JULIO COBOS

“Tengo más química con Cristina”

El gobernador radical de Mendoza y candidato a vicepresidente por el Frente para la Victoria afirma que tiene más química personal con Cristina que con Néstor Kirchner porque siempre trabajó rodeado por mujeres.

Por Walter Goobar, (desde Mendoza)
El gobernador radical de Mendoza y candidato a vicepresidente por el Frente para la Victoria afirma que tiene más química personal con Cristina que con Néstor Kirchner porque siempre ha trabajado rodeado por mujeres. Julio César Cobos se declara defensor del rol de la mujer en la política y dice estar libre prejuicios machistas. Sin embargo, cuando se le pregunta unión civil de homosexuales, afloran ciertas diferenccias con el kirchnerismo. “Es un tema que divide a la sociedad”, dice Cobos pese a que esta semana la senadora Vilma Ibarra presentó un proyecto del ley que permite el matrimonio de personas del mismo sexo.
Este inginiero Civil y en Construcciones que nació el 30 de abril de 1955 en Mendoza, es un maratonista fanático que nunca se psicoanalizó. Se afilió a la UCR en 1991 y en 2003 votó a Ricardo Lopez Murphy, pero fue expulsado del radicalismo por haber reeditado el famoso abrazo de Balbín y Perón al aliarse con el kirchnerismo.
-¿Cómo se definiría?
-Soy un hombre común. Un ciudadano más, como cualquier otro que no ha vivido de la política, me gusta lo público, he tenido importantes ofrecimientos en el exterior, pero siempre quise quedarme en Mendoza.
-Enumere tres de sus defectos.
-(Se ríe). Soy un poco obsesivo...no sé si es un defecto o una virtud. Es feo ser tan obsesivo con ciertas cosas...
-Le faltan dos...
-Es dificil hacer autocrítica...otro defecto es que le dedico mucho tiempo al trabajo y le quito tiempo a mi familia y también me cuesta delegar.
-¿Y tres virtudes?
-Tengo mucha voluntad, perseverancia y obsesión por las cosas.
-¿Ser radical K, es un defecto o una virtud?
-(Se ríe) Es una realidad. Se trata de actuar conforme a principios y a circunstancias. Nosotros durante muchos años vivimos desencuentros y siempre decía: “Aquí hay que apoyar las cosas que están bien y las que no hay que decirlas, expresarlas”. No comparto que haya que oponerse por oponerse. No hago de la mezquindad un estilo de hacer política y como no vengo con un molde tradicional, aparezco como un poco rebelde en el modo de hacer las cosas, pero trato de actuar conforme a la realidad que hoy vive el país. Se necesita el esfuerzo de todos.
-A usted se lo acusa de contribuir a enterrar a uno de los dos partidos tradicionales: la UCR.
-Son excusas, porque cuando el radicalismo obtuvo el dos por ciento de los votos hubo mucha hipocresía. Nadie se animaba a decir lo que digo ahora. No soy hipócrita: planteé esta discusión: el radicalismo gana cuando lleva propuestas progresistas: gana con Alfonsín y gana con la Alianza. Les decía a mis correligionarios que -nos guste o no- Kirchner está haciendo lo que nosotros deberíamos haber hecho. Nosotros -con De La Rúa-, terminamos con el mismo ministro que criticábamos (Domingo Cavallo). Entonces, ¿dónde están los que quieren enterrar al partido? Yo lo he querido salvar. Estamos con las banderas del radicalismo, de la concertación con nuestro sentido de pertenencia. Si ganamos la elección, vamos a trabajar para recuperar el partido. Vamos a pedir que se llame a elecciones y que se respete la voluntad de la mayoría.
-Si Alfonsín hubiera hecho lo que hizo usted...
-¡Ah! en ese caso sería una genialidad, pero lo hizo Cobos. Si lo hubiera hecho Alfonsín estarían todos aplaudiendo. Le ponen el radicalómetro a uno si y a otro no.
-Usted a dicho que Alfonsín y Duhalde están detrás de Roberto Lavagna.
-Es así. La esposa de Duhalde manifestó su compromiso con Lavagna y el propio Duhalde ha dicho: “Yo lo acompaño a Kirchner hasta que temine”, con lo cual está diciendo que no lo acompaña después. Además, Lavagna fue ministro de Duhalde y es una persona allegada a Alfonsín. Obviamente que la candidatura de Lavagna es el fruto de un acuerdo entre Alfonsín y Duhalde.
-Tambien ha dicho que Lavagna es un candidato peronista.
