Los fallidos zaapatazos que George W. Bush esquivó en Bagdad ante una audiencia planetaria, se han convertido en la metáfora más certera del final de la era Bush. El peor presidente de la historia de Estados Unidos, el que pisoteo todos los derechos ha quedado convertido en una caricatura viviente del tiro al blanco mundial. Nada más sencillo y, a la vez, nada más brutal y mortífero.
Por Walter Goobar
wgoobar@miradasalsur.com
En los tiempos de los misiles inteligentes y las armas de destrucción masiva, los fallidos zaapatazos que George W. Bush esquivó en Bagdad ante una audiencia planetaria, se han convertido en la metáfora más certera del final de la era Bush. El peor presidente de la historia de Estados Unidos, el que pisoteo todos los derechos individuales y colectivos ha quedado convertido en una caricatura viviente del tiro al blanco mundial. Nada más sencillo y, a la vez, nada más brutal y mortífero.
El gesto del periodista Muntazer Al Zaidi, tiene todos los ingredientes de la protesta simbólica y nada de la agresión violenta. Es una incisiva metáfora de un rotundo, definitivo y punzante hartazgo colectivo. Por eso Al Zaidi se ha convertido en un idolo en todo el Medio Oriente.
Más allá de la simple anécdota, Bush cierra su mandato imperial dejando a Irak mucho peor que lo encontró y con un bárbaro resentimiento hacia todo lo que huela a modelo democrático occidental.
Casi 700.000 muertos iraquíes, más de dos millones de desplazados y alrededor de 3.500 soldados extranjeros caídos en la zona, suponen un saldo estremecedor.
En la democracia que Bush dice haber reinstaurado en Irak han sido asesinados unos 300 periodistas que abrieron la boca para denunciar que Washington había mentido en todos los informes de inteligencia, que la Casa Blanca pasó por encima de todos los organismos internacionales, que el Pentágono vendió un peligro inexistente. En ese contexto, Bush es el máximo responsable del crimen democráticamente organizado.
A sus 28 años, Muntazer Al Zaidi es un reportero que ha sufrido las penurias de la ocupación estadounidense de Irak y al que sus compañeros consideran "un patriota".
Zaidi ya ocupó los titulares de la prensa el 16 de noviembre de 2007, cuando fue secuestrado a plena luz del día por un grupo de hombres armados. Fue forzado a entrar en un coche cuando se dirigía a su trabajo, en el suburbio al norte de Bagdad.
El secuestro fue brutal: pasó varios días con los ojos vendados, casi sin comer ni beber, siendo interrogado. Al Zaidi contó que fue golpeado hasta que perdió la consciencia y que los secuestradores utilizaron su corbata para vendarle los ojos y ataron sus manos con los cordones de sus zapatos. Al cabo de una semana fue liberado sin que sus captores reclamaran un rescate. Nunca supo su identidad.
El periodista vive en Bagdad, en un departamento de dos habitaciones situado en el centro histórico de la ciudad. Según un colega de la agencia francesa AFP, su biblioteca contiene libros sobre política y religión que ahora serán revisados por los servicios de inteligencia para desentrañar las claves de la personalidad de Al Zaidi. Tanto el Corán como las Mil y una noches pueden llegar a convertirse en evidencias contra ese héroe ocasional que encarna una suerte de versión moderna del genio que después de tres siglos de cautiverio en una botella, sale para castigar a quien lo liberó. El problema, es que -al igual que lo que ocurre en la saga de las Mil y una noches-, ahora no hay forma de que el genio vuelva a meterse en la botella.
Ahorea que el periodista se ha convertido en "un problema de seguridad nacional", van a tratar de probar que es un fanático, después que es un desquiciado y por último intentarán arrancarle un arrepentimiento que será retransmitido a todo el mundo en el horario del desayuno de los televidentes norteamericanos.
