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LUIS D’ELÍA ASEGURA QUE PIENSA “IGUAL QUE EL PRESI”

“Chacho y Bielsa son politicamente una cosa medio boluda”

Dice de manera brutal y directa lo que se piensa en el Gobierno. Próximo a asumir un cargo en el Ejecutivo, Luis D’Elía critica a los que se fueron, echaron o son “tibios” frente a la administración K. Ya noqueó a Duhalde y a Lavagna. Augura que se viene la etapa de la redistribución de la riqueza y anticipa que los que no ven esto “se van a tener que ir”.

Por Walter Goobar


A punto de ser nombrado subsecretario de Estado a cargo de los temas de Tierras y Hábitat Social –tendrá a su cargo la regularización de las usurpaciones de tierra, los asentamientos y las villas–, el kirchnerista Luis D’Elía arremete contra Rafael Bielsa, Chacho Alvarez y Darío Alessandro: “Son una cosa medio boluda y medio híbrida que en política no sirve”. El ex diputado bonaerense, considerado un kirchnerista “puro”, generalmente expresa –de manera más brutal y directa– lo que piensa el Presidente: anticipó la ruptura con Duhalde cuando todos vaticinaban un arreglo de último minuto y también adelantó la salida de Roberto Lavagna del gabinete.
–¿Lo suyo es adivinación?
–No. El lugar exclusivo de pitonisa en la vida política argentina es de Elisa Carrió. Yo no pienso disputar ese espacio. Lo que pasa es que yo pienso igual que “el Presi”. Tenemos una mirada similar sobre las cosas. Para quien imagina la Argentina que Néstor Kirchner quiere construir, no le resulta difícil adivinar cuáles serán sus próximos pasos. Por ejemplo: yo siempre tuve la certeza personal de que el Presidente iba a romper con Duhalde, mientras los escribas más distinguidos del país escribían ríos de tinta para ridiculizarme. Yo me tranquilizaba diciéndome: “Ya van a ver”, pero sabía que el Presidente iba a romper lanzas con la vieja estructura política de la Argentina.
–¿Y en el caso de Lavagna?
–Si usted mira los registros periodísticos puede comprobar que a Lavagna yo le venía pegando desde hace un año. Lo que dije dos días antes de que le pidieran la renuncia no era nada nuevo; un ministro que dice que los aumentos salariales son inflacionarios es un tipo con el cual yo no comulgo. En este país la inflación tuvo más características políticas que técnicas. Lo que me sorprendió es que el Presidente hiciera suyas mis palabras: “No es un ministro para la etapa que viene”.
–En ese contexto, ¿qué le parece el nombramiento de Felisa Miceli?
–Estoy contento con los recambios de Gabinete que hizo el Presidente. En un mes, enterrar el ALCA, consolidar el Mercosur, despedir a Lavagna y finalmente terminar el año pagando la deuda al FMI, lo que significa el fin de la intervención que empezó en este país el 24 de marzo de 1976, es de un coraje político inigualable.
–Pero el Fondo también se beneficia del pago anticipado...
–Esas son macanas... Nadie puede desconocer la injerencia que tuvo el Fondo en los últimos treinta años de la historia argentina. El FMI fue el que avaló el uno a uno, las privatizaciones, la apertura indiscriminada de la economía. El FMI era el interventor y el lobbista de los grupos de poder interno que usaban al Fondo para determinar el rumbo de la economía argentina. Es un gesto sin precedentes.
–¿Por qué le tiene tanta confianza a Miceli que es una discípula de Lavagna?
–Porque Miceli es Kirchner. Las grandes decisiones nunca las tomó Lavagna, las tomó Kirchner.
–¿Usted también diría que D’Elía es Kirchner?
–Soy un compañero de ruta del Presidente, pero Kirchner es mucho más que D’Elía.
–¿Qué futuro le vaticina al duhaldismo?
–Duhalde y duhaldismo son dos cosas distintas: creo que los Duhalde, como figuras políticas, están cerca de la Chacarita. No así el duhaldismo. El duhaldismo es una cosa más compleja...
–¿Hay duhaldismo sin Duhalde?
–Sin dudas. Tiene que ver con algunos intendentes que jugaron con ellos en la última elección.
–¿Mantiene la idea de duhaldismo como sinónimo de mafia?
–Hay sectores del duhaldismo que han tenido actividades mafiosas. Hay más de cien expedientes penales. No es D’Elía el que inventa eso.
–Pero D’Elía es bastante benévolo con los duhaldistas reciclados...
–Creo que esa no es la contradicción fundamental del kirchnerismo, sino que son contradicciones de segundo y tercer orden frente a problemas más graves, como la redistribución del ingreso. Yo ya tuve bastantes peloteras por lo que dije en su momento, ahora es importante que el tiempo y la sociedad hagan el resto.
–Del curioso periplo de Rafael Bielsa, ¿qué opina?
–Yo tenía mucha estima personal por Bielsa. Me parecía un buen tipo, pero la verdad es que no sé para quién juega...
–¿Por qué lo dice?
