Como alcalde de Medellín, como gobernador de Antioquía y ahora como presidente electo, la historia de Alvaro Uribe se entrecruza con la del jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviría y con la DEA. La saga de Uribe es la de un narcocandidato que tuvo a la DEA como jefe de campaña y en menos de cinco meses conquistó el 53 por ciento de los votos.
Por Walter Goobar
Como alcalde de Medellín, como gobernador de Antioquía y ahora como presidente electo, la historia de Alvaro Uribe se entrecruza con la del jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviría y con la DEA. Además de haber puesto fin al histórico bipartidismo, el ascenso de Uribe marca un nuevo capítulo en la evolución del narco-estado colombiano. Jamás en la historia reciente de Colombia un candidato había logrado una victoria tan contundente sin necesidad de recurrir a la segunda vuelta. Ahora podrá hacer realidad el proyecto que ejercitó cada vez que tuvo el poder en sus manos: la centralización absoluta del poder ejecutivo, el control del Congreso, el fortalecimiento del aparato militar, y el desarrollo de la estructura paramilitar.
La saga de Uribe es la de un narcocandidato que tuvo a la DEA como jefe de campaña y en menos de cinco meses conquistó el 53 por ciento de los votos. Ex alcalde de Medellín e hijo de un terrateniente asesinado por la guerrilla en 1983, Uribe llega al poder prometiendo la creación de escuadrones de soplones y recompensas millonarias a quienes delaten a los miembros de la guerrilla. No es extraño que las organizaciones paramilitares que lo cuentan entre uno de sus fundadores, saludaron su triunfo con euforia.
En 1982, cuando Alvaro Uribe se convirtió en alcalde de Medellín, Pablo Escobar ya había tomado la ciudad por asalto, construyendo viviendas para los pobres, pagando impuestos, apoyando la construcción propiciada por Uribe de un subterráneo. Uribe regía los destinos de una ciudad que era conocida como 'El santuario', debido a la completa protección que los traficantes gozaban por parte del gobierno local. En ese tiempo, Uribe se vio envuelto en al menos dos proyectos en los que también participó Pablo Escobar: uno era la construcción de un barrio para gente pobre conocido como 'Medellín sin Tugurios' y el otro un programa cívico que condujo a la plantación de miles de árboles en la ciudad. En un intento por mejorar su imagen pública, Escobar financió ambos proyectos y Uribe lo apoyó públicamente. El alcalde, incluso inauguró el nuevo barrio cuando era sabido que
casi toda la cobertura de prensa positiva sería para Escobar.
El nuevo presidente electo y el extinto lider del Cartel de Medellín, Pablo Escobar también compartieron un pasado político común en las filas del Partido Liberal. Pero tanto en épocas de Escobar como ahora hubo serios conflictos en el partido. Un grupo, el movimiento Nuevo Liberalismo, liderado por Luis Carlos Galán, denunciaba que el crimen organizado había tomado poder del partido y la ciudad. "En 1982, Pablo Escobar trató de encontrar un lugar en el movimiento Nuevo Liberalismo encabezado por Luis Carlos Galán, pero Galán sacó su nombre de la lista y lo expuso frente a una multitud de cinco mil personas en Medellín", sostuvo el escritor colombiano Gabriel García Márquez en el libro El otoño del Señor de las drogas, donde retrata la vida y muerte de Pablo Escobar:
El coraje de Galán no logró detener a Pablo Escobar que presidía el renacimiento económico del Medellín de Uribe. Galán fue asesinado mientras Uribe consolidaba su poder y Escobar conseguía una banca en el Congreso Nacional.
En 1982, convertido en parlamentario, Pablo Escobar viajó a Estados Unidos donde Reagan y Bush lo convirtieron junto con con el presidente panameño Manuel Antonio Noriega en parte de la trama para intercambiar cocaína por armas para los antisandinistas nicaragüenses. El financiamiento de los Contras coincidió con la explosión del crack en las calles urbanas de Norteamérica.
El periodista de Newsweek, Joseph Contreras, señala que hay un dejo de arrogancia que Uribe deja ver de tanto en tanto. En su libro sobre el comercio colombiano de drogas, Whitewash, el periodista británico Simon Strong relata una entrevista que mantuvo en 1994 con el entonces senador, en la que Uribe se molestó cuando el reportero le preguntó sobre uno de sus protegidos políticos, que alguna vez gozó del respaldo del barón de la droga Pablo Escobar. Según Strong, el se fue abruptamente del restaurante de Bogotá donde se realizaba la entrevista. Cuando Strong salió del sitio, se encontró con Uribe que rodeado de guardaespaldas le lanzó una trompada y lo invitó a reanudar la entrevista.
"El irritable político aparentemente se ha suavizado con el tiempo", dice Newsweek. Hace dos semanas,Uribe telefoneó personalmente a Gonzálo Guillén, corresponsal en Bogotá del Nuevo Herald, para quejarse de la investigación sobre sus relaciones con el clan de los Ochoa. Los Ochoa eran prominentes miembros del cartel de Medellín y Uribe reconoció que su padre tuvo una larga amistad con el recientemente fallecido patriarca Fabio Ochoa, pero sostiene que el sólo se encontró con los hijos de Fabio hace muchos años. En cualquier caso, a Uribe no le gustaron las preguntas de Guillén y le hizo saber su desagrado preguntando si el periodista vivía en Bogotá o en Miami".
