En octubre, Patti naufragó con su candidatura a gobernador bonaerense, pero al momento de ir a prisión estaba esperando que la Corte Suprema dictaminara un veredicto sobre si eran válidos los fueros ganados en las urnas.
Por Walter Goobar
A las 8 en punto de la mañana lo despierta el timbrazo del Módulo 4, Pabellón 5 de la prisión federal de Marcos Paz. Su celda es individual. Tiene un camastro de hierro, una mesa de madera, un taburete, un armario, un inodoro y un lavatorio El módulo 4, en el que el ex comisario Luis Abelardo Patti pasa sus días y sus noches reúne a un tétrico grupo de figuras emblemáticas de la represión ilegal. Además del cura Christian Von Wernich, el ex policía Miguel Etchecolatz y el ex espía Raúl Guglielminetti, están alojados ahí el ex médico policial Jorge Bergés, condenado a 7 años de prisión por la apropiación de un menor e investigado por otros episodios; el ex agente de inteligencia, Eduardo Ruffo, procesado por torturas y secuestros, y el ex militar Augusto Rolón.
El ex policía Julio Simón (alias "Turco Julián") es el único que está sometido a un régimen de resguardo, por razones de seguridad. Está condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad. Sólo lo supera Etchecolatz, con una condena a 23 años de prisión de 1986 y otra a perpetua, el año pasado.
Los 35 hombres que ocupan el módulo 4 del penal
no son una mera galería de villanos del terrorismo de Estado , sino también el resultado del compromiso real y efectivo de Néstor Kirchner con las víctimas del terrorismo de Estado. A la inauguración del Parque de la Memoria y al traspaso formal de las instalaciones de la ESMA a los organismos que las administrarán en el futuro, se suma la reactivación de las causas por violaciones a los Derechos Humanos, la condena al cura Von Wernich y ahora la prisión de Luis Abelardo Patti.
El caso Patti es una prueba de fuego para ver si realmente hay jueces dispuestos a ir a fondo con el tema derechos humanos. Hasta el miércoles Patti era un símbolo de la impunidad: había pruebas, pero varios juzgados habían cajoneado las causas o se habían declarado incompetentes.
Después de indagarlo por su presunta responsabilidad en el secuestro de siete personas durante la última dictadura militar, el juez federal de San Martín, Alberto Suares Araujo, dispuso la detención del torturador confeso, ex intendente de Escobar y frustrado diputado sobre el que pesan 17 elementos de prueba para imputarlo.
Es una de las pocas veces en que uno puede decir que un juez superó los temores y las dudas, y se metió a fondo con uno de los símbolos de la impunidad.
El fiscal de San Nicolás, Juan Murray, que encabezó una de las causas contra Patti, advirtió que nadie puede decir que el ex policía fue un personaje menor en la dictadura porque sus antecedentes y la medalla que le dio el represor Ramón Camps (fallecido) cuando era jefe de la Policía Bonaerense, demuestran que "Patti era un personaje importante en la estructura represiva" del noroeste bonaerense.
Murray es el fiscal de San Nicolás que acusó a Patti por el secuestro y asesinato del militante montonero Gastón Roberto José Goncalvez el mismo día del golpe militar, el 24 de marzo del 1976, uno de los hechos que ahora se le atribuyen en la causa unificada que se instruye en la justicia de San Martín.
A Goncalvez -padre del bajista de Los Pericos-, lo escucharon por última vez el día del golpe, arriba de un móvil policial estacionado en la comisaría de Escobar. Su cuerpo apareció al día siguiente cerca del río Luján, con signos de tortura y quemado, junto a otros tres cadáveres más, que fueron enterrados como NN en el cementerio de Escobar. Además, Murray había impulsado la reapertura por los crímenes de los montoneros Osvaldo Cambiasso y Agustín Pereyra Rossi, pese a que Patti ya había sido sobreseído en esa causa el 18 de octubre del `83, antes de que asuma el gobierno democrático.
A las pruebas mencionadas se suma la aparición del caso Souto. Campo de Mayo es una megacausa que tuvo sus expedientes muy paralizados durante muchísimos años, recién se están abriendo algunos de 1985 o 1986. Uno de ellos es el Souto, en el que hay testimonios que dicen que ya en 1976, cuando secuestran a los hermanos Damico, a Souto y a Ariosti, los vecinos reconocían a Patti entre la patota que bajó de los autos.
El juez Suares Araujo que decidió apresarlo sin pronunciarse todavía sobre su responsabilidad; tiene diez días hábiles para decidir si lo procesa o no y, eventualmente, si lo excarcela.
Ahora, la defensa de Patti ensayará la teoría de que no puede ser detenido porque tiene fueros
parlamentarios, a pesar de que es público y notorio que el 23 de mayo de 2006, por el voto calificado de dos tercios de los diputados presentes, se le negó el diploma por falta de "idoneidad moral" (artículo 64 de la Constitución nacional).
En Octubre, Patti naufragó con su candidatura a gobernador bonaerense, pero al momento de ir a prisión estaba esperando que la Corte Suprema dictaminara un veredicto sobre si eran válidos los fueros ganados en las urnas. Si no salía esta detención casi seguro que la Corte iba a sacar un fallo parecido al de Antonio Bussi diciendo que tenía derecho a asumir en su banca.
En el caso Bussi, la Corte dictaminó que la Cámara de Diputados no puede negarse a tomar el juramento a un diputado electo por algo que se debió haber estudiado o advertido antes para que no pudiera presentarse como candidato.
Si la Corte no replantea los argumentos esgrimidos en el caso Bussi - entre otras cosas porque Patti mintió al afirmar que no tenía causas abiertas y pretende los fueros casi exclusivamente para eludir la acción penal-, va a sacar el peor fallo de toda su historia reciente.
26-NOV-2007-11-26 D
iario BAE, Argentina