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El renacimiento del Diez

Diego Armando, heredero de esa saga maldita de ídolos caídos como Gatica, Garrincha y Bonavena; logró algo que parecía imposible: resurgir de sus propias cenizas.

Buenos Aires.- Se recuperó de su adicción a las drogas, se deshizo de la obesidad y superó la insuficiencia cardiaca que lo colocaron en la antesala de la muerte. Se recuperó también de la bancarrota económica, volvió a Boca Juniors que es el club de sus amores y en las últimas semanas ha revolucionado la televisión argentina desplazando a las grandes estrellas de la pantalla, batiendo récord de audiencia y de facturación con La noche del 10, show televisivo que lo lleva cada lunes a los hogares de millones de argentinos.

Los ojos desorbitados, la lengua pastosa, el cuerpo y el cerebro a punto de estallar por todo tipo de excesos, eran las señales de un cuerpo destrozado que parecía guardar, en lo más hondo, el recuerdo imborrable de aquella magia y de aquella frase irreverente: “La pelota no se mancha”. Todos lo vieron caer en una picada mortal que parecía inexorable. Muchos pensaron que su vida acabaría en la terapia intensiva o en el neuropsiquiátrico donde fue internado por la fuerza. Diego Armando Maradona dice que ninguna clínica o médico lo rehabilitó de su adicción a las drogas; afirma que fue el amor de sus hijas lo salvó de la muerte casi segura. Diego Armando aseguró que ahora “la droga ya no me condiciona, yo siempre fui Maradona, aunque con distintos cambios de personalidad, claro es que ahora estoy bien predispuesto, antes andaba de muy mal humor, quizá no era muy sociable”.

Cuando se drogaba, explicó, se confrontaba con su entorno inmediato, pero ahora “estoy en rebeldía con el mundo por las guerras, por tipos como (el presidente estadunidense George W.) Bush que están destruyendo al mundo”.

Con 41 kilogramos de menos de los que tenía hace un año y luego de seis meses sin probar ninguna droga, El Diez afirmó que “apenas ahora empiezo a ver la diferencia con el ex Diego”.

Maradona afirmó que no quiere volver a ser el Diego que fue porque “si hoy tomo droga, me muero”, aunque aclaró que a pesar de su adicción lo que nunca cambiaron fueron sus convicciones, sobre todo el amor que le tiene a sus hijas.

Diego Armando, heredero de esa saga maldita de ídolos caídos como Gatica, Garrincha y Bonavena; logró algo que parecía imposible: resurgir de sus propias cenizas.

Aquel mago de la pelota y de los goles interminables, el de la mano de Dios, el que desairó a Havelange y a “los dueños del futbol” en una final del mundo, se paró ante las mil luces, los mil flashes, las cámaras para certificar su resurrección.

  
  Bailando con dos modelos Maradona y Carlos Tevez, jugador del Corinthians de Brasil 
  


Se trata de una extraordinaria transfiguración, el milagro del amor, como si un nuevo Diego resurrecto se hubiera plantado ante los ojos incrédulos del público que, ahora, se encontraba con el ídolo soñado como ejemplo para encontrarse nuevamente con el ídolo soñado.

“Dicen que lo mío es un milagro, pero no, lo mío es amor por mis hijas (Dalma y Giannina), que ningún médico ni ninguna clínica se anote. A mí me salvó el amor”, subrayó el astro.

Maradona, ahora, es otro aunque haya puesto en primera fila a toda su familia, empezando por sus padres y hermanos que no pueden ocultar lo humilde de su origen. Diego Armando es, nuevamente, una estrella, capaz de embelesar a todas las corporaciones y marcas del mundo que desean tenerlo como imagen para sus productos.

Una reciente investigación sobre marcas y personajes revela que Maradona es por lejos y a años luz del resto, el nombre propio-marca más valioso de la Argentina, y probablemente uno de los más caros del planeta.

“De alguna forma, los argentinos somos algo que acontece alrededor del Diez, que habita en sus suburbios”, dice Omar Bello, un licenciado en letras de 41 años que preside la empresa publicitaria Leo Burnett Argentina. Desde hace 15 años, Bello se dedica en forma sistemática a hacer estudios sobre la identidad de los argentinos. El último de ellos puso un foco especial en el tema de las celebrities.

“Maradona es el tipo más carismático del mundo, y los argentinos además, como cultura, nos acercamos mucho a nuestros ídolos”, comenta el publicista Santiago Sendón. Por ese motivo, el segundo publicitario en La noche del 10 es el más caro de la televisión argentina. Hoy, Maradona se ha vuelto presentable para el poder, para los negocios, para el show. Pelé cobró 120 mil dólares por estar junto a Maradona en el primer programa, pero fue una buena inversión si se tiene en cuenta que ahora factura 700 mil dólares mensuales. El show ha sido vendido a la RAI italiana y El Pelusa no se cansa de facturar.

