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FONDOS DE SANTA CRUZ

Custodiados por expertos

El Presidente desplazó a Aldo Ducler, el financista acusado de lavado de dinero. Ahora decide sobre los millonarios depósitos de su provincia en el exterior el estudio Cárdenas & Cassagne. Emilio Cárdenas participó del desguace de ENTel y Juan Carlos Cassagne, del de Aerolíneas Argentinas. El primero fue embajador de Menem. El segundo, colaborador de Dromi y titular de Aguas Argentinas. Los alcances del pragmatismo K.

Por Walter Goobar
El problema tenía nombre y apellido: Aldo Ducler. Cristina Kirchner lo sabía mejor que su marido. Como integrante de la Comisión Antilavado no ignoraba que la Justicia de Estados Unidos (y también la mexicana) tenía en la mira al financista Ducler por sus negocios con los narcos del Cartel de Juárez. Ducler era todo eso. Pero también el profesional elegido por su marido para operar con los fondos santacruceños enviados al exterior.
–No es el mejor momento, Néstor –alertó ella.
–Ya está Cristina. Lo tengo decidido... –insistió él.
–Vos estás loco.
Era el 15 de enero de 2003. Néstor Kirchner decidió lanzar su candidatura a presidente ese día. No le importó nada. Ni Ducler, ni las desprolijidades en el manejo de los fondos provinciales que tendría que explicar en algún momento. Nunca había rendido cuentas de las operaciones, los montos, los intereses, las comisiones y las inversiones. Los 600 millones, según el oficialismo, o los 1.000 millones, barajados por la oposición radical santacruceña, eran (y son) un misterio. Pero los resúmenes de las cuentas 642 21372-091 y 642 213721-058 dirigidos al “Gobierno de la Provincia ATN NESTOR KIRCHNER”, donde estaría todo el dinero, llegaban puntualmente a Corrientes 415, es decir, las oficinas de Ducler. O, lo que es lo mismo, a un financista involucrado en cuestiones de lavado.
Cuando vio que tenía serias posibilidades de salirse con la suya y colgarse la banda presidencial, Kirchner decidió traspasar los fondos santacruceños (que maneja como si fueran propios) de Morgan Stanley a dos bancos suizos: el Credit Suisse y la Unión de Bancos Suizos (UBS) para –entre otras cosas– prescindir de los servicios del ya demasiado chamuscado Ducler.
Desde las cuentas monitoreadas hasta entonces por Ducler se hicieron al menos cuatro transferencias a la cuenta 0835-860194-3 abierta el 5 de marzo de 2003 en el Credit Suisse. Allí se transfirieron los fondos de Morgan Stanley:
* El 12 de marzo de 2003, 220 millones de dólares.
* El 12 de marzo de 2003, 60 millones de dólares.
* El 13 de marzo de 2003, 60 millones de dólares.
* El 17 de marzo de 2003, 60 millones de dólares.
Al 31 de diciembre de 2003, el saldo era de 402.737.082 dólares. La otra cuenta se abrió en la Unión de Bancos Suizos (UBS). Para el UBS, la provincia de Santa Cruz es el cliente 0240486-608, pero en lugar de enviar los resúmenes de cuentas a la gobernación de la provincia, al Ministerio de Economía o a la Casa de Santa Cruz, los suizos los enviaban a Reconquista 360. La operación “Adiós Ducler” estaba concluida. Todos respiraban más tranquilos. Ahora el manejo quedaba en manos del estudio jurídico Cárdenas, Cassagne y Asociados (CC&A).
Lo llamativo es que tanto Cárdenas como Cassagne son dos viejas figuras del menemismo y la furia privatizadora de los ’90, todo aquello que Kirchner, al menos desde la retórica, venía a enterrar.
Cárdenas fue embajador de Menem ante la o nU. Antes fue presidente de la Asociación de Bancos de la República Argentina (ABRA) y era vicepresidente del HSBC para cuando la custodia del banco mató a sangre fría a un manifestante durante los incidentes de diciembre del 2001 que provocaron la caída de Fernando de la Rúa.
Cárdenas también fue asesor de Eduardo Duhalde durante cuatro semanas, entre la segunda de abril y la primera de mayo de 2003. El dato fue mantenido en secreto porque en esos días las calles estaban pobladas de gente protestando por el corralito. Según revela el ex embajador argentino en EE.UU. Eduardo Amadeo en su libro La salida del abismo, “Duhalde veía a Cárdenas como un puente con el FMI”.
El periodista Adrián Murano, autor del libro Banqueros. Los dueños del poder, investigó en profundidad el papel de Emilio Cárdenas durante la década de los ’90. Y rememora el rol que jugó en el desguace de ENTel: “Cárdenas participó de la colocación de acciones de oferta pública de ENTel. Entre los que habían ganado la licitación como operadores financieros de la privatización de los teléfonos estaba el JP Morgan, banco que en la Argentina representaba nada menos que el abogado Cárdenas. Este señor hizo un gran negocio para los bancos, y eso despertó serias sospechas, a tal punto que un funcionario clave de esas privatizaciones, como Roberto Dromi, se preguntó en público por qué la por entonces interventora de ENTel, María Julia Alsogaray, a último momento, dictaminó que la colocación de acciones no fuesen hechas por los bancos públicos sino por los bancos privados entre los que estaba el representado por Cárdenas. Dromi sugirió que ese cambio tenía 300 millones de razones. A partir de este negocio Cárdenas, que había acusado al gobierno de Menem de ser una cleptocracia durante un acto, pasó a ser embajador ante la o nU”.