El problema es que Zaidi no es un seguidor de Saddam Husein. "No tiene ningún vínculo con el antiguo régimen. Su familia fue detenida bajo el mandato de Saddam. Es un hombre orgulloso de ser árabe, un joven de espíritu abierto", asegura el director de programas de la cadena de televisión Al-Baghdadia donde el periodista trabaja desde 2005.
Sin necesidad de recurrir a coches bomba ni atentados suicidas, la emblemática protesta ha convertido a Al Zaidi en un símbbolo para miles de iraquíes. Los chiitas ya lo consideran un "héroe" y los sunítas lo califican de "icono de la resistencia contra la ocupación".
Miles de ciudadanos han salido a la calle para protestar por la detención del improvisado héroe. Pero lo han hecho con zapatos en la mano y pidiendo de paso la salida de las tropas estadounidenses. El incidente del zapato a derivado en la revuelta del zapato. Esta tesis señala que los iraquíes - anestesiados o más bien desesperados por la situación - han vuelto a salir a la calle. El gesto del periodista solo ha sido el disparador de todo el nacionalismo que escondían frente a los ocupantes.
El ex director técnico del seleccionado de fútbol iraquí Adnan Hamad ha ofrecido 100.000 dólares para quedarse con los zapatos de Al Zaidi. Hamad es otro héroe: llevó a su selección al estrellato al ganar el campeonato de Asia. Pero a Hamad le ha salido un duro competidor: dicen que un multimillonario saudita ha ofrecido 10 millones de dólares por el calzado del periodista. Si se concreta la venta, serían los zapatos más caros de la Historia.
Pero si alguien tiene motivos para bendecir el zapatazo contra el hombre más poderoso del mundo, es el empresario Ramazan Baydan de Turquía, que desde hace cinco años fabrica los zapatos "Código 271", que Bush logró esquivar. El empresario ya trabaja en una campaña publicitaria con el slogan: "Adiós Bush, bienvenida democracia" para promocionar el modelo que se vende a 27 dólares.
En la explosiva Franja de Gaza, los palestinos han hecho circular el chiste de que "una zapatería de Hebrón reivindicó el ataque contra Bush" y la frase "Toma tu regalo de despedida, perro... Toma tu regalo de despedida, perro...", es el "rington" de moda en los celulares de Gaza y Cisjordania.
El aguerrido reportero se ha convertido en un soltero codiciado por todos los suegros musulmanes. Ahmad Salim Judeh, patriarca de uno de los mayores clanes de Cisjordania, ha ofrecido enviar a Bagdad a una de sus hijas casaderas, dote incluida, para formalizar un matrimonio con el nuevo icono del coraje. El jueves, un padre egipcio ofreció a su hija Amal Saad Gumaa, de 20 años, y todo cuanto el periodista «necesite para un casamiento. "Esa boda me honraría, quiero vivir en Irak, especialmente si voy a estar junto a ese ídolo", decía desde El Cairo la muchacha.
Sin embargo, las reacciones no solo se miden en las manifestaciones populares. Ahora, cualquier fenómeno de este tipo tiene que ser reconocido en la Red. En páginas como Youtube el zapatazo a Bush superó en menos de 48 horas el medio millón de visitas, y la cifra sigue subiendo. En Facebook, o Flickr se pedemandar la foto con los zapatos que a uno le gustaría tirarle a la cara a Bush. También han surgido decenas de videojuegos en los que se puede tirar zapatos a Bush, o convertirse en el mismo presidente de los EE UU y esquivar la lluvia de calzado.
Además, el periodista ya tiene entradas en distintos idiomas en la enciclopedia Wikipedia. Porque hoy es imposible ser un héroe si uno no tiene una entrada en la Wikipedia. Aunque la enciclopedia no consigna que calza un 43, no hay dudas que gran parte de la Humanidad hubiese querido estar en la horma de sus zapatos.
Diario Miradas al Sur
21-DIC-2008