Cómo complicarán a Menem las declaraciones de Zulema, “el Tata” Yofre y Mohamed Alí Seineldín

Cercado

Zulema acusará a Alberto Kohan. Yofre dirá que jamás lo consultaron como embajador en Panamá. Seineldín contará que Menem estaba al tanto. La cuenta regresiva hasta el 13 de julio.

Por Walter Goobar y Javier Romero
Durante las últimas semanas los cuatro jueces más menemistas de la Corte Suprema le hicieron sentir al ex presidente Carlos Menem que su futuro en la causa de las armas dependía de ellos y no ahorraron esfuerzos para conseguir un quinto miembro que estampara su firma en una resolución que liberara a Menem de la acusación de asociación ilícita. Sin embargo, las presiones de Julio Nazareno, presidente de la Corte, Eduardo Moliné O’Connor, Adolfo Vázquez y Guillermo López no sirvieron para torcerles el brazo a Antonio Boggiano o al engripado Augusto Belluscio, quien finalmente envió su voto desde la casa. Molesto por las presiones, Boggiano les dijo a Nazareno y a Moliné O’Connor que la Corte incurriría en un grave error si utilizaba el caso del ex titular del PAMI Víctor Alderete como leading case para exculpar a Menem, y hasta insinuó que debían renunciar a sus funciones de presidente y vicepresidente de la Corte. Pero si hasta este miércoles el futuro de Menem dependía de una sola firma, en los próximos días los testimonios de la ex primera dama Zulema Yoma, del ex coronel Mohamed Alí Seineldín y de los dos ex jefes de la SIDE Juan Bautista “Tata” Yofre y Hugo Anzorreguy pueden contribuir a cerrar el círculo en torno al ex mandatario, a quien el fiscal Carlos Stornelli acusa de liderar una organización ilícita, un delito que no es excarcelable y enfrenta al ex presidente con la posibilidad de quedar detenido el próximo 13 de julio.
Paralelamente, a raíz de una causa por enriquecimiento ilícito abierta a partir de una denuncia del abogado Ricardo Monner Sans y de una investigación de Veintitrés, el juez federal Jorge Urso libró oficio a más de un centenar de escribanías y registros de la Propiedad Inmueble de todo el país con el fin de establecer quiénes recibieron poderes para adquirir propiedades de parte del ex presidente Carlos Menem y su ex cuñado Emir Yoma.
Aunque Zulema Yoma evita hacer declaraciones para evitar que se banalice la causa de Carlitos Menem con preguntas sobre el romance Menem-Bolocco, la ex primera dama asegura que “no va a ser ella la que no diga todo lo que sabe” y su abogada Ana Herren deja entrever que en su declaración ante el juez Jorge Urso habrá sorpresas: “Zulema piensa aportar la declaración del hijo del brigadier Juliá donde se habla del grupo denominado ‘avanzada presidencial’ que empleaba sofisticado equipo de espionaje traído a la Argentina por los mismos traficantes de armas”.
Zulema está convencida de que el empresario brasileño-argentino Rubén Ormart, involucrado en el tráfico de armas, es también uno de los responsables de la muerte de Junior. Una de las empresas de Ormart figuraba como la falsa destinataria del cargamento de material bélico que fue a Ecuador.
Zulema planea revelar ante el juez Urso la trama conformada por un grupo de geólogos argentino-venezolanos que durante la dictadura de Onganía llegaron a La Rioja y con el correr de los años descubrieron que el tráfico de armas era más rentable que la minería y la búsqueda de agua: el ex secretario de la Presidencia Alberto Kohan y el prófugo Rubén Ormart son dos de los nombres que Zulema va a pronunciar el próximo miércoles en los tribunales de Comodoro Py. Nueve días antes de su muerte, ocurrida el 15 de marzo del ’95, un asustado Carlitos –que en ese momento estaba a cargo de la agenda presidencial– le dijo a su madre que temía por su vida porque “están traficando con armas y con drogas. Lo están pasando al papi”.
La ex primera dama está convencida de que la muerte de su hijo está emparentada con el caso de las armas y esto –a su vez– con la minería y el tráfico del oro: Angel Eduardo Maza, el actual gobernador de La Rioja, fue secretario de Minería de la Nación durante la anterior gestión de Domingo Cavallo. Con respecto a Eduardo Menem, Zulema denunciará la existencia de la Fundación La Rioja-Argentina que tiene sede en La Rioja y Nueva York.
