JAMES FETZER

“Los aviones no derribaron las Torres Gemelas deNueva York”

El profesor James Fetzer, integrante de la ONG Científicos por la Verdad del 11-S, afirma que la versión oficial no se sostiene y descree del papel de Osama Bin Laden y los19 pilotos suicidas

Por Walter Goobar
Wgoobar@miradasalsur.com
“La historia oficial sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 no se sostiene”, afirma el profesor James Fetzer, uno de los fundadores de Científicos por la verdad del 11/9 una organización que reune a medio centenar de a académicos, psiquiatras, periodistas, agentes de inteligencia, militares y familiares de víctimas que cuestionan la versión oficial de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
La versión oficial afirma que diecinueve árabes, con escasas habilidades para pilotear aeronaves, secuestraron cuatro aviones y luego realizaron complejas maniobras para estrellarlos contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
Las investigaciones realizadas por la organización (www.911scholars.org)  encontraron "más de una docena de falacias que son suficientes  para mostrar que ésta teoría, de un modo u otro, no puede ser la correcta".
Para el académico norteamericano que es profesor de Filosofía de la Universidad de Minnesota y autor de una veintena de libros sobre el encubrimiento del asesinato de John F. Kennedy, lo primero que hay que destacar es que de los “19 supuestos terroristas que abordaron los aviones que se estrellaron no hay ni un sólo registro y tampoco aparecen en los videos de circuitos cerrados de los aeropuertos”.
Más allá de la existencia o no de los pilotos suicidas, la versión oficial sostiene que el daño causado por los impactos combinado con el calor del combustible de los aviones derribó la Torre 1 (WTC1) y la Torre 2 (WTC2); mientras que un tercer edificio conocido como  WTC7, se convirtió en el primer edificio en la historia en derrumbarse solo a causa del fuego. Por su parte, el Pentágono fue alcanzado por el Vuelo 77 de United, que era un Boeing 757. El problema básico con esta teoría es que de ser cierto violaría leyes de la física y la ingeniería que no pueden ser transgredidas, dice Fetzer.
El punto de fusión del acero estructural es 1.538 grados centígrados, 538 grados más que el fuego generado por el combustible de los aviones, por lo que 'esos incendios no pueden haber hecho que se derritiese el acero ni que se cayeran las Torres'.
La Torre Norte, fue impactada a las 8.46 y colapsó a las 10.29, mientras que la Torre Sur fue impactada en segundo lugar a las 9.03 y colapsó a las 9.59. Estuvieron expuestas a incendios por aproximadamente una hora y media y una hora respectivamente. En la medida que la mayor parte del combustible ardió en las gigantescas bolas de fuego que acompañaron los impactos iniciales, el hecho de que estas torres hayan colapsado por la acción de incendios a base de combustible que derritieron en acero no solo es improbable sino físicamente imposible.
Ningún edificio de estructura de acero de gran altura ha colapsado a causa del fuego en la historia de la ingeniería civil, ni antes ni después del 11/9.
No puede descartarse el uso de potentes explosivos como el Thermite que es una mezcla de óxido de hierro en polvo y aluminio capaz de generar temperaturas de más de 2.000 grados centígrados El Thermite se emplea para soldar ciertos metales y también como relleno de bombas incendiarias. Fetzer tampoco excluye el uso de una minibomba de uranio para producir una demolición controlada.
De hecho, existen por lo menos diez rasgos del colapso de las Torres Gemelas que constituyen efectos previsibles de las demoliciones controladas pero no de los incendios que siguen a los impactos de aeronaves.
Un indicio es que los edificios cayeron a velocidad de caída libre; que ambos colapsaron prácticamente derecho hacia abajo y sobre sus propias bases.
Otro punto de la versión oficial que no cierra es la existencia de los aviones que se vieron a través de los canales de noticias. El primer avión del que se dudó fue del que habría impactado contra el Pentágono.
