Una empresa israelí formada por altos ex oficiales del ejército y los servicios de inteligencia hebreos tienen un contrato por 10 millones de dólares con el ejército colombiano y participaron en la planificación y ejecución del rescate de Ingrid Betancourt y los otros rehenes
Por Walter Goobar
Wgoobar@miradasalsur.com
Tras describir la operación que puso fin a sus seis años de cautiverio como "impecable" Ingrid Betancourt afirmó: "No hay antecedentes históricos de una operación tan perfecta como ésta en el mundo. De pronto los israelíes, en la historia de Israel esa fama que tienen ellos de sus comandos operativos tan extraordinarios, pueden asemejarse al golpe que se dio hoy". Su excelente semblante desmentía los ríos de tinta que se habían escrito sobre su salud física y psíquica. De todos modos ahora no deliraba, sino que -de manera consciente o inconsciente- revelaba uno de los secretos mejor guardados de la audaz operación que fue diseñada por tres generales israelíes que de manera privada trabajan para el ejército colombiano.
El general israelí Israel Ziv, asesora en asuntos de seguridad al Gobierno de Colombia, según reveló en 2007 el diario Maariv en un informe sobre el centenar de empresas de ex combatientes israelíes que prestan ese tipo de servicios en el exterior.
Ziv, que fue jefe de una unidad de élite y director del departamento de Operaciones del Ejército israelí y su socio, el general de brigada y antiguo director del servicio de inteligencia militar(Aman), Yosi Kuperwasser, son los titulares de Global CST (Comprehensive Security Transformation), una companía formada por ex oficiales del Ejército y del Mossad (servicio secreto externo) que desde hace año y medio están contratados por el Ministerio de Defensa colombiano.
En el críptico mundo de los servicios de inteligencia se define a Global CST como "un grupo de asesoramiento privado de seguridad que forma parte de un conglomerado con decenas de empresas en todo el mundo".
Según el canal 10 de la TV israelí, el general Israel Ziv intervino durante varios meses en la preparación de la unidad que llevó a cabo el espectacular rescate.
"Ha sido una acción que tiene trascendencia nacional y hay que decir chapeau a las fuerzas colombianas por su increíble actuación. Se trata de la 'Operación Entebbe' colombiana y nosotros estamos muy contentos en haberles ayudado," dijo el exultante general Ziv al llegar a Israel proveniente de Bogota.
La amrnción al "Entebbe colombiano" no es azarosa. El rescate de Betancourt se produjo exactamente 32 años después de que los israelíes en la madrugada entre el 3 y 4 de julio de 1976 rescataron -a sangre y fuego- a más de cien pasajeros de un vuelo de Air France secuestrado por un comando palestino en el aeropuerto de Entebbe, en Uganda. Los comandos israelíes se aproximaron al avión a bordo de una réplica exacta de la limusina del dictador Idi Amin. Uno de los miembros de aquel comando, Amos Ben-Avrahames el tercer socio de la empresa Global CST, un veterano de la unidad Sayeret Matkal que se encargó de la cacería y eliminación de los terroristas que perpetraron la masacre de los atletas olímpicos en Munich.
"Somos gente retirada de los organismos de seguridad. Tras servir muchos años para nuestro país, ofrecimos nuestra experiencia y servicios a un país como Colombia', confiesa Ziv. "Nuestra ayuda es muy significativa dándoles sofisticados instrumentos en la lucha antiterrorista. Los colombianos se parecen a nosotros en determinación y creatividad".
"Nosaotros los ayudamos a planificar las operaciones, a recopiilar inteligencia", confiaron fuentes de la empresa al columnista Yossi Melman del diario Haaretz.
Los israelíes pueden no haber participado directamente en la misión, pero no cabe duda que asesoraron, guiaron, entrenaron y proveyeron de equipamiento y tecnología para la operación.
La bien remunerada ayuda de los israelíes va más allá de la planificación y entrenamiento de los comandos que participaron en el rescate de Betancourt.
Fuentes militares creen que aviones de espionaje sin piloto y sistemas de escuchas e identificación de Israel ayudaron a localizar a los secuestradores de Betancourt.
Hace tiempo que el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, confirmó que su cartera había contratado a un grupo de israelíes para que asesoraran a las Fuerzas Armadas.
Las suspicacias no se hicieron esperar. El anuncio coincidió con exacerbados rumores sobre la presencia de mercenarios extranjeros en varias zonas de Colombia, y después de que las Farc dijeran que un comando de este tipo habría atacado el campamento en donde estaban los 11 diputados del Valle.
Las relaciones militares entre Colombia e Israel se canalizan en dos vías. Una oficial y otra, menos conocida, es la que ofrece Global CST. Fuentes militares en Israel han reconocido la ayuda de Ziv y otros ex oficiales, pero enmarcándolo en “un asunto de una empresa privada porque ya no sirven en el Ejército”. Pero sin el permiso del Ministerio de Defensa en Tel Aviv, no sería posible la asistencia en Colombia.
En 2006 el ministro Santos viajó a España para asistir a una reunión del Centro Internacional de Toledo para la Paz. Allí se encontró con su amigo el ex canciller israelí Shlomo Ben Ami que le recomendó contratar a Global CST porque asesora al gobierno de Israel en inteligencia, y que incluso aconseja a algunos gobiernos estatales de Estados Unidos.
Secundados por tres traductores argentinos, los tres generales israelíes firmaron un contrato por diez millones de dólares para asesorar a los colombianos.
La base de operaciones de este grupo está en la base de Tolemaida (Nilo, Cundinamarca), y su injerencia es al más alto nivel, pues están trabajando en dos áreas que son críticas en todo el sector defensa: mejorar la inteligencia, y los procesos de comando y control. La asesoría ya ha arrojado frutos. Uno de ellos son las entrevistas que se les hacen a los desmovilizados [paramilitares principalmente, pero también ex guerrilleros que quieren volver a la vida civil]. Éstas eran hechas por funcionarios sin una preparación especial. Ahora, son interrogados con todas las técnicas que los israelíes han propuesto, para sacar el máximo provecho a la información.
Las críticas no se han hecho esperar. Muchos colombianos se preguntan por qué el Ministro recurrió a un grupo privado -considerado mercenario- y no directamente al gobierno de Israel, o a otros gobiernos como el norteamericano o el británico que ya tienen cooperación con Colombia en materia de inteligencia. La explicación oficial es que la misión de estos hombres es permanente y altamente especializada. Y se necesitaba con urgencia para reestructurar todo el tema de la inteligencia.
De hecho, en la década del 80, un grupo de mercenarios israelíes encabezados por el coronel Yair Klein entrenaron y armaron a los paramilitares en sus primeros años, bajo el auspicio de los empresarios y las fuerzas armadas.
Bogotá sigue sin poder pasar el mal trago de Klein. En agosto pasado, el mercenario sobre el que pesa una condena en ausencia a diez años de prisión, fue detenido en el aeropuerto de Moscú por Interpol. En menos de 24 horas, la Cancillería colombiana pidió la extradición, pero lo más probable es que nunca prospere porque Klein podría implicar a Alvaro Uribe con los parammilitares.
Muchos también consideran a Ziv como un "mercenario". El ex oficial israelí se rebela: "No se puede comparar mi trabajo que es legal y ayuda a la lucha contra el terror con lo que hace un criminal", responde Ziv que sigue siendo fiel al lema del Mossad: "Harás la guerra con las armas del engaño".
Diario Miradas al Sur
06-JUN-2008