-Al principio Lavagna se peronizó mucho y eso espantó a los radicales y después se radicalizó mucho y ahora espantó a los peronistas.
-Sé que usted tiene una esposa que se llama Cristina y una hermana que se llama Alicia, pero esta semana pasada tuvo que desmentir una separación de Cristina Fernández...
-Sí, una separación o un divorcio. No sé porqué tenemos que estar todos los días juntos. Cristina sabe que tengo que gobernar hasta el el 11 de diciembre. Por eso decidimos dividirnos, porque no puedo estar en todas partes. Servimos más separados. Me invitaron tres veces a EEUU y no pude ir, además es ella la que tiene que establecer las relaciones. La relación es excelente y no hay tal separación ni divorcio.
-Pero hubo chisporroteos con las cifras del INDEC.
-No me meto en cuestiones técnicas. Dejo que se expresen los técnicos. Quiero que los técnicos de Mendoza se pongan de acuerdo con los técnicos de Buenos Aires.
-Pero usted es calculista y obsesivo...
-Bueno, nosotros nunca habíamos tenido problemas con el INDEC pero apareció esta diferencia y la tienen que aclarar.
-Cuando el Presidente o la senadora le propusieron que fuera candidato a la vicepresidencia ¿le dijeron que se esperaba de usted?
-Yo les dije que para ganar la elección no les hacía falta buscar a un hombre de otro partido, ni a un gobernador porque -por propio peso-, ganaban la elección. Veo en Cristina la intención de ponerle su propia impronta, porque es una mujer política. Me parece que se abre una etapa nueva en la Argentina y esa etapa tiene que ver con la pluralidad, con la participación, con el disenso en busca del consenso.
-¿Esa nueva etapa va a estar más signada por la continuidad o la renovación?
-Se pueden dar las dos cosas porque nadie va a tirar por la borda muchas de las cosas que están bien. La renovación debe permitir la alternancia, la renovación de la dirigencia. Esto siempre es bueno.
-¿En que temas va a canalizar su obsesividad?
-Por primera vez podemos definir un país a largo plazo: vincular la educación con el trabajo y la producción. Voy a impulsar estas cosas desde la titularidad del Senado.
-¿Cómo ve el funcionamiento del Parlamento?
-A partir del caso de las coimas en el Senado, el Parlamento quedó muy desprestigiado. Daniel Scioli logró recuperar esa imagen, pero hubo que actuar mucho sobre la coyuntura, con medidas sorpresivas como el pago al FMI, pero ahora hay una estabilidad y una tranquilidad y esto nos permite actuar de otra forma. Mi gestión va a ser distinta a la de Scioli.
-¿En qué se va a diferenciar?
-Le voy a dar una mayor ejecutividad al Congreso. No he sido legislador, nunca. No he sido concejal. Tres cargos ejecutivos he ocupado en mi actividad política, no tengo mucha actividad política tampoco. Fui tres años subsecretario de Urbanismo y Vivienda en la Municipalidad de capital (de Mendoza), después ministro de Obras Públicas un año y después gobernador y después decano de la Facultad. Son todos cargos ejecutivos, así que quisiera tratar de darle ejecutividad al Congreso porque también como gobernador veo la necesidad de contar con instrumentos para gobernar.
-El tema del hacinamiento en las cárceles ha sido motivo de denuncias internacionales ¿Cuál es la situación actual?
-Estoy orgulloso del sistema penitenciario que inauguramos hace poco. No puedo hacer obras instantáneas. Yo inauguré un nuevo sistema penitenciario que es ejemplo en el país y en América porque tiene talleres de trabajo, centros de capacitación , escuela, biblioteca y las comodidades que tiene que tener una persona privada de su libertad.
-¿Qué le parece la condena a reclusión perpetua del sacerdote Christian Von Wernich?
-Creo que es una condena que guarda relación con la manera como actuó. Lo han juzgado y lo han condenado conb la mayor pena que corresponde.
-Pero cual es su visión en los temas que tienen que ver con la memoria, los Derechos Humanos y los crímenes de la dictadura?
-Me parece que la mejor manera de terminar con la impunidad es una justicia que actúe conforme a lo que ocurrió. Los delitos de lesa humanidad no tienen que tener plazo. Tarde o temprano tiene que llegar la justicia y creo quye en el caso Von Wernich se ha hecho justicia.
-Otro tema controvertido es el del aborto ¿Cuál es su postura?