Peor suerte corrió su colega de El Espectador Fernando Garavito que tuvo que exiliarse después de que reveló que durante la gestión de Uribe como director de la Agencia de Aeronáutica Civil de Colombia (1980-1982) se entregaron numerosas licencias de piloto al Cartel de Medellín -permitiendo a sus pilotos volar con grandes cantidades de cocaína hacia los Estados Unidos. Uribe fue supuestamente retirado del cargo por esta irregularidad.
Durante su mandato como gobernador de Antioquia, Uribe puso en marcha su modelo de "Estado Comunitario" que tiene bastantes semejanzas con el fascismo. Con la cortina de humo de estimular la participación de la ciudadanía en la generación de empleo implementó un modelo paramilitar de seguridad pública. A partir de un programa auspiciado por la Universidad de Harvard, se capacitó cerca de 50.000 antioqueños en "Negociación Pacífica de conflictos". Este proyecto sirvió para crear en 1994 las Asociaciones Comunitarias "Convivir", que fueron utilizadas por los terratenientes y los narcotraficantes para aplicar la política contrainsurgente de "tierra arrasada". Según Amnistía Internacional y decenas de organizaciones de derechos humanos, estas brigadas de vigilancia servían, como una fachada para los campos de reclutamiento y entrenamiento de las fuerzas paramilitares colombianas apoyadas en la cocaína.
El proyecto Convivir de Uribe se convirtió en un Frankenstein. Las brigadas respaldadas por Uribe iniciaron una escalada sangrienta de masacres contra civiles desarmados al punto que fueron proscriptas a fines de 1997. Aunque la justicia colombiana ordenó el regreso de las armas de guerra provisto por el gobierno colombiano a los vigilantes de Uribe, sólo unos cuantos rifles de asalto volvieron a poder del gobierno. Los vigilantes de Convivir simplemente tomaron sus armas y se unieron a las unidades narco terroristas de Carlos Castaño de las Fuerzas de Autodefensa de Colombia o AUC.
El Departamento de Estado califica a las AUC como una "organización terrorista", incluso sabiendo que respaldaron a su candidato, Uribe, para que sea presidente de Colombia. La revista Business Week informó recientemente sobre los planes de Álvaro Uribe de utilizar la misma estrategia paramilitar a escala nacional. Después del triunfo, Uribe propuso crear un cuerpo de un millón de buchones del Ejército y los cuerpos de seguridad del Estado. Cada lunes, 'El Día de la Recompensa', el Gobierno gratificará a los colombianos que en la semana anterior hubieran ayudado a la fuerza pública a evitar un acto terrorista o capturar a sus responsables. Su resolución frente a la guerrilla será menor frente a los grupos de ultraderecha como las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), según sospechan varios analistas.
De acuerdo a un documento firmado por el jefe de la DEA Donnie R. Marshall el 3 de agosto de 2001, varios aviones fueron capturados con insumos para la producción de coca. Las naves se dirigían a Medellín, a nombre de una empresa llamada GMP Productos Químicos. Las 50 toneladas del precursor químico destinadas a GMP eran suficientes para fabricar 500 toneladas de hidroclorato de cocaína, con un valor en la calle de 15 mil millones de dólares. El dueño de GMP Productos Químicos, de acuerdo al reporte de 2001 del jefe de la DEA, es Pedro Juan Moreno Villa, el jefe de campaña, ex secretario de gobierno y, por mucho tiempo, mano derecha del presidente electo de Colombia Álvaro Uribe Vélez.
RECUADRO
LA AGENDA DE URIBE
*Colombia es un país al borde del abismo: el deterioro económico, la debilidad institucional, la crisis política . Esta situación que está propiciada por una guerra de 39 años nutrida por el narcotráfico que ha dejado un 40% del país bajo control de la guerrilla o los paramilitares.
*El Congreso, está en manos de clanes y caciques. Está pendiente una reforma que proscriba el fraude electoral, el uso indebido del presupuesto público, los ingresos en dinero negro y la atomización de los partidos. Los partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, están prácticamente desmembrados; casi dos tercios de los colombianos se considera independiente o sin partido.
* La guerrilla es el principal enemigo de Uribe. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuentan con más de 17.000 combatientes, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con unos 6.500, mientras que otros grupos insurgentes que reúnen a 2.000 milicianos. Frente a la guerrilla se alzan las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), con unos 9.000 paramilitares. En estos grupos armados se cuentan 6.000 niños.
* El tráfico de drogas está repartido entre un total de 162 cárteles. La criminalidad cuadriplica la media de América Latina y la mitad de los más de 50.000 presos hacinados en las cárceles está pendiente de juicio. La tasa de secuestros es la mayor del mundo.
*El número de colombianos que viven sumidos en la pobreza sigue creciendo y, según el Banco Mundial, ya alcanza el 64% de la población del país. De los 27 millones de pobres, hay casi 10 millones de indigentes. El desempleo ha bajado del 20%, pero la economía sumergida alcanza otro 34%; los parados superan los tres millones. El crecimiento económico está en el 1,56%, cuando debería superar el 5% anual para bajar la pobreza y generar empleo. La deuda pública llega a la mitad de lo que el país produce anualmente, y la mitad de ella --23.500 millones de dólares-- es externa. Sólo la inflación ha bajado a un 5,65%.
Revista Veintitrés
13-AGO-2002