El líder de Recrear está contento con el triunfo de Bachelet en Chile porque, afirma, tiene el mismo programa que el suyo. Define al matrimonio Kirchner como “populista” y niega que el oficialismo sea de centroizquierda: “Les sacan a los pobres para darles a los ricos, ¿eso es ser progresista?”.
Por Walter Goobar
Sus vacaciones transcurrieron trepando cerros en Tandil y zambulléndose dos veces por día en una pileta de Adrogué, y otras tantas en una valija de libros sobre economía e historia, entre los que rescata Contra la corriente, de Samuel Britain, título llamativo para una persona que practica natación y, a la vez, es de los pocos referentes de derecha que van quedando en un continente que gira cada vez más a la izquierda. Ricardo López Murphy no se anda con vueltas. En diálogo con Veintitrés dice que el Presidente y su esposa le rehúyen el debate porque le temen y los califica de “bárbaros” porque les “roban a los pobres para darles a los ricos”.
“Mi plan de vacaciones consiste en no ir a la oficina y no atender a los periodistas. Eso ya es una doble tranquilidad”, explica el líder de Recrear. El plan le permite, según se ve, leer bastante, porque además del libro de Britain, un periodista del Financial Times, López Murphy se devoró El mundo es plano, de Thomas Fridman, un columnista del New York Times, y el libro del economista Roberto Cortés Conde sobre la historia de la economía del siglo XX, publicado por Edhasa. Claro que matizó la lectura con regios chapuzones.
–¿De dónde viene su amor por la natación?
–Es una consecuencia del asma que tengo. Convengamos que es un deporte de bajo riesgo para una persona grande como yo.
–¿Por qué le parece que es tan difícil organizar una propuesta opositora a Kirchner?
–No creo que sea difícil en términos conceptuales. En mi cabeza, al menos, yo tengo claro cuál debería ser el programa alternativo. Es el de Chile, el de Lagos y Bachelet. Yo no tengo ninguna diferencia con Bachelet. Hemos escrito los mismos libros. Estoy a la izquierda de Tabaré Vázquez.
–¿Se reivindica más socialista que Lagos y Bachelet?
–Usted vio el comportamiento de Lagos, de Kirchner y de Chávez en la Cumbre de Mar del Plata. Lagos trataba de ampliar las oportunidades de Chile, de integrarlo al mundo, de presentarlo como un país confiable con reglas inamovibles, donde se tomara al mundo en su conjunto como una oportunidad, donde se hace una política social que no esté capturada por el clientelismo gubernamental y se expanda al máximo la inversión para generar empleo, para generar igualdad de oportunidades. En última instancia, para hacer lo que Alberdi y Sarmiento pensaron para la Argentina: un país moderno y próspero. Esa es mi visión de lo que es Lagos.
–¿Y Kirchner?
–Es el populismo latinoamericano: gasta lo que no tiene, se come las reservas de gas, de petróleo, como estamos haciendo acá, incautando las reservas del Banco Central por un discurso del Presidente, querer modificar el Consejo de la Magistratura, gobernar por decretos de necesidad y urgencia. ¿Cuántos decretos de necesidad y urgencia firmó Lagos? Esa es la diferencia entre un país maduro institucionalmente y un país inmaduro
–¿Será que Lagos y Bachelet se formaron en la resistencia a una dictadura y por eso valoran más las instituciones?
–Nosotros hemos tenido más experiencias dictatoriales o fuera de la Constitución que Chile. Deberíamos tener una mayor propensión al respeto institucional. Uruguay y Brasil también son muy cuidadosos.
–Si lo tiene todo tan claro, ¿por qué le fue tan mal en la última elección?
–Usted vio como se escapó Cristina Fernández de Kirchner de los debates en la provincia. No le dio una sola entrevista a la prensa, no asistió a un solo debate, los Kirchner son incapaces de enfrentar la vida republicana. Bachelet llevaba mucha ventaja pero nunca rehuyó a ningún debate. Eso es lo que es reaccionario, eso es lo que es atraso, eso es lo que es bárbaro.
–¿Usted califica de “bárbaro” a este gobierno?
–Bárbara es la conducta de no dar entrevistas a la prensa. ¿Por qué no hubo debate en la provincia de Buenos Aires? Es muy difícil que haya alternativa opositora si la prensa está domesticada. Y está domesticada cuando servilmente no reconoce la incapacidad del Gobierno de seguir las prácticas republicanas. Todo lo demás, izquierda, derecha, es marginal.
–¿No cree que uno de los problemas es que sea el Presidente el que marca la cancha y quien determina dónde está la izquierda y dónde la derecha?
–No conmigo. Conmigo Kirchner nunca marcó la cancha. A mí el Presidente y su esposa me huyen. El debate hubiera sido y sigue siendo devastador para ellos.
–¿Pero cuál es la autocrítica hacia adentro de la oposición? ¿No hay mucho de incapacidad?
–Creo que nos ha costado formular un programa y un lenguaje común. Creo que hay cosas muy atrasadas: ese falso debate sobre izquierda-derecha. Eso está después de la república. Tiene que haber reglas de juego para que esas cosas sean valiosas. Creo que ha habido una gran dificultad en financiar la vida política. Creo que hay una caída en la confianza de la sociedad en la representación política y eso hace que sea muy difícil movilizar a las clases medias y que se hagan cargo de gobernar sus sociedades. Creo que la clave son los concejales y que los gobiernos locales sean la escuela de la democracia. Si hay un lugar donde es necesaria la reforma política es allí. Ese es el régimen más atrasado, reaccionario y bárbaro que hay. He intentado trabajar sobre esas cosas y reconozco que no me ha sido sencillo.
