Cuando se estrenó su película “Whisky, Romeo, Zulú” el presidente Néstor Kirchner lo convocó para que le explicara personalmente el trasfondo de la tragedia de Lapa. Hace nueve semanas, la proyección de su segunda película, Fuerza Aérea SA aceleró el traspaso a la órbita civil del control del tráfico aéreo y determinó el inicio de una causa judicial y varios sumarios internos.
Por Walter Goobar
El ex piloto, cineasta y actor Enrique Piñeyro se ha convertido - a regañadientes ., en una suerte de fiscal de la Fuerza Aérea. En esta entrevista realizada en Aeroparque poco antes de abordar un demorado avión a Viedma, Piñeyro formula nuevas denuncias de corrupción entre los aviadores, pero muestra un cauto optimismo ante el relevo del jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Eduardo Schiaffino, y su remplazo por un veterano de Malvinas, el brigadier Normando Costantino.
--.Sabiendo todo lo que usted sabe sobre la aeronavegación en la Argentina, ¿qué sensación le produce tener que abordar un avión?
--Tengo la certeza que estoy volando en un espacio aéreo con la seguridad totalmente degradada. Pero también mandamos los chicos al colegio en unas calles que tienen más muertos por dia que Irak. Vivimos peligrosamente. Lamentablemente, somos una sociedad que cuida muy poco la vida. Tenemos sobrados antecedentes de cuidar poco la vida y eso es lo que hay que cambiar. De todas maneras, la vida sigue en ese contexto: volamos, mandamos los chicos al colegio, manejamos en unas calles que son de terror y hacemos un montón de cosas peligrosas.
--¿Tiene alguna cábala cuando vuela como pasajero? ¿Se le ocurre –por ejemplo -, preguntar quien es el piloto?
--Nooo. Evito tomar líneas en las que tenga que preguntar quien es el piloto. Elijo la compañía y no necesito ver quien está ahí adelante, pero jamás me subiría a una línea en la que tuviera que hacer esa pregunta.
--Pero hay líneas de esas...
---Y..si. También hay líneas de las que no sé nada y no las tomo. Tampoco tomo líneas de bajo costo. Me voy con los carriers que me garantizan que los dos tipos que están ahí adelante pasaron por una serie de procesos de selección y de control. De todas maneras, lo peligroso es el espacio aéreo. Ahí es donde estamos fregados, porque incluso en la película, los incidentes graves son dos de Lufthansa y uno de Aur France que son dos de las componías más seguras del mundo. El problema sigue siendo que el espacio está gestionado por gente que no es profesional, que no es competente, que es corrupta.. Lamentablemente, las últimas camadas de brigadieres y comodoros han transformado a la Fuerza Aérea en una de las instituciones más corruptas del país. Eso en aviación es letal. No es un eslogan: la corrupción en la aviación mata. Es matemático. En los dos años en que la Argentina vivió el pico máximo de corrupción (97-´99) tuvimos más muertos en dos años arriba de los aviones que en los 27 precedentes. Eso está diciendo algo.
--¿Esa es la herencia de la yabranización de la Fuerza Aérea?
--La yabranización fue el desbande definitivo, pero la corrupción viene de 1966 cuando terminan de militarizar la aviación civil. Toman por asalto el Servicio Meteorológico Nacional. La cantidad de gente de Fuerza Aérea involucrada en causas penales es monstruosa. A veces, me parece que la Fuerza Aérea es una asociación ilícita, porque la conexión con la criminalidad es interminable.
--En ese contexto, que le parece el nombramiento del brigadier Normando Costantino en remplazo del brigadier Schiaffino?
--Me genera una cauta expectativa. Si el nombramiento de un piloto de combate en Malvinas como jefe implica una definición política de que se va a privilegiar a los pilotos de combate que son el núcleo de la Fuerza Aérea, me parece perfecto.
--Le parece importante que el nuevo jefe sea veterano de Malvinas, pero ¿no le sorprende que el mérito más destacado del jege saliente es que haya trabajado en una financiera?