Con respecto a su hermano Emir, Zulema opina que “si él hizo algo va a tener que afrontarlo”. Pero no quiere que todo termine en la cabeza de Emir. Zulema afirma que no va a defender a su hermano; sólo lo va a ayudar como hermana: le ofreció asistencia jurídica, le envió comida. “La religión musulmana dice que la sangre no hace agua, pero que eso no quiere decir que uno tenga que involucrarse con el otro”, afirma Zulema Yoma en una frase que es aplicable tanto a su hermano como al padre de sus hijos.
Juan Bautista “Tata” Yofre, que se desempeñó como secretario de Inteligencia del Estado hasta enero de 1990 y más tarde como embajador argentino en Panamá, anticipó a Veintitrés el contenido de su declaración. En la causa se sospecha que tanto Yofre como el posterior jefe de los espías, Hugo Anzorreguy, deberían, desde ese lugar, estar al tanto de las maniobras investigadas.
Yofre, que estuvo en Panamá entre junio de ese año y febrero de 1992, va a explicarles al juez Urso y al fiscal Carlos Stornelli que es prácticamente imposible que ese país haya siquiera pensado en comprar armas argentinas:
“Cuando me entero por los diarios que el país necesitaba lanchas para custodiar su litoral marítimo, intento ofrecer dotaciones usadas de la Prefectura Naval”, reza el testimonio que Yofre anticipó a esta revista. “Luego de realizar algunos ‘tanteos’ me llama el embajador de los Estados Unidos, Deane Hinton, y me dice con el lenguaje propio de un ‘virrey’ que ese material sólo sería provisto por los Estados Unidos. En ese clima –concluye Yofre– es difícil imaginar que un país ocupado por poderosas fuerzas militares, con moneda circulante de la fuerza ocupante, con autoridades que asumieron ‘constitucionalmente’ dentro de una base castrense extranjera y con una incipiente fuerza pública, intentara comprar material sofisticado o pesado.”
Desde su lugar de detención en Campo de Mayo, Mohamed Alí Seineldín adelantó a Veintitrés que “le voy a llevar al juez una investigación hecha a conciencia. En ella se afirma que Menem recibió de Estados Unidos la orden de enviar armas a Ecuador y Croacia para igualar el poder militar con Perú y con Serbia, respectivamente... Cuando una potencia no quiere ensuciarse recurre a un país dependiente como nosotros”. Además aseguró que “Menem es el principal responsable y el que manejó la operación. Él, los ministros participantes y el general Balza tienen que ir presos”.
El ex líder carapintada recordó que “yo trabajé con el menemismo durante veinte meses y precisamente asesorando en el tema de Defensa y del Ejército en particular. No sólo me reuní con Menem en cuatro ocasiones, sino que trabajé con su delegado personal en este tema, el diputado César Arias, una vez por semana. En total tuve 90 reuniones sobre defensa nacional. Por eso yo sé de lo que estoy hablando. Sé perfectamente cómo es esta gente. En qué piensa, a quién obedece y qué es lo que les importa”.
Seineldín agregó que “en el año ’93 me empiezan a llegar anónimos que me precisan detalles del tráfico de armamentos. Cómo se arma la operación, los números de las armas, los decretos encubiertos, etc. Entonces organizo un equipo de trabajo para investigar el tema. A fines del ’98 me entregan un documento con las conclusiones finales. Ese es uno de los materiales que le voy a entregar al juez”.
Por último, Seineldín afirmó que “acá hay varios hechos de corrupción muy graves, sobre todo porque el dinero involucrado en la maniobra es muy inferior al real. Cualquiera que conoce de esto sabe que una cosa es el precio de las armas de Estado a Estado y otra muy distinta es cuando intervienen empresas fantasmas como la de Palleros. En esos casos los precios se triplican. Máxime cuando los países están en guerra, como el caso de Ecuador o Croacia. Si la operación en los papeles es de 40 o 100 millones, no tenga duda que en la realidad puede ser de 300 o 500 millones de pesos”.
 