El actual socio de Cárdenas, Juan Carlos Cassagne, es otro experto en privatizaciones: se desempeñó como jefe de gabinete de Dromi. Más tarde fue presidente de Aguas Argentinas y de la filial argentina de la empresa francesa Thales-Spectrum, que –según la Oficina Anticorrupción– habría pagado sobornos por 25 millones de dólares al gobierno de Menem para privatizar el espacio radioeléctrico.
Cuando Veintitrés llamó al estudio de Cárdenas y Cassagne para consultar las operaciones con los fondos santacruceños, la secretaria primero se quedó muda y luego alcanzó a balbucear: “Se habrán equivocado de estudio...”. A renglón seguido explicó que Cassagne estaba de viaje en el exterior.
Sin embargo, Máximo Fonrouge, uno de los cien abogados que trabajan en CC&A, admitió que allí se recibían los resúmenes de cuenta del UBS, pero que “el estudio no es representante del gobierno de Santa Cruz ni del UBS”.
–¿Y cómo explica que esa información, de supuesto carácter confidencial, vaya dirigida a ustedes?
–Bueno... creo recordar que venía a nombre de un consultor externo, que ya no trabaja más.
–¿Qué consultor?
–No sé si se lo puedo decir sin consultarlo con él.
Según Fonrouge, Cárdenas apenas sería un miembro off council (honorario) del estudio, que no habría estado siquiera empapado del tema Santa Cruz.
En la City se asegura que el “asesor” del que habla Fonrouge es Alfredo MacLaughlin, actual prosecretario de la Bolsa de Comercio, quien se jactaría de haber ganado la amistad de Kirchner cuando le sugirió que resguardara los ahorros de Santa Cruz en un banco suizo.
Lo más llamativo de la nueva trama que da a conocer Veintitrés es que Kirchner, por un lado, arremetía contra Cassagne en público por ser el titular de Aguas Argentinas, pero por otro le había cedido el manejo de las cuentas suizas donde estaban los fondos provinciales. ¿Esquizofrenia financiera? ¿Doble discurso político?
Ahora se confirma, además, que Kirchner continuó siendo el titular de las cuentas o nce meses después de haber renunciado a la gobernación y haber asumido la presidencia, tal como se desprende de los facsímiles de los registros de firma que están en poder de esta revista. Héctor Icazurriaga, sucesor de Kirchner en el gobierno provincial, nunca tuvo acceso a las cuentas, y su sucesor, el actual gobernador Sergio Acevedo, amenazó con no asumir el 10 de diciembre pasado si no se blanqueaba el manejo de los fondos. Acevedo renovó el contrato con el Credit Suisse en febrero pero recién el 22 de abril se registró como nuevo titular.
Cuando el actual ministro de Economía de la provincia, Luis Alberto Villanueva, a instancias del Tribunal de Cuentas le solicitó al Credit Suisse un histórico de la evolución de los saldos, el banco le respondió que la cuenta había sido abierta el 5 de marzo del 2003 y que por ese motivo no puede responder por los movimientos anteriores a esa fecha.
A juicio de Lidia Demediuk, vocal del Tribunal de Cuentas de la provincia que rechazó el informe presentado por el gobierno de Santa Cruz para el ejercicio 2003, a Kirchner tampoco le cierran los números.
En sus observaciones, Demediuk señala que “hubo un marcado interés en no poner en funcionamiento las comisiones creadas para el control e inversión de los fondos de regalías”. La contadora asegura que los saldos a diciembre de 2002 “adolecen de fallas e imprecisiones tan importantes como la comisión de la cuenta 642113721091 del Morgan Stanley por un monto de 4.189.390 dólares”. Demediuk también señala que “no se aporta información precisa sobre contratos, mandatos y órdenes de inversión, comprobantes de movimientos operados, certificación de los títulos autorizados en las cuentas habilitadas, certificación de saldos al 31-12-2003 y registros contables de la operatoria de los fondos”.
Decenas de pedidos se informes nunca respondidos, dos denuncias penales y una ampliación ante la Justicia provincial y otra más reciente en la Justicia federal no han logrado aclarar el tema. Ahora, Patricia Bullrich, titular de Acción por Todos, ha presentado una nueva denuncia ante la Justicia federal por violación al artículo 260 del Código Penal que prohíbe “timbear” con fondos públicos. “Tanto Kirchner como Acevedo –según la denuncia– admitieron manejar dinero público en cuentas en el exterior”, y el actual presidente admitió haber “depositado, siendo gobernador de Santa Cruz, las regalías petroleras en distintos bancos como el Morgan Stanley, UBS, AG y Credit Suisse”.
El escrito fundamenta que “será reprimido, con inhabilitación especial de un mes a tres años, el funcionario público que diere a los caudales o efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a que estuvieren destinados”.
Tal vez no pase de la chicana política. Pero la sensación general es que Kirchner todavía tiene mucho que explicar sobre el destino de fondos públicos que manejó discrecionalmente, como si fueran propios.
 
