Eduardo Macaluse, hasta ahora jefe del ARI en Diputados Y Carlos Raimundi se oponen a la “dedocracia” de Elisa Carrió. Macaluse dice que hay muchos dirigentes que no se animan a contradecirla y que en la agrupación hay cada vez más “personas que participaron “del saqueo de los ´90”. Cree que la fuerza política “está tomando un camino equivocado que todavía se puede revertir”.
Por Walter Goobar
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Ocho diputados del ARI se oponen a la "dedocracia" de Elisa Carrió, rechazan la conducción de Adrián Pérez en el bloque partidario y se niegan a conformar un interbloque con Patricia Bullrich y el resto de los diputados electos por la Coalición Cívica (CC). Esta es la decisión de Eduardo Macaluse, Marta Maffei , María América González, Delia Bisutti, Carlos Raimundi, Lidia Naim, Leonardo Gorbacz, Emilio García Méndez y Verónica Benas. "Queremos garantizar la autonomía, la democracia en las decisiones y, sobre todo, la orientación de la fuerza", plantea Eduardo Macaluse quien hasta ahora fue jefe de la bancada del ARI en Diputados. Lo que principalmente les preocupa es la incorporación de miembros del establishment que participaron en el saqueo de los ´90, las experiencias de Domingo Cavallo y de las gestiones post-crisis en el sistema financiero. Sin nombrarlos, a ninguno de los aristas le seduce que entre las nuevas figuras de la CC, aparezcan Alfonso Prat Gay o Santiago del Sel.
En esta entrevista con 7 Días Macaluse cuestiona el balance electoral realizado por Carrió y admite que "discutir con ella es difícil porque no le gusta que le digan que no", aunque aclara que no es su intención dañar el liderazgo porque "no hay en el espacio, potencialmente, nadie que pueda reemplazar" a la dirigente.
--Nosotros lo que estamos cuestionando es -en primer lugar-, el rumbo qué está tomando la Coalición y la forma de procesar las diferencias. Lo que queremos es que el ARI tenga la misma autonomía que tienen todos los integrantes de la Coalición. Aceptamos que Elisa Carrió haya renunciado al ARI, pero el ARI tiene que tener autonomía. No puede seguir dependiendo de Carrió.
--Cree que el ARI sigue telecomandado o teledirigido por Carrió?
--Sí, por supuesto que si.
--¿Eso a qué se debe?
--A varias cosas: no ha habido una construcción institucional suficientemente densa como para poder establecer una independencia del liderazgo. En segundo lugar, porque hay muchos dirigentes que no se animan a contradecir a Carrió. A mí me parece que eso es malo. Para que haya un partido en serio, tiene que haber debate y los dirigentes tenemos que asumir la responsabilidad de sostener y aportar un liderazgo que también respete los puntos de vista de los que piensan distinto. Todo el liderazgo tiende por naturaleza a obviar los límites. Eso es malo en la República y es malo en un partido. Nosotros no podemos decir que hay determinadas prácticas que son nocivas para la República pero que son buenas para el Partido.
--¿Hay prácticas parecidas a las que se critican?
--Son parecidas en un sentido. El liderazgo de Carrió es un liderazgo honesto. No se parecen en eso a las prácticas del Ejecutivo, pero si se parecen en el puentéo de las instancias institucionales. No podemos criticarlas en el oficialismo y aceptarlas como saludables en el interior de nuestra fuerza.
--Más aún cuando se trata de una fuerza que se llama Alternativa por una República de Iguales...
--Justamente, la República establece la división de poderes para poner límites a las pulsiones del líder. Esto implica la necesidad de una dirigencia con pensamiento propio y con agallas porque -a veces- es inconveniente contradecir al líder. Se pueden perder cargos, lugares de decisión y ventajas.
--¿Me está diciendo que hay clientelismo?
--No hay clientelismo porque no hay demasiadas cosas para repartir, pero si hay temor de contradecir al líder. Tenemos una dirigencia que en el plazo de una semana aplaudía cuando Carrió dijo vamos con López Murphy y a la semana siguiente aplaudía cuando cCarrió dijo no vamos con López Murphy, vamos con el socialista Rubén Giustiniani. Lo que falta es masa crítica en la dirigencia.
--¿Estas diferencias afloraron después de las elecciones?
--No, las diferencias venían siendo procesadas internamente por una decisión nuestra. Todo esto que ahora estoy diciendo públicamente yo se lo dije a Carrió, a solas hace mucho tiempo, después se lo dije delante de otros dirigentes y se lo he planteado en plenarios y congresos, antes de las elecciones. Cuando Carrió intentó incorporar a López Murphy (en septiembre pasado) dije que si López Murphy entraba, yo me iba. Finalmente, no se fue con Lopez Murphy porque Lopez Murphy decidió no ir, pero el problema es haber pensado que se podía ir con López Murphy.
