Juan Carlos Blumberg contrató al estudio de Roberto Durrieu para que lo represente en el juicio penal por el asesinato de Axel. Una elección polémica: este abogado fue subsecretario de Justicia en la época más negra de la dictadura y fiscal de Estado provincial cuando Camps manejaba la Bonaerense; firma solicitadas en favor de Videla y critica las uniones gay y a los piqueteros. Blumberg explica por qué lo eligió. La consultora que intenta manejar el discurso del padre de Axel.
Por Walter Goobar
Eso no lo sabía, pero no me parece que sea importante. Yo necesito llegar a fondo con el juicio de Axel y ellos me lo garantizan”, respondió Juan Carlos Blumberg a Veintitrés. Esta revista lo consultó después de descubrir que había contratado al estudio de abogados de un ex subsecretario de Justicia del dictador Jorge Rafael Videla, y que representa las posturas jurídicas más retrógradas, para que lo represente en el juicio penal por el secuestro y la muerte de su hijo.
“El doctor Roberto Durrieu puso a disposición un equipo de investigadores que se comprometió a ir a fondo en el caso y descabezar a la policía o ir contra algún intendente si fuera necesario”, argumenta Blumberg en defensa de su abogado, pero responde con evasivas cuando se le pregunta si no tuvo en cuenta sus vinculaciones con la dictadura y sus campañas contra los piqueteros, Eugenio Zaffaroni, la unión civil de los homosexuales y los juicios por jurado.
“Mire... es un estudio muy bueno que viene de tradición de familia. Es gente proba. Yo he averiguado porque también pensé en el estudio Argibay Molina, pero defendió a Yabrán... ¿entiende?”
–Y el estudio Durrieu defendió a Cavallo y a un funcionario prófugo del FMI...
–Eso no lo sabía. Pero yo necesito convertir el juicio de Axel en un caso testigo, como fueron los juicios de la Operación Manos Limpias en Italia, y Durrieu es el único que me garantiza ir a fondo.
Aunque no lo incluye en el currículum que aparece en la página web de su estudio, Roberto Durrieu fue subsecretario de Justicia de la última dictadura militar entre 1978 y 1981. Ese fue el período más negro de la Justicia, en la que se rechazaban de manera sistemática los pedidos de hábeas corpus por los desaparecidos, tal como pudo comprobarlo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1979. Durrieu llegó al ministerio de la mano de Alberto Rodríguez Varela (quien era el ministro y actualmente es el defensor de Videla). Antes, también a instancias de Rodríguez Varela, Durrieu había sido fiscal de Estado de la provincia de Buenos Aires (1976/78) cuando Ramón Camps comandaba las huestes de la Bonaerense y el general Ibérico Saint Jean era el gobernador.
Blumberg analizó cuatro estudios para que lo representen: el de Alejandro Carrió, un garantista que –entre otros casos– representó a Chile en el juicio por el asesinato del general Prats; el estudio Argibay Molina que fue descartado por haber representado a Alfredo Yabrán; Wortman Yofre, socio del estudio Moreno Ocampo, y el de Durrieu. Y se quedó con este último.
“No comparto su posición política pero creo que Durrieu es un buen abogado. Es un hombre de derecha y Blumberg aparentemente también. Es una elección de contenido netamente ideológico, pero no me sorprende. Es natural”, dijo a Veintitrés el ex fiscal Julio César Strassera.
Durrieu preside el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, una entidad que reúne a los abogados que integran los estudios más selectos del establishment económico de la Argentina. Entre los integrantes están el propio Alberto Rodríguez Varela y Florencio Varela, ex secretario de Minoridad de Videla.
Su lealtad con el Proceso no deja dudas: En 1987, Durrieu fue uno de los firmantes de una escandalosa solicitada en la que expresaba solidaridad y reconocimiento con Videla, quien dos años antes había sido condenado en el Juicio a las Juntas.
Desde la presidencia del colegio de la calle Montevideo, Durrieu libra permanentes cruzadas contra los piqueteros, contra la nominación de Eugenio Zaffaroni y Carmen Argibay en la Corte Suprema, contra la unión civil para homosexuales, y pide por la baja en la imputabilidad a los menores, entre otros temas.
“Allegados a Blumberg le presentaron una cuaterna de estudios y él nos eligió a nosotros”, dijo a Veintitrés Roberto Durrieu hijo, a quien su padre ha puesto a cargo de la causa. Según Durrieu (h), el estudio trabaja gratis en esta causa porque Blumberg impuso esta condición para no quedar comprometido con ningún estudio. Si bien Durrieu junior dice que sólo asisten a Blumberg en la causa penal y que no intervienen en la fundación ni en las propuestas de endurecimiento de leyes, el padre de Axel admite que Durrieu ya le ha sugerido que retirara la propuesta de juicio por jurado, porque la sociedad todavía no está preparada. Blumberg se negó a este pedido.