antes
MERCADO ABIERTO. Aldo Ducler, con oficinas sobre avenida Corrientes,
tuvo que irse luego de que se conocieran sus relaciones con el Cartel de Juárez. Kirchner se lo sacó de encima por consejo de Cristina Fernández.
 
ahora
SOCIOS. Cassagne (arriba) y Cárdenas (debajo) tienen su estudio en Reconquista 360, de Capital Federal. Allí llegan los
resúmenes de las cuentas santacruceñas.


el calvario de una jueza
Por Juan Alonso, desde Santa Cruz
Claudia Guerra (43) es una jueza atípica: desafió al poder kirchnerista nada menos que en Santa Cruz. El 15 de septiembre pasado hizo lugar a un amparo del senador radical Carlos Alfonso Prades, donde se le exigía al gobernador Sergio Acevedo que revelara el destino de los millonarios fondos provinciales depositados, se supone, en el exterior. Las diez carillas que redactó Guerra bastaron para que pasara a integrar la lista de enemigos del oficialismo. El juez Carlos Enrique Arenillas, a quien Guerra subrogaba mientras estaba de licencia, tuvo que regresar de apuro para poner las cosas en su sitio: invalidó lo actuado por la jueza. Ella no da reportajes y mucho menos fotos. Tiene miedo de que la echen. O, peor, que les hagan daño a los suyos.
Guerra se crió en Avellaneda y estudió en la UBA. Llegó a Río Gallegos hace catorce años. Al comienzo les costó establecerse. Claudia no quería vivir dependiendo de su marido y decidió tomar un empleo como secretaria de un juzgado de familia. Cuando el titular renunció, asumió el cargo vacante a los 31 años. Ahora vive en una linda casa. Todavía está pagando su hipoteca. Su salario orilla los 4.500 pesos. Nunca se sumó a la corte de los Kirchner, aunque dicen que, al principio, Cristina la apreciaba. El primer cruce con los K fue con Alicia, la hermana del Presidente. En 1995 la jueza exigió que el gobierno construyera un edificio adecuado para los presos menores de edad, por entonces detenidos en comisarías comunes. “¿Ya se fue el periodista?”, le preguntaron al conserje del hotel donde se hospedaba este cronista. El espionaje está a la orden del día en la tierra de los K. Y, se sabe, el silencio es hijo del miedo. La jueza Guerra no habla. Por ahora se contenta con abrazar a su hija Paloma, entre pañales, puré y mamaderas. Es suficiente para una madre. Pero esos pequeños momentos de felicidad no logran borrar las presiones y los interrogantes sobre el futuro: el verdadero calvario de una jueza que sólo pretendía saber.

Acto de apoyo con nuevas amistades
Con la presencia del líder de la CTA, Víctor de Gennaro, y de la ¿ex? menemista Inés Pérez Suárez, los transversales K y los piqueteros oficialistas llenaron el Luna Park en apoyo a Néstor Kirchner. Estuvieron los militantes de la Federación Tierra y Vivienda, el MTD Evita, Barrios de Pie y el Frente Transversal Nacional y Popular, y los partidos Polo Social, por la Revolución Democrática y Memoria y Movilización Social. También hubo banderas del Partido Nuevo del intendente de Córdoba Luis Juez y, aunque parezca curioso, del Partido Comunista Congreso Extraordinario. Según los organizadores, cerca de 12.000 simpatizantes participaron del acto. Los oradores fueron Emilio Pérsico, Edgardo Depetri, Luis D’Elía, Jorge Ceballos (los más aplaudidos), el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y Miguel Bonasso, quienes previsiblemente reivindicaron la lucha de los ’70, la resistencia a la dictadura y la oposición a las políticas neoliberales representadas por el ex presidente Carlos Menem. Estaba presente, además, el secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli, y el dirigente de la UOM Francisco “Barba” Gutiérrez.
Revista Veintitrés
ID nota: 3775
Numero edicion: 327      14/10/2004
 
 
 


 

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