Uno de los últimos sacrilegios de los Simpson -que son los críticos más mordaces de la sociedad norteamericana-, es haberse metido con Juan Domingo Perón en un capítulo emitido el pasado 6 de enero que fue visto por más de 8 millones de espectadores en los Estados Unidos.
Por Walter Goobar
www.waltergoobar.com.ar
"La guerra es el instrumento que utiliza Dios para enseñarles geografía a los norteamericanos"
decía el escritor y periodista Ambrose Bierce, sobre sus compatriotas que recién se enteraban de la existencia de un país cuando EEUU los invadía. Pero eso era en el siglo pasado. Ahora, además de la guerra, el norteamericano medio tiene a los Simpson para enterarse que existe un país que se llama Argentina o que uno de los personajes más controvertidos de su historia se llamó Juan Domingo Perón.
Uno de los últimos sacrilegios de los Simpson -que son los críticos más mordaces de la sociedad norteamericana-, es haberse metido con Perón en un capítulo emitido el pasado 6 de enero que fue visto por más de 8 millones de espectadores en los Estados Unidos.
En ese episodio, Homero arenga a los parroquianos de un bar sobre el cansancio que producen los políticos, a lo que Moe, el dueño del local, responde con la propuesta de "abolir la democracia para siempre". Otro de los presentes completan la escena proponiendo "una dictadura militar como la de Juan Perón, cuando el te desaparecía te mantenías desaparecido" dice Carl, mientras sostiene una cerveza en la barra. "Además su esposa era Madonna", agrega su mejor amigo Lenny, en tono irónico por Evita.
En una actitud más bizarra que la de los dibujos animados, el el ex diputado Lorenzo Pepe solicitó al Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) que impida la transmisión del capítulo indicando que "Los Estados Unidos tienen un total desconocimiento de la historia latinoamericana, y si se trató de una ironía, deberían darse cuenta de que hay cosas con las que no se hacen bromas". Por suerte a Pepe no se le ocurrió prohibir la risa.
El titular del Comfer, Gabriel Mariotto, consideró "irracional" la exigencia de censurar a Homero: "La sociedad argentina ha madurado, y sería irracional aplicar una medida de censura", sentenció Mariotto y concluyó: "Esto se combate con más información".
Hasta ahora, ni los ataques de los republicanos ni los elogios de los académicos han modificado el tono satírico de la serie que cada semana se despacha contra alguno de los cimientos de la sociedad estadounidense, como la religión, la familia o el fracaso del sueño americano.
Con un sofisticado humor negro, 'Los Simpsons' se burlan de la ignorancia del estadounuidense promedio; critican sus hábitos consumistas y denuncian su hipocresía religiosa, su obsesión por el dinero y su culto a la violencia.
Lorenzo Pepe no es original en su intención de prohibir a los Simpson: La serie ha sido atacada por grupos ultraconservadores, que incluso han llegado a prohibir las remeras de Bart y Homero en sus colegios. La más peligrosa, según varias asociaciones de padres, era una con la frase "Fracasado y orgulloso de ello".
En realidad, la serie se ríe tanto de los nuevos cristianos como de los activistas demócratas, tanto de John Fitzgerald Kennedy como de George Bush.
En 2003, los republicanos incluso tomaron prestada una cita de Los Simpson para referirse a los franceses por su oposición a la Guerra de Irak. El jardinero Willy los llamaba "monos que se rinden y comen queso", una caracterización que no les cayó bien a los franceses.
En abril de 2002 el entónces presidente del Brasil, Fernando Henrique Cardoso arremetió contra la serie por un capítulo en el que la familia viajaba a Brasil para buscar a un huérfano al que su hija, Lisa, ayudaba a través de un programa de asistencia. Homero fue secuestrado por un conductor de taxi sin licencia, luego él y su hijo Bart fueron asaltados por niños de la calle. También se mostraba la policía carioca como perezosa y poco servicial, y a los hombres brasileños como bisexuales.
Cardoso dijo que "el episodio mostraba una visión distorsionada de la realidad brasileña" y el consejo de turismo carioca, Riotur, dijo que el programa afectó una campaña de 18 millones de dólares que buscaba atraer visitantes a la ciudad que en Los Simpson describían como a infestada de monos y ratas. Al final, los cerebros del programa pidieron disculpas y -como en los cuentos-, comieron perdices.
Ninguna otra serie logró tanto durante tanto tiempo: 60 millones de espectadores en 66 países, la consagración como "mejor programa de la historia" y más de 2500 millones de dólares en ganancias para el canal Fox.
El imperio de Rupert Murdoch, cuyos periódicos y televisiones apuestan fuertemente por los republicanos, ha dejado la ideología de lado a la hora de emitir Los Simpson. Su canal de noticias 24 horas, Fox News, defiende con ferocidad todas las políticas y la moral de George W. Bush, pero en su cadena de entretenimientos, los gays se casan y Homero Simpson ridiculiza a los que han cambiado la bebida por la religión, como el actual presidente de Estados Unidos.
Los Simpson podrían ser, después de todo, cualquier familia estadounidense media. Tal vez sea ver el propio reflejo satirizado lo que atrae y repele al público. A todos menos a Lorenzo Pepe.
Revista 7 Días
18-ABR-2008