--Pero las diferencias se remontan más atrás...
--Si. Todos coincidimos de que era imprescindible ampliar la base de sustentación electoral y social del espacio. Pero era preciso un debate sobre quienes debían hacerlo, con quienes se debía encarar ese proceso y como se iba a discutir la forma en que se iba a hacer.
--Hubo otro episodio en el que Carrió dijo que "había que dejar de humillar a los militares" y ustedes le respondieron con una silenciosa visita al Museo de la Memoria
--Si. Es cierto. Nosotros visitamos la Esma como señal de alerta. Carrió no incorpora la impunidad en su planteo: ella plantea la necesidad de llegar a una reconciliación, pero nosotros creemos que eso es parte de decisiones que hacen a la opción intima de las personas. El papel del Estado es garantizar que haya juicios justos a los responsables del genocidio. Si hay reconciliación o no es otra cosa.
--Usted tampoco coincide con Carrió cuando ella dice que si no hubiesen faltado boletas tal vez hubiese habido ballotage.
--El Gobierno alcanzó el primero de los supuestos constitucionales para no ir al ballotage: llegó al 45 por ciento de los votos. Si Cristina alcanzó el 45 por ciento no hay ballotage salvo que Carrió hubiese llegado al 46 por ciento. No alcanza con decir que nos robaron boletas. Tendrían que habernos robado cerca de cuatro millones y medio de boletas. !Eso es imposible¡. Hay que partir de la aceptación de que hubo una derrota, muy digna, con una excelente elección, con un esfuerzo enorme de Carrió, pero si no partimos de que hay cosas para revisar porque nos duplicaron en votos, somos triunfalistas. Es nocivo ser triunfalista cuando se gana, pero si uno es triunfalista cuando uno pierde, se pierde el contacto con la realidad.
--¿Cómo caracteriza la Coalición Cívica?
--Es una cosa que está en evolución. Yo no quiero ver una fotografía de la Coalición Cívica. Me parece que tiene que haber un debate. Hay aspectos que me parecen buenos, Que se incorporen socialistas y gente de centro y centro-derecha me parece bueno, pero incorporar fuerzas que participaron del saqueo de los ´90 no me parece bueno. Y lo que veo es que se están incorporando cada vez más fuerzas con esas características. Nosotros vemos un riesgo de que sea aprovechado por sectores fuertes del establishment.
--¿En concreto, qué es lo que ustedes objetan de la CC?
--Creemos que tiene que haber un movimiento muy amplio, pero lo que no queremos es que participen fuerzas que tuvieron un papel protagónico en los años ´90 y en los años posteriores. Está claro que hay gente que ha participado del gobierno menemista, que ha participado de las experiencias de Cavallo y de las gestiones post-crisis en el sistema financiero. Hay representantes de grupos económicos que fueron responsables de lo que pasó en los ´90. La Coalición nació como una fuerza del futuro pero cuando uno ve quienes son sus principales espadas parece una fuerza del pasado.
--En política no hay inocentes. ¿Esto se hace con el beneplácito de Carrió?
--No. Esto ocurre a pesar de ella. Carrió cree que puede manejar todo y yo creo que hay composiciones y alianzas políticas de las que no se vuelve.
--¿Cree que la mareó la elección?
--No. Creo que está tomando un camino equivocado y creo que estamos a tiempo de recomponer el rumbo. Pero si no lo hacemos, el rumbo se puede perder y sería una lástima.
--¿Por qué?
--Porque el ARI es respetado el la sociedad como fuerza pol´`itica y Carrió ejerce un liderazgo muy particular que expresa la clase media pero también tiene una llegada muy fuerte a las clases bajas y tiene cualidades morales que muy pocos dirigentes han tenido. Lo que no queremos es que se rife el liderazgo de Carrió.
--¿Por qué se precipitaron tanto las cosas?
--Creo que hubo apresuramiento después de la elección. Me parece que se hizo una evaluación triunfalista y sobre eso se tomaron decisiones inconsultas que generaron rechazo porque pusieron en riesgo el sentido de la fuerza.
--¿Qué pasa en caso de que esto no se revierta?
--Apostamos fuerte a que esto se pueda revertir.
Carlos Raimundi:
"Es muy similar al semblante del lopezmurphysmo del 2003"
Por W.G.
"El primer planteo de Carrió después de las elecciones fue: 'Me voy al mar tres meses', pero de eso se pasó a formar una suerte de gabinete paralelo", dice a 7 Días Carlos Raimundi uno de los diputados del ARI que integran el grupo rebelde a Carrió. Para Raimundi fueron algunos medios y los poderes detrás de Carrió "los que instalaron más euforia en el perdedor que en el ganador" y, los que precipitaron el armado de una Coalición cuyo semblante "es muy similar al semblante del lopezmurphysmo del 2003", dice Raimundi.