-Es un tema que divide a la sociedad y por eso la mía es una opinión muy reservada. Por principio, defiendo la vida, pero si corre peligro la salud de la madre o si hay una violación, el aborto está previsto. Aunque uno se enfrente con la Iglesia, hay un montón de medidas para evitar el aborto: Mendoza fue la primera provincia que sancionó la ley de Salud Reproductiva, la vasectomía, la primera en introducir la educación sexual.
-¿Y cuál es su postura respecto a la Unión Civil de homosexuales?
-(Se crispa) Prefiero no opinar de eso. Que cada uno haga su vida, pero soy una persona de principios religiosos y allí se mezcla lo político con las convicciones religiosas.
-¿Por razones religiosas prefiere no opinar sobre la unión civil?
-Son temas que dividen a la sociedad.
-Son temas que ningún candidato puede eludir.
-No le rehuyo, pero yo tengo una concepción particular de la familia.
-¿Porqué no la enuncia?
-Creo que cada hijo tiene derecho a tener un padre o una madre. Me parece que es lo lógico...lo natural. Ahora, cada uno puede hacer con su vida lo que quiere y en eso no me meto, pero me parece que la concepción natural es otra. Respeto todas las libertades habidas y por haber.
-¿Con cuál de los Kirchner tiene más química personal?
-Siempre he tenido una buena relación con las mujeres en mi trabajo...
-Es un seductor.
-(Se ríe) No...pero valoro mucho el rol de la mujer. Es más: cuando asumí, la mitad de mis mujeres eran ministros. Siguen siendo....
-Perdon. Habrá querido decir que la mitad de sus ministros son mujeres.
-Sí, claro. Siempre he tenido una buena relación con la mujer, por lo cual creo que vamos a tener una muy buena relación con Cristina. Con Kirchner nos hemos llevado bien en la relación institucional para resolver problemas en conjunto. Con los dos he compartido cenas, viajes, he jugado a las cartas, he salido a correr. Tengo una buena relación con ambos.
-¿Cómo vive la cuenta regresiva hasta las elecciones?
-Con ansiedad. La de ser el número dos del país. Cada vez me quedan menos días para ver cuál es mi futuro: si vuelvo a la actividad privada o si inicio un nuevo compromiso con la sociedad.
-Se anima a vaticinar un resultado.
-Cristina va a ganar en primera vuelta ganará en primera vuelta porque la oposición está muy fragmentada.
-¿El sillón de vicepresidente es mufa en la Argentina?
-Por ahí se están magnificando las cosas. El vicepresidente no compite con el presidente, es un complemento. Asumir el cargo de vicepresidente implica los reemplazos en determinadas circunstancias, viaje al exterior, enfermedad o lo que sea, así que uno tiene que estar preparado para lo menos y para lo más. Sé que por ahí se menosprecia la figura del vicepresidente, pero es ser el número dos del país: uno tiene que estar preparado para todo. Creo que después de ser gobernador de una provincia importante quedan dos escalones, son esos dos.
-Aunque el presidencialismo se ha fortalecido, la vicepresidencia lleva el estigma de la renuncia de Chacho Alvarez, por ejemplo?
-Cuando renunció Chacho yo dije que le hacía mal al país.
-¿Quién le hizo más mal De La Rúa o Chacho?
-Bueno, fue una mezcla de circunstancias. La verdad es que a De la Rúa le faltó tomar decisiones en forma inmediata, cuando tenía todo el poder. Tomó el camino contrario al que todos esperábamos y Chacho tendría que haber sostenido más el proyecto. Tenía todo el derecho de denunciar lo de las coimas, pero me parece que no lo tendría que haber dejado solo a De la Rúa.

RECUADRO
Julio César Cobos es ingeniero en construcciones y se afilió a la UCR en 1991 e ingresó en la función pública como Secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, luego se desempeñó como Ministro de Ambiente y Obras Públicas entre 1999 y 2000. Fue Decano de la Facultad Regional Mendoza de la Universidad Tecnológica Nacional entre 1997 y 2003, año en que fue elegido gobernador, liderando una coalición entre la Unión Cívica Radical de Mendoza, Recrear y Federal. De hecho, admite que en las presidenciales de 2003 votó por Ricardo López Murphy.
Hombre de perfil bajo que se llevaba bien con casi todos, Julio César Cobos comenzó a tomar protagonismo político cuando se convirtió en decano de la UTN. La universidad fue para él una especie de prueba, un laboratorio de ensayos sobre cómo construir una carrera política.
Cobos está casado con María Cristina Cerutti, con quien tiene tres hijos: Eugenia 22, Martina,24 y Agustín, 26. Los tres cursan estudios universitarios.
Revista 7 Días
OCT-19-2007