Esta es la historia de Abimael Guzmán, l aparentemente apacible intelectual universitario que engendró Sendero Luminopso uno de los movimientos más sanguinarios de America Latina.
Por Walter Goobar
Aquella madrugada del 21 de junio de 1969, la camioneta celular que salió del cuartél de policía de Huamanga, no enfiló directamente hacia el aeropuerto local ,como estaba previsto, sino que dió la vuelta a la manzana y se estacionó frente al Hotel de Turismo. Custodiado por los policías de civil, descendió un hombre todavía joven, grueso, de saco gris y unos anteojos que le daban aire de catedrático. Según la policía, era uno de "los peces gordos" capturado en una redada que descabezó la dirigencia del Frente de Defensa del Pueblo, pero que, entre los 35 detenidos, también había arriado varios inocentes, incluyendo a un geógrafo ajeno al movimiento que se encontraba en medio de un ataque de asma.
Al bajar del vehículo policial sintió el frío de junio mordiendole el rostro. Contempló uno de los picos nevados y recordó que dentro de tres noches los campesinos prenderían fogatas en todas las cumbres andinas para auyentar los espíritus, conjurar el frío, retener el sol. Pensó que la Noche de San Juan era solo una vulgar superstición, pero el fuego un símbolo magnífico.
"Lo hicieron tomar el desayuno en el hotel de Turistas. Yo me acuerdo con toda claridad. Fue al único que le dieron desayuno. Al resto de frente nomás se los llevaron. Yo fui al aeropuerto pues, a verlo. No lo empujaban, no lo maltrataban. Se daban cuenta quién era. Era el profesor Abimael Guzmán", recuerda un estudiante que se convirtió en testigo presencial de aquel procedimiento.
"La prisión es un accidente de trabajo", rumió para sí el detenido, al tiempo que respondía con monosílabos a sus guardianes que pretendían ser amables. Lo que el pensaba sobre ellos estaba muy claro en las 28 conclusiones de la tésis doctoral "Acerca del Estado Democrático Burgués" que había presentado ante la Facultad de Derecho en noviembre de 1961 y que 19 años después le servirían para desatar una guerra apocalíptica en el corazón de los Andes.
Pensó en su detención:"La fracción roja extraerá las enseñanzas. Convertirá la derrota, parcial, en victoria", repitió mentalmente mientras las bolitas de manteca se derretían sobre el pan recién horneado. Al cabo de un cuarto de hora y un café asqueroso, la comitiva enfiló hacia el aeropuerto.
El 23 de junio, dos días después de que Abimael Guzmán fuera trasladado al penal de Lurigancho, los diarios anunciaban que 10.000 campesinos habían tomado Huanta. "La turba ébria", según algunos despachos, habría sido azuzada por los terratenientes y extremistas con el fin de hacer abortar la inminente reforma agraria. Lo cierto es que los levantamientos espontaneos eran, en realidad, el resultado de una movilización popular para lograr la restitución plena de la enseñanza gratuita recortada por un decreto promulgado algunos meses antes por el gobierno de Velazco Alvarado.
Al igual que su coterraneo Mario Vargas Llosa, Abimael Guzmán había nacido en la costeña ciudad de Arequipa y ello puede haber influido para que descubriese China antes que la inmensidad de los Andes ayacuchanos. Estuvo en Pekín en 1965 y en 1967, en la epoca de oro de la Revolución Cultural y retornó al Perú deslumbrado con el proceso entonces en marcha, y que hoy los chinos caracterizan como uno de los grandes errores de su revolución. "Ellos están creando un nuevo hombre", declaró en aquel momento Guzmán, al tiempo que se propuso hacer lo mismo en Perú. Había viajado a China con su esposa, Augusta Dianira La Torre Carrasco, una ex reina de la primavera de Ayacucho, hija de pequeños hacendados y una de las mujeres más codiciadas en los círculos académicos locales. Los que conocieron a la pareja "de nuevo tipo", como empezó a llamarsele, aseguran que el pragmatismo y el impulso de Augusta Dianira se complementaba con la paciencia "casi oriental" de Guzmán. Las versiones, los recuerdos que se tienen del personaje, elevado a la categoría de "presidente", de "Puka inca" o "Puca inti", son contradictorios.
Después de romper con los maoistas peruanos, Guzman fundó en 1970 su propio partido Comunista del Perú, bautizado posteriormente como Sendero Luminoso (SL), en alusión a una frase de José Carlos Mariátegui. Tomado al pie de la letra, Mariátegui les sirvió por ejemplo, para fundamentar el carácter semifeudal de la sociedad peruana, punto central de la polémica en la izquierda.
Al momento de su surgimiento, SL era el producto del encuentro de una elite universitaria con una base juvenil, también provinciana, que sufría un doloroso proceso de desarraigo y necesitaba desesperadamente una explicación ordenada y absoluta del mundo, que hiciera las veces de tabla de salvación. Por otra parte, ese grupo selecto, que constituyó el núcleo dirigente inicial de SL no fué la primera,sino una más entre otras varias elites provinciales peruanas que, confrontadas con el centralísmo oligárquico tendieron, a comienzos de este siglo, a adoptar posiciones indigenistas.