–¿No le interesa una política frentista?
–Creo que inevitablemente el sistema político tiene que ir a alternativas que sean elegibles y esas alternativas tienen que ser competitivas. Lo lógico es que haya un polo opositor y que haya una expresión alternativa y una expresión oficialista.
–¿Por qué se malinterpretó su propuesta de un foro?
–Porque no entendieron la palabra. Era una iniciativa para movilizar a sectores de la sociedad civil para que valoren y cuiden el desarrollo de las instituciones. A mí me parecía que había que crear un ambiente donde pudiéramos revalorizar los problemas de funcionamiento. El otro día surgió la polémica sobre si se podían adelantar las elecciones y a nadie se le ocurre decir que la Constitución fija la fecha de las elecciones. El ministro del Interior tardó diez días en salir a recordar la Constitución. Cómo puede ser que hablemos tanto de lo que no se puede hacer, como si se pudiera. Eso habla de la labilidad institucional de la Argentina. Por eso, el Foro de la República intentaba hacer mucha pedagogía sobre el problema institucional. ¿Por qué Kirchner incumple esas normas?
–Deme su respuesta...
–Porque eso le permite subordinar a los gobernadores e intendentes como si fueran empleados, independientemente de que sean opositores u oficialistas. ¿Cómo puede ser que los opositores voten por el oficialismo por un llamado del jefe de Gabinete o del ministro de Hacienda? Eso es un chantaje que está mal en la Argentina. La Constitución tiene respuestas para eso. ¿Por qué no se aplica? Mi vicio profesional son las cuentas. Brasil tiene un sistema de cuentas públicas espectacular. Todo está en Internet. Nosotros podríamos dictar una ley de responsabilidad fiscal y transparencia. Sería formidable.
–Cuando usted habla de participación popular, a mí lo primero que se me ocurre son las asambleas populares del 2001/2002...
–Eso no es participación popular. La Constitución determina otra cosa.
–Bueno, entonces defina la diferencia entre democracia y república...
–Bueno, la república tiene reglas constitucionales muy claras. Hay un artículo en la Constitución que dice que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y hay un mecanismo para que esa participación se regule. Para eso existen los partidos políticos...
– ¿Para quién el foro que propone?
–No es un intento de reemplazar las instituciones ni las representaciones. Es lógico que el Parlamento haga su tarea, pero en todas las sociedades modernas hay expresiones de la sociedad civil donde se discuten las cosas y se generan visiones diferentes.
–En ese contexto, ¿qué le parecen el instituto Hanna Arendt y el contrato moral que propone Elisa Carrió?
–Nosotros tenemos nuestra escuela de cuadros y nuestras reuniones de diálogo, pero el Foro lo que va a seguir intentando es un ámbito donde podamos incorporar a gente que no necesariamente se identifica con nuestra línea política. Lo del contrato moral lo utiliza Carrió como una invocación de sus convicciones. Me parece legítimo que lo haga.
–Según las encuestas, el Gobierno mantiene la simpatía popular...
–Después de una gravísima crisis y de un colapso económico, me parece que el Gobierno vive de las excepcionales circunstancias internacionales. Usted se acuerda que yo hace unos años vaticiné una recuperación extraordinaria. Yo diría que se resume en tres puntos: el comercio creciendo tres veces más que el producto mundial, la aparición de Europa oriental en el capitalismo, que se ha potenciado con la incorporación de India y de China al mercado mundial.
–¿Se arrepiente de la campaña “Duhalde lo puso a Kirchner...”?
–No. Era así y esa manipulación del sistema político estaba allí. Si usted quiere, usé un lenguaje distinto del que uso siempre.
–Pero a la hora de los números le fue mal...
–Pero no por eso. Yo no pude pasar la campaña política porque no tuve plata. Nosotros no tuvimos éxito en dar una alternativa, quizá porque nuestra ventaja comparativa estaba en las propuestas. Teníamos 150 propuestas. La provincia de Buenos Aires tiene un ingreso per cápita 20 por ciento inferior al promedio nacional. La provincia de Santa Cruz es el doble del promedio nacional: si Buenos Aires tiene 80, Santa Cruz tiene 200. Mire qué reaccionario es este gobierno que les saca a los pobres de la provincia de Buenos Aires y les da a los ricos de Santa Cruz. A la provincia de Buenos Aires le da 500 pesos por habitante y a la provincia de Santa Cruz 3.500. Les saca a los pobres para darles a los ricos.
–Esa era una situación preexistente...
–¿Ha leído algún proyecto de la senadora Kirchner para devolverle a la provincia el atraco al que es sometida: 43 por ciento de los habitantes y el 23 por ciento de los recursos? Una provincia pobre, atrasada. Yo no conozco a nadie que dice estar preocupado por la distribución que les saque a los pobres para darles a los ricos, como hace el matrimonio Kirchner.
Revista Veintitrés
ID nota: 7567
Numero edicion: 395 02/01/2006