–El episodio de la doctora cubana Hilda Molina me quedó atragantado. Me sigo preguntando si no les hizo los deberes a los norteamericanos. O el episodio de la embajada francesa: hay compañeros que juran y rejuran que el que pidió la embajada en París fue él. Hizo un enorme mamarracho que dejó desubicados a él, al Presidente y a Claudio Morgado que pasó el papelón del siglo. Hay cierto vedettismo que tiene Rafael, esta cosa de pavo real que es de buena parte del progresismo argentino...
–¿A qué se refiere?
–Hay un progresismo que tiene incorporado un estereotipo de dirigente político que yo no comparto y que va desde el perfume hasta el traje, corbata o coche que usan. Me parece que tienen un masomenismo crónico.
–¿Qué es ese masomenismo?
–Bielsa, Chacho Alvarez, Darío Alessandro son parte de una camada que comulga con la estética frepasista, que son buenos tipos, como el té de tilo: no hace bien ni mal. Son una cosa medio boluda y medio híbrida en política, que no sirven de mucho para este momento.
–¿Entonces no le caen bien ni el nombramiento de Chacho en el Mercosur ni la permanencia de Darío Alessandro en la Cancillería?
–Eso es algo privativo del Presidente que yo no critico en lo más mínimo, pero hay una estética y una práctica del frepasismo que nunca me la banqué y que tiene cierto tufillo gorila en algunas cosas. Para mí Kirchner es la negación de todo eso. Es la decisión, es la voluntad, la convicción y la certeza de que se va en el rumbo correcto. Kirchner no tiene nada que ver con esa estética chauchona, esa forma tan vacía de hacer política que encarnan Rafael, Chacho y Darío.
–A propósito de dirigentes, ¿qué le parece el triunfo de Evo Morales en Bolivia?
–Evo es un tipo muy inteligente, con una gran sensibilidad y que pertenece a otra estética: la de los militantes que nos parimos durante los ’80 y los ’90 y que tenemos que ser jugadores de toda la cancha. Tener que atender una asamblea en un barrio y paralelamente tener que hablar con los grandes líderes mundiales. Evo es un jugador de toda la cancha.
–Algunos critican a Kirchner por la concentración de poder. ¿Eso a usted no le preocupa?
–No. Al contrario. En este sistema presidencialista me tranquiliza que Kirchner tenga mucho poder, porque hay que redistribuir la renta nacional y generar crecimiento económico. Para compatibilizar esas dos cosas hay que tener un presidente fuerte.
–Pero si eso quiere decir un Parlamento que no funcione o una Justicia adicta...
–En la nueva Corte Suprema están los tipos más idóneos e independientes y hasta algunos opositores a Kirchner. Independientemente del debate sobre el número de miembros del Consejo de la Magistratura hay una Justicia federal tremendamente cuestionada. Hay varios tipos que no sé qué hacen como jueces...
–Uno de esos jueces es Claudio Bonadío y está siendo defendido por el kirchnerista Miguel Pichetto...
–Si Pichetto hace eso, no lo comparto. Yo no hago kirchnerismo bobo.
–¿Qué le parece el papel que juega el vicepresidente Daniel Scioli?
–Tengo una relación distante. Me parece que es un tipo que hace su tarea en el Senado, pero con él yo tengo profundas diferencias ideológicas. El viene del menemismo, de una visión de país que ni quiero ni comparto, pero el Presidente tiene la rara condición de conducir a los distintos.
–¿Todos estos lapsus, estos errores en la jura de los senadores, fueron traiciones del inconsciente?
–Vamos a tener buena leche y vamos a decir que se equivocó.
–¿Cuáles son los próximos temas que se vienen?
–Creo que el Presidente va a iniciar un proceso que el pueblo argentino espera desde hace treinta años: distribución de la renta, mejoramiento de las condiciones de vida. Creo que nos esperan grandes cambios.
–¿Quién es el próximo candidato a irse del Gobierno?
–Los que no entiendan que el Presidente quiere una democracia con crecimiento económico y distribución de la renta.
–¿Cuál es su opinión sobre el titular del Banco Central, Martín Redrado?
–Es un economista neoliberal con el cual yo no comulgo.
–¿Es uno de los que se tienen que ir?
–No sé. Esa es una atribución del Presidente.
–¿Sigue de acuerdo con la filosofía de los Planes Trabajar?
–En un mar de hambrientos como teníamos hace dos o tres años, había que dar de comer sin hacer muchas elucubraciones teóricas. A medida que la economía empieza a crecer, a movilizarse, empieza a aparecer el trabajo, hay que salir del asistencialismo y pasar a la promoción humana. La promoción se da a través de las cooperativas de trabajo. Hoy hay miles de compañeros trabajando en esa dirección. El objetivo nuestro es que no se pare el trabajo de las cooperativas: cuando se termina la red de agua, hacemos veredas, cuando se termina de hacer veredas hacemos zanjeo. Tiene que haber diversidad en el ofrecimiento de laburo.
Revista Veintitrés
ID nota: 7229
Numero edicion: 389      22/12/2005


 

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