Cuando se estrenó la película "Munich" de Steven Spielberg, que narra la cacería por parte de Israel de los terroristas que perpetraron el asesinato de 11 atletas israelíes en las olimpíadas de 1972, los diplomáticos israeles en todo el mundo recibieron una tajante dorectiva de la Cancillería de su país ordenándoles que bajo ningún concepto pueden emitir opiniones sobre el film.
Por Walter Goobar
Cuando se estrenó la película "Munich" de Steven Spielberg, que narra la cacería por parte de Israel de los terroristas que perpetraron el asesinato de 11 atletas israelíes en las olimpíadas de 1972, los diplomáticos israeles en todo el mundo recibieron una tajante dorectiva de la Cancillería de su país ordenándoles que bajo ningún concepto pueden emitir opiniones sobre el film.
Aunque los familiares de las víctimas elogiaron el film en la prensa israelí, el Mossad ( servicio de inteligencia) puso el grito en el cielo porque la película equipara a sus agentes con los terroristas. Como Spielberg es un defensor de la causa judía y no se lo puede tildar de antisemita ni antiisraelí, , la Cancillería ordenó el silencio de radio sobre el tema bajo la diplomática fórmula de "No comment", aunque por lo bajo se apunta toda la artillería contra el autor del libro en el que está basado la película y que -según fuentes israelíes-, está plagado de errores.
Hay una omisión de Spielberg que beneficia a los israelíes. El director nunca explica que la operación de represalia fue abortada despuées de que el comando perpetró un homicidio en Oslo, la capital de Noruega. Los agentes del Mossad liquidaron a ub inocente inmigrante marroquí que trabajaba como mozo en un bar. Lo habían confundido con el Principe Rojo, uno de los autores de la masacre a quien asesinaron años más tarde en Beirut..
Revista Veintitrés Internacional