"El daño que tenía que haber causado un Boeing 757  -que pesaba 100 toneladas-, tendría que haber sido mucho mayor.
Por otra parte, el ataque se perpetró contra un área que había sido refaccionada recientemente en la que solo había muy poco personal y registros - como si los "terroristas" hubieran querido infligir el mínimo daño.
No se encontraron restos del avión, ni cuerpos, ni turbinas, ni equipaje -explica Fetzer y agrega - nuestra teoría es que se trató de un caza F-16 y que antes de impactar disparó un misil Sky Warrior A-3".
No hace falta recurrir a la ciencia astronómica - ni al cálculo de probabilidades - para reconocer que algo de semejante tamaño no podría caber a través de una abertura equivalente a las puertas de una mansión sin haber dejado restos en forma de alas destruidas o escombros esparcidos.
Pero  también existen  dudas acerca de las aeronaves que se estrellaron contra las torres.
"Hay un delay de 17 segundos entre la aparición de los aviones y los impactos. Y hay análisis de esas filmaciones que dicen que lo que se ve es físicamente imposible, primero porque el avión al chocar contra el edificio debería haber encontrado algún tipo de resistencia y en las filmaciones se ve que ingresa sin resistencia, y segundo porque un avión a esa altura nunca podría haber alcanzado la velocidad que supuestamente llevaban", señala.
Cientificos por la Verdad del 11-S, también investigó el misterioso derrumbe del WTC 7, uno de los edificios que no fue impactado por los aviones, pero al caer dejó su propio cráter· de manera semejante a una demolición controlada. El WTC 7 albergaba dependencias del Servicio Secreto de EEUU, del departamento de Defensa, Servicio de Inmigración y Naturalización, Comisión de Seguridades e Intercambio de EEUU, Oficina de Manejo de Emergencias del Alcalde, Consejo Regional del Servicio de Renta Pública y de la Agencia Central de Inteligencia. Muchos de los expedientes del escándalo de la contabilidad de Enron fueron destruidos cuando el edificio se vino abajo.
-¿Cuál sería el móvil  para qué un gobierno organice  un atentado contra su propio país?
"Existen varios motivos - explica Fetzer - el primero es el petróleo, las compañías petroleras se encontraban muy interesadas en retomar el poder de los pozos que existían en Afganistán e Irak; en segundo término Estados Unidos necesitaba debilitar la posición de los países árabes ya que Saddam Hussein estaba brindando su apoyo a los palestinos; y en tercer lugar hay un componente ideológico ya que ciertos sectores de la administración Bush estaban convencidos de que Estados Unidos tenía que aumentar su poderío militar sobre el mundo, y avanzar sobre el oriente medio".
Pero Fetzer no descarta otros móviles: El día antes de los atentados el secretario de Defensa,  Donald Rumsfeld informó que faltaban más de tres billones de dólares en el Pentágono. Una posible explicación es que el avión que cayó sobre el Pentágono destruyó evidencias sobre la desaparición de este dinero.
Otro "beneficiario" de los atentados fue Larry Silverstein, inquilino de las Torres Gemelas, quien pocos meses antes del ataque las aseguró por 3.5 billones de dólares contra ataques terroristas. Ahora pretende cobrar una doble indemnización con el argumento que impactaron dos aviones. Además del seguro contra atentados, el inquilino cambió la empresa de seguridad que custodiaba los edificios que -de todas maneras debían ser demolidas porque estaban aisladas con asbestos, un material perjudicial para la salud, pero esa demolición era técnicamente imposible.
James Fetzer no descarta que la administración Bush podría perpetrar un “atentado similar para beneficiar al candidato republicano” en las próximas elecciones.
“Uno de los miedos de nuestra organización es que la administración Bush realice otro atentado de este tipo con el objetivo de aumentar las posibilidades de McCain para ganar la presidencia, ya que Obama le lleva mucha ventaja”, aseguró James  Fetzer a su paso por Buenos Aires.
Diario Miradas al Sur
29-JUN-2008