Como al resto de la derecha, el tema de los piqueteros obsesiona al nuevo abogado de Blumberg. En enero advirtió desde las páginas de Infobae que “la autoridad va a ser sobrepasada y habrá guerrillas en las calles”. Para Durrieu, la de los piqueteros “es una acción revolucionaria, porque no se trata en todos los casos de gente que necesita medios de vida, de sustento y que podrían reclamar sin lesionar a nadie”.
Durrieu padre es profesor titular en Derecho Penal de la Universidad Católica y en muchas oportunidades habla por boca de los sectores más retrógrados de la Iglesia. El año pasado encabezó la cruzada contra la unión civil entre personas del mismo sexo. Para Durrieu, la propuesta que finalmente fue sancionada “implica el desconocimiento de la ley natural, que organiza la célula fundamental de la sociedad sobre la base de la unión estable de varón y mujer”.
Como era de esperarse, Durrieu y el colegio se opusieron a la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final por parte del Congreso. “Constituye un hecho inédito en nuestra historia, con gravísimas repercusiones sobre la seguridad jurídica en general”, escribió el abogado en La Nación.
Durrieu pertenece a la misma corriente ideológica que el juez federal de San Isidro Conrado Bergesio, quien está al frente de la causa de Axel. “Cuando Durrieu le promete a Blumberg que va a montar un equipo de investigación, creo que en realidad va a usar los recursos de su amigo Bergesio”, dice un abogado que conoce bien a ambos. “A Durrieu le alcanzará con enviarle un escrito solicitando tal o cual medida para que Bergesio las motorice”, dice este letrado que solicitó se preserve su identidad.
Entre otras defensas, el abogado patrocinante de Blumberg llevó adelante la de Domingo Cavallo en causas vinculadas al escándalo IBM-Banco Nación; de LAPA en el desastre ocurrido en Aeroparque, y del FMI en defensa de Jorge Baca Campodónico, el funcionario prófugo de la Justicia peruana. En este caso, el FMI contrató al estudio Durrieu para evitar la extradición y el estudio aportó los dólares necesarios para la excarcelación argumentando que Campodónico es un perseguido político.
Durrieu también intervino en política: en agosto de 2001, la Alianza de Centro que propuso al ahora kirchnerista Gustavo Beliz como candidato a senador, tuvo al abogado que defendió a Cavallo en uno de los últimos lugares de la lista para diputados.
Juan Carlos Blumberg dice que no tiene miedo de que Durrieu politice la causa de la misma manera que ha politizado una cantidad de temas.
–A mí lo que me interesa es el compromiso que tomó y que lo hace ad honorem. Los otros estudios cobraban cifras abultadas.
–¿El hecho de que no cobre no llevaría a sospechar que lo puede usar con otros fines...?
–Acá Durrieu va a tener que poner todo su prestigio para ir a fondo y llegar hasta las últimas consecuencias. Y si tiene que investigar y descabezar a la cúpula de la Policía Federal, lo va a tener que hacer. El concepto es generar en la Argentina una causa que sea un caso testigo, un antes y un después en la Justicia penal. Por eso lo elegí. Lo demás, no sé...
se puso en evidencia
Por Ricardo Monner Sans
El abogado puede optar por atender a personas que piensan distinto de lo que uno quiere para su país y para el mundo, cuando el caso del cliente no pone en juego la convicción del profesional. Mucho antes de la hilacha que mostrara Blumberg de cara a los padres de Sebastián Bordón, vi con marcado interés quiénes eran los que lo llevaban de la mano y cómo –hasta desde el punto de vista psicológico– el horror de lo sufrido por él determinaba una sobreactuación que pudo estar teñida por una compleja relación paterno-filial. Marcado interés porque de pronto lograba Blumberg una capacidad de convocatoria que mostró el vacío real de instituciones y fijara la agenda que arrinconó a un gobierno que sostuvo al principio que el tema del delito no pasaba por la dura mano sino por las causas que lo gestan. La búsqueda de Roberto Durrieu como su abogado –profesional de sólida formación jurídica– es coherente con lo que Blumberg piensa sobre el delito. En delito y sociedad está en juego la aspiración de qué país queremos: el crecimiento del autoritarismo achica la base democrática. Tras lo de Bordón, la elección de Durrieu como abogado es absolutamente afín a un pensamiento que no es el mío.
