas no es lo mismo.
–Ya nombró al PC. ¿Con el Partido Obrero también tiene diferencias?
–Discutí mucho con ellos por el tema de la fábrica Brukman porque yo quería ir allí sin que me hicieran entrar los partidos políticos. Lo que yo quería era hablar realmente con la gente que trabaja en Brukman y eso lo dije en su momento. Pareciera que no se puede hablar de que uno siente el comunismo o el socialismo como una forma de lucha que querían los hijos y que queremos nosotros, porque la han desnaturalizado. Yo sigo siendo revolucionaria y sigo reivindicando al comunismo y al socialismo como forma de lucha, pero no desde adentro de estos partidos que se van amoldando y acomodando y que no tienen ninguna creatividad y que no aprendieron a escuchar a la gente. Y la prueba está en que no juntan gente ni votos. A los partidos de izquierda les costó siete años entender a las Madres. Ahora les va a costar otros siete años entendernos. En realidad nunca nos entendieron ni nos apoyaron. Siempre hemos discutido con la izquierda: somos de izquierda pero la izquierda que tenemos en la Argentina no es la que nosotros queremos.
–La última. ¿Qué opina sobre las declaraciones de la Iglesia con respecto a que los planes Trabajar alientan la vagancia?
–¡Qué coraje que tienen los curas! Ellos que nunca trabajaron se ponen a hablar de esto. Hablan de la familia y nunca tuvieron familia. Hablan del aborto y nunca se casaron ni tuvieron hijos... Hablan de la vagancia cuando no hay vagos más grandes que los curas. En su perra vida levantaron un trapo de piso. ¡Por favor! ¡Que se dejen de embromar! Mucha gente del Plan Trabajar, trabaja. Yo creo que hay que hacer renacer la cultura del trabajo, pero con trabajo. No con punteros políticos.
Revista Veintitrés
ID nota: 1843
Numero edicion: 287 08/01/2004