La empresa de medicina prepaga Swiss Medical se asoció a la figura de Diego Armando Maradona, para acercarse al deporte. Maradona aparece en el comercial manejando una camioneta y debe frenar a tiempo para no llevarse por delante una pelota de futbol que se le escapó a un chico que estaba dominando. Todo el esfuerzo que él pone, como casi todos tratamos de hacerlo, tiene una doble significación y allí es a donde apunta el spot. El comercial remata con la frase: “Como él trató la pelota, nosotros lo tratamos a él”.

  
  


Maradona ya había aparecido en una campaña que lanzó Coca Cola para el Mundial tocando los porteros eléctricos para que la gente se despierte.

El comercial protagonizado por Diego Maradona apareció en pantalla pocos días antes del estreno de su programa de televisión. No es casual que se aproveche este momento para empezar con la pauta publicitaria.

Pero además el protagonismo de Maradona suscitó varias lecturas. No faltaron los que dijeron que su participación se vinculaba a una deuda pendiente con el grupo médico. Sin embargo, desde la agencia aclaran que Maradona es socio de la entidad desde 1989 y debía ser atendido como cualquier otro.

A pesar de haberse divorciado de él por las infidelidades, su ex mujer Claudia Villafañe se ha convertido en su representante y brazo derecho para sus negocios. “A Diego ya no le amo, pero mientras me necesite siempre estaré junto a él”, ha dicho esta mujer a quien el astro ahora quiere reconquistar.

Partido difícil de ganar

El Diez contó que le es muy difícil estar con su ex esposa “y darle un beso en la mejilla, aunque le quiera comer la boca, aunque quiera acostarme con ella, pero es lo que ahora me tiene que alcanzar”.

“No creo que Claudia haya perdido el amor, sucede que a ella le pesa más el no perdón que el amor que le queda. Tampoco me imagino encontrando el amor con otra mujer”, responde Diego.

Durante el segundo programa Maradona relató sin culpas ni remordimientos, la jugada que culminó en el primer gol a los ingleses durante el Mundial del 86 en México. El Diez destruyó el mito de la picardía espontánea para proyectarla a la lógica mucho más pedestre del engaño, de la trampa premeditada.

  
  


Fue un relato que buscaba, una vez más, la complicidad de los argentinos, esa que lo coloca como expresión última del deseo permanente de transgredir la ley para sacar ventaja.

“El futbolista genial acaba de completar su metamorfosis en un mediocre animador de televisión”, sentenció la prensa británica que fue implacable con él.

“La versión de la mano de Dios tenía poesía. La nueva versión es ruin. Cambió una frase de antología por un par de puntos de rating. Queda como un tramposito del montón”. La indignación británica no tiene límites: “Sin arrepentirse de la mano de Dios, defendió su gol en respuesta del reclamo inglés por las Islas Malvinas”. Para los medios británicos “el Maradona de hace unos meses, enfermo, incoherente, nos caía mejor”.

Con las luces fulgurantes de las cámaras, las palabras de Maradona no son un gesto de transgresión de un artista del futbol, sino la búsqueda de más golpes de efecto para que siga el show y su máquina de hacer negocios. En el tercer programa del ciclo hubo un nuevo golpe de efecto: Maradona renegó del hijo italiano que tuvo con Cristina Sinagra.

También dijo que “aceptar no es reconocer”, a la vez que agregó: “Estoy pagando con dinero mis equivocaciones pasadas”. Con voz entrecortada remarcó: “Tengo dos hijas con mi amor, que va a seguir siendo mi amor, que es Claudia”, su ex esposa.

  
  


Desde Londres, donde juega al futbol Dieguito anunció que demandará a su padre, con lo cual hay telenovela para rato. El hijo del ex capitán del seleccionado argentino fue atribuido por la justicia italiana como tal, luego que Diego se negara sistemáticamente a realizarse análisis de ADN.

Maradona ha dejado de ser el transgresor irreverente y rebelde que todos conocimos pero indudablemente seguirá siendo, de todos modos, el símbolo de los argentinos, de sus deseos insatisfechos y de sus exotismos desmesurados; seguirá siendo el genio inigualable del gol irrepetible y el tramposo de la mano de Dios. Capaz él solo de agregarle, ahora, el milagro de la resurrección.
 
 Milenio  Semanal de México
04-09-2005
 
 
 

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