Erman vs. Menem
versos de payador
Durante las dos declaraciones indagatorias que debió afrontar en las últimas semanas, el ex ministro de Defensa Erman González demostró que, además de haber sido un comodín del gobierno del Carlos Menem, aún conserva su buena voz para cantar y su reputada habilidad de payador.
Mientras en el juzgado federal de Jorge Urso lo investigan por asociación ilícita, en el Penal Económico de Julio Speroni indagan los envíos de pólvora a Croacia que se produjeron en el ’93, al amparo de los decretos 1697 y 2283 del ’91, que llevan la firma de González y autorizaban la exportación de armas al imposible destino de Panamá. Cuando le mostraron un dictamen firmado por la jefa de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Defensa, Faj Reldines de Oliva, quien además de ser su pariente lejana le recordaba que considerando el tipo y el monto (28.892.716 dólares) no se podía concretar la operación de venta de armas con supuesto destino final para las fuerzas policiales de Panamá “sin dar cuenta de la operación al Congreso de la Nación, atento a lo dispuesto por el artículo 2? de la ley 20.010, modificatorio del artículo 34 de la ley 12.709”, Erman González se sobresaltó. El ex ministro –que en ese momento no sabía si esa noche dormiría en su casa o en la prisión VIP de Gendarmería Nacional– tardó unos instantes en recobrar la compostura, se encogió de hombros y dijo que pese a que el dictamen iba dirigido a él, no era su responsabilidad informar al Congreso.
Cuando los funcionarios del juzgado le preguntaron quién debía haber informado al Congreso, el polifuncional Erman apeló a su voz de ex locutor y con tono impasible dijo: “El titular el Ejecutivo, el presidente Carlos Menem”.
 
Boggiano, el voto clave en la Corte
el indeciso
Por W.G.
Boggiano, Boggiano... su apellido proviene de Génova. ¿Quién más es de origen italiano? ¡Ah...! Petracchi, sí, es de la región de Toscana, y Belluscio de Calabria. En realidad, la geografía importa poco: durante el auge del menemismo, la pertenencia de los miembros de la Corte Suprema se describía de acuerdo con si integraban o no el subgrupo de los cinco que le garantizaron al gobierno la mayoría automática. Uno de ellos era Antonio Boggiano. Sin embargo, a partir de su fracaso en la idea de obtener la re-reelección por vía judicial se produjo un realineamiento que aún hoy se mantiene: cuatro seguros por el no, cuatro seguros por el sí y uno, Antonio Boggiano, en la duda permanente.
En octubre pasado Boggiano, Vázquez, Petracchi y Bossert se opusieron a la reelección de Nazareno y Moliné O’Connor para integrar la presidencia y vicepresidencia del Tribunal. El mismo día de la reelección de Nazareno en la presidencia, la Corte Suprema de Justicia avaló la rebaja salarial para 130.000 empleados estatales dispuesta por el Gobierno vía un decreto de necesidad y urgencia. Firmaron en disidencia Enrique Petracchi, Antonio Boggiano y Gustavo Bossert. A favor estuvieron Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor, Augusto Belluscio, Antonio Vázquez, Carlos Fayt y Guillermo López.
Cuando la Corte autorizó el parto inducido a una madre que llevaba en su vientre un bebé de siete meses de gestación, descerebrado y sin posibilidades de sobrevida extrauterina, Boggiano, Nazareno y Petracchi se opusieron. Ahora, los cuatro ultramenemistas quieren aprobar una acordada que libere para siempre a Menem de la posibilidad de ser encarcelado como jefe de una asociación ilícita. Pero les falta Boggiano, quien está dispuesto a vender caras sus convicciones en contra de la intervención de la Corte en este tema.
Revista Veintitrés
ID nota: 10649
Numero edicion: 149      02/07/2001