--¿Cuáles son sus diferencias con la Coalición Cívica que propone Elisa Carrió?
--Yo vengo haciendo un cuestionamiento muy profundo al proceso de construcción de la
Coalición Cívica desde sus inicios, porque parto de una diferencia de concepto con el planteo de Elisa Carrió. No creo que en la Argentina haya un clima social de fin de época como lo hubo en 1989 con Alfonsín, en el ´99 con Menem. No pienso que la sociedad argentina -mayoritariamente-, tenga la sensación que el el ciclo del kirchnerismo está agotado. Entonces, si esta no era una elección para cambiar el signo político del Gobierno, lo que tendríamos que haber hecho era seguir el camino de una construcción muy coherente que creciera ahora, se afianzara en el 2009 y disputara el Gobierno en 2011, pero desde una coherencia interna que evitara esta crisis que se está viviendo.
---Y que planteaba Carrió?
--Carrió partía de una premisa distinta: "puedo ganar y por lo tanto tengo que ampliar la base de acuerdos políticos y económicos". A partir de esto, surge un segundo problema que es ¿ampliar hacia donde?. Creo que los resultados electorales reflejan su respuesta a esa pregunta: el crecimiento de Carrió es lineal al decrecimiento de Ricardo López Murphy. Ahí está la transferencia de votos.
..Esa transferencia estuvo precedida por un a fallida alianza con Lóppez Murphy...
--En definitiva, lo que falló fue solamente la coronación de ese proceso. El semblante de la Coalición Cívica es muy similar al semblante del lopezmurphysmo del 2003.
--¿Por qué?
--Si a uno primero le transfiere intelectuales como Santiago Kovadlof o Fernando Iglesias, después le transfiere dirigentes como Patricia Bullrich, depués propuestas morigeradas como el enfriamiento de la economía o la eliminación de las retenciones y después le transfiere empresarios y financistas ministeriables como Alfonso Prat Gay, lo único que falta es transferir el perfil del votante.
--¿Cuál es su lectura posterior de las elecciones?
--Me preocupa muucho, porque me parece que se reedita en la Argentina un antagonismo retrógrado y peligroso que pone de un lado a los pobres que no piensan y votan con el estómago y del otro lado el voto educado que acude en rescate de la pobreza como opción moral, aunque los pobres terminen no sintiéndose representados por ese voto culto de los grandes centros urbanos. Ese sector -dicho sea de paso-, no es menos dependiente del clientelismo estatal que la pobreza, porque el empresario que tiene que hacer una concesión non sancta para participar de un negocio con el Estado -y después no se anima a denunciarlo-, es prisionero del mismo clientelismo pero es más imperdonable todavía.
--En ese sentido, ¿qué le parece la evaluación de los resultados electorales que hizo CarriÓ?
--A mi me parece que es Carrió, pero ayudada por un gran pode mediático que trató de instalar más euforia en el perdedor que en el ganador. Algunos medios jugaron a poner a la ofensiva a quien había sacado 22 puntos de diferencia hacia abajo. Le digo mas: creo que influyeron más los estrategas que la propia Carrió porque la primera lectura, más espontánea de Carrio fue: "me voy al mar tres meses".
--Pero después dijo que en realidad si no hubiesen faltado boletas hubiera llegado al ballotage...
--A mi me parece que el poder jugó a unir a la oposición antes de la elección. No pudo. Entonces, esta vez dijo: "esta vez no vamos a perder tiempo", entonces, a la primera reacción de Carrió anunciando que se iba al mar, los poderes dijeron: "No, primero hay que dejar armado el imaginario de la Coalición, hay que armar un bloque parlamentario, hay que dejar armada la relación con el macrismo, hay que dejar armada la relación con RECREAR y con los radicales, para que no nos vuelva a pasar que lleguemos tarde a tener una oposición unida".
--Planteadas las divergencias ¿Cuál es el futuro del ARI?
--Es una pregunta de dificil respuesta, porque los partidos que se constituyen alrededor de personas muy carismáticas les cuesta mucho rehacerse ante la ausencia del liderazgo. No sé cuál va a ser el final. Lo que si puedo decir es que sigue habiendo en la sociedad un espacio para una fuerza política progresista, no kirchnerista. Hoy no es un espacio de mayorías pero si es un espacio de enunciación.
__¿·Eso qué quiere decir?
--Aspiro a que este grupo de diputados pueda jugar un rol político de abrir un nuevo campo simbólico distinto al de la Coalición Cívica.
Revista 7 Días
9-NOV-2007