Con una clara aspiración mundialista y haciendo abstracción de su aislamiento de la coyuntura internacional, Abimael Guzmán se ha proclamado "la cuarta espada del marxismoleninismo"y el único heredero de Marx, Lenin y Mao Tse Tung. Contrariamente a los que atribuyen el carácter mesiánico o milenarista de Sendero a la tradición andina, el "senderólogo" Carlos Iván Degregori señala que SL llega al mesianismo por un exceso de razón. Son los últimos hijos del Siglo de las Luces que doscientos años más tarde, perdidos en los Andes, elaboran una interpretación de la realidad que se pretende absolutamente científica, se convierte en tremendamente afectiva y termina ofreciendo a sus miembros una fortísima identidad cuasi religiosa, fundamentalista. Una frase decisiva de uno de los documentos más importantes de SL brinda una concluyente visión sobre la concepción senderista de la sociedad y del comunismo:
"La sociedad de la gran armonía, la radical y definitiva nueva sociedad hacia la cual 15 millones de años de materia en movimiento, de esta parte que conocemos de la materia eterna, se enrumba necesaria e inconteniblemente... Unica e insustituible nueva sociedad sin explotados ni explotadores, sin oprimidos ni opresores, sin clases, sin Estado, sin partidos, sin democracia, sin armas, sin guerras" (PCP 1986:20)
Sociedad sin movimiento se podría añadir. No es de extrañar que anhelen esa suerte de nirvana definida como la sociedad de la "gran armonía", porque son capas sociales que resultan trituradas por el propio proceso en el que están inmersas. La de Sendero pretende ser, no obstante, una epopeya universal.Para culminarla, cual intelectuales/guerreros al servicio de esa ciencia exactísima que regula el universo como un ballet cósmico, tienen que ordenarlo y planificarlo todo ,venciendo o destruyendo lo que se oponga a sus leyes ineluctables. Es probable que la misma propuesta senderista no hubiera generado tanta violencia en la China semifeudal de los años 30 porque allí no hubieran encontrado, por ejemplo, ingenieros reparando torres de alta tensión, agrónomos haciendo extensión rural o antropólogos asesorando a federaciones campesinas. La posibilidad de asesinarlos no hubiera estado ni siquiera planteada: no existían. Degregori señala que el grado de violencia que desarrolla SL es tan grande, entre otras cosas, porque tiene que adecuar la realidad a la idea y para eso no solo está obligado a detener el tiempo, sino que más aún debe retrocederlo.
Los aportes de Abimael Guzmán en el campo de la teoría,y que lo han llevado a conformar el llamado "Pensamiento Gonzalo", son según sus propios seguidores fundamentalmente dos: la tésis de la militarización de los partidos comunistas en los paises en vías en desarrollo y también en los paises capitalistas desarrollados, y la construcción concéntrica de los tres instrumentos: partido, ejército y frente único. Exceptuando al fascismo, ninguna otra propuesta política de este siglo es más brutal y violenta en su relación con las masas a quienes al mismo tiempo se dice amar y servir, que la sintetizada en el "Pensamiento Gonzalo" :"...a las masas hay que enseñarles con hechos contundentes,para con ellos remacharles las ideas...las masas en el país necesitan la dirección de un Partido Comunista, esperamos, con más teoría y práctica revolucionaria, con más acciones armadas, con más guerra popular, con más poder, llegar al corazón mismo de la clase y realmente ganarlo. ?Para qué? Para servirlo,eso es lo que queremos"
A diferencia de la gran mayoría de dirigentess revolucionarios peruanos e internacionales, el caudillomaestro es un líder frío que desde que SL realizó su primera aparicion armada hace ya una década, se autoimpuso un enclaustramiento forzoso que no tiene parangón con el de ningún otro líder clandestino. Algunas fuentes las menos dudan, inclusive, de que Abimael Guzmán este con vida. En cambio, otros especialistas en el "mito Gonzalo" afirman que próximamente podría hacer su segunda reaparición para impulsar aún más la guerra y zanjar algunas diferencias internas en las filas del senderismo que se encuentra en las vísperas de un congreso. Su anterior y nunca comprobada reaparición consistió en una entrevista de dudosa autenticidad publicada por el ahora clausurado El Diario en julio de 1988. Entre tanto, la figura desaliñada de Guzmán, conocida a través de las fotografías de archivo de la policía obtenidas en ocasión de su detención en Huamanga, ha comenzado a ser levemente remozada.Sin embargo, en los afiches de SL, aún ocupa un espacio central el retrato de Abimael Guzman, el presidente Gonzalo con saco, anteojos y un libro en la mano. Jamás,en la historia del culto a la personalidad, se ha destacado tanto el carácter intelectual de un líder como el que ocupa el centro de esos fusiles, de esas banderas y ese sol rojo contra los Andes.
Diario Página/12