Blumberg ha cerrado su propio círculo, dejando en claro que achicó la esperanza volcada en un espontaneísmo que se extingue.
el camino elegido
Por Pedro Kesselman*
Blumberg ha extendido su condición de padre afectado por la terrible muerte del hijo para asumir una postura política. Depende quién lo acompañe en todo esto, uno ve hacia dónde puede tender su postura. En ese sentido, si se acompaña con un abogado que tiene una tradición de defensa del sistema democrático, de las instituciones y de los derechos humanos, uno verá para dónde se orienta. Si se hace acompañar por alguien que ha mostrado cierta tendencia a respaldar políticas autoritarias y la violación del orden institucional, seguramente su postura será otra.
En su trayectoria, Roberto Durrieu mostró una postura de acompañamiento al golpe militar de 1976, donde ocupó un cargo de carácter político. Conductas como la de Durrieu hicieron que en el Código de Etica que se sancionó en 1986 para todos los abogados que ejercemos en la ciudad de Buenos Aires, el artículo noveno diga: “Es contrario y violatorio a los deberes fundamentales de la abogacía el prestar servicio a la usurpación del poder político aceptando cargos que impliquen funciones políticas o a la magistratura judicial”. Eso no tiene efecto retroactivo, pero se hizo en respuesta a actitudes como las de Durrieu.
*Vicepresidente saliente del Colegio Público de Abogados de la Capital
“no debe hablar de cualquier cosa”
María Eugenia González teme ser secuestrada. Su temor es tan grande que a pesar de ser periodista, haber trabajado en televisión y ser directora de una de las consultoras de prensa y comunicación institucional más grande del país, no se atreve a dar la cara a la cámara. IndetiaPR, así se llama la consultora, asesora a empresas como Gas Natural Ban, Mercedes-Benz, Chrysler, Dodge y, en forma gratuita, a organizaciones no gubernamentales como Fundación Compromiso y el Instituto de Conservación de Ballenas. Desde hace dos semanas comenzaron a trabajar, también ad honorem, con Juan Carlos Blumberg, que está creando la fundación Axel.
–¿Blumberg vino a ustedes o ustedes fueron a él?
–Blumberg nos eligió luego de que varios de sus amigos nos recomendaran. Trabajamos con varias o nG donando nuestros honorarios.
–Comenzaron a asesorarlo justo después de que Blumberg se refiriera al caso Bordón. ¿Fue ese el motivo por el que recurrió a ustedes?
–No. Él lo venía pensando, por sugerencia de los padres de los amigos de Axel que lo acompañan en la creación de la fundación. Piensan que necesariamente deben profesionalizarse y nosotros los vamos a ayudar en cuanto a la relación con la prensa.
–¿Qué le recomendaron?
–Respecto del tema Bordón, como Blumberg está sinceramente arrepentido y pidió disculpas públicamente, le dijimos que tiene que cerrar el tema. No hablar más sobre lo que dijo o lo que quiso decir.
–¿Y acepta sus propuestas?
–Las discutimos mucho. Es una construcción y en el debate entra Blumberg y todos los amigos que están trabajando en la fundación. Estamos trabajando en varios frentes. Por un lado, organizarle la agenda de medios, hacerle entender que el funcionamiento de la radio es distinto al de la televisión, que no todos los periodistas son iguales y, por lo tanto, tiene que diferenciarlos. No se trata de censura, sino de poder dar la respuesta correcta.
–¿Por ejemplo?
–Si un periodista le pregunta sobre derechos humanos es muy posible que Blumberg empiece hablando de la ESMA, por decir algo. Pero hace unos días hicimos un ejercicio, en la tranquilidad de no tener que responder a un medio, y su respuesta fue: “Hoy entiendo mejor que nunca a las personas que perdieron a un hijo injustamente”. Yo le dije que esa es la respuesta que tiene que dar ante este tema.
– Blumberg parece propenso a responder de todo. ¿Qué le recomendaron?
–Hay que tener en cuenta que se trata de un hombre que hace dos meses no duerme ni se alimenta bien y que sufre mucho la pérdida de su hijo. Lo primero que le dijimos es que no necesariamente debe responder de todo y a todos. Que puede decir que no habla de determinado tema y enfocarse en los temas sobre los que está trabajando.
–¿Y les está haciendo caso?
–Recién empezamos, pero creo que está aceptando nuestras recomendaciones.
Revista Veintitrés
Numero edicion: 308 03/06/2004