--¡Que coincidencia notable! (se ríe). No es extraño que aprendiera a manejar dinero- A mi me encantaría una Fuerza Aérea profesional. Lo que tiene que hacer la Fuerza Aérea es defender el espacio aéreo, no gestionarlo. A nadie se le ocurriría darle al Ejército la gestión de la red vial y subterránea para que defienda el territorio. En ese caso, los generales tendrían que cobrar peaje. ¡Sería ridículo! Hasta ahora, la Fuerza Aérea es un gigantesco club de transportistas que lo único que hace es pelearse por la caja. Si este nuevo comandante va a ayudar a que el traspaso a la órbita civil sea armónico, consensuado, serio y profesional, bienvenido sea. Espero que también contribuya a desmilitarizar la parte civil.
--¿Cuáles son los cambios más inmediatos?
--Hay focos de corrupción que se pueden cortar en 24 horas. Por ejemplo, la malversación de fondos que hay con los contratos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Es plata que sale del Comando de Regiones Aéreas, vuelve y se le da como sobresueldo a oficiales de la Fuerza Aérea en actividad. Están cobrando dos sueldos del Estado, lo que está taxativamente prohibido por esos programas. Yo espero que el nuevo jefe corte el pago en negro a los controladores aéreos. Constantino tiene que conseguir que se ponga fin a las amenazas de muerte a los controladores. Ya pasó en tres casos.
--¿Usted se siente como un fiscal de la Fuerza Aérea?
--No. Soy un ciudadano encabronado que exige que se respeten sus derechos. Yo quiero subirme a un avión sin que me pase nada y que mis hijos vuelen en un espacio aéreo más seguro y que termine de una vez por todas la corrupción en el manejo de la aviación civil.
--¿Cree que la ministro de Defensa, Nilda Garré ha tomando personalmente la conducción de la Fuerza Aérea?
--No lo sé. Yo hablé con ella antes de la película y le expliqué lo que a mi me había tocado vivir como comandante de línea aérea. Ojalá que ella tome el mando porque la verdad es que las diez o doce últimas camadas de la Fuerza Aérea no la han llevado a buen puerto. La fuerza no paró de estar implicada en escándalos.
--¿Porqué cree que el presidente relevó a Schiaffino justo ahora?
--Desde que se estrenó la película hace más de dos meses, la falta de gestión es alucinante: se volvió a pagar en negro y no se tocó nada. Lo único que se arregló es el ILS de la pista cinco que estaba denunciado puntualmente en la película. No funcionó durante años, pero dos semanas después de la película, lo arreglan. Dentro de la cúpula, nadie movió un dedo para cortar las amenazas a los controladores. Alguien que consiente todo esto cuando la directiva política es traspasar al control civil la aviación que está militarizada, no sirve para nada. A mi lo que me sorprende es que haya durado nueve semanas. En estas nueve semanas, los aviones seguían volando. Ojalá este cambio sea el inicio del fin de la joda.
--¿Cómo ve el traspaso a la Secretaría de Transportes?
--No me deja muy tranquilo. Están hablando de que sea absorbido por la misma estructura que controla los micros en las rutas y la verdad es que me corre un escalofrío. El problema es sencillo: la dirección pòlítica tiene que estar separada del organismo regulador que es la Agencia Federal de Aviación. Eso es un gigantesco cuerpo de inspectores que tiene que controlar a todos los actores del negocio: Aeropuertos, líneas aéreas y servicio de control de tránsito aéreo. Tiene que ser un ente estatal y autárquico. A eso hay que agregarle una Junta Investigadora de Accidentes que dependa de los más altos niveles de alguno de los tres poderes: la Corte, el Congreso o Presidencia.
--¿Va a seguir haciendo películas sobre la Fuerza Aérea?
--No, me gustaría dar por cerrado este capítulo. Sólo quiero ser actor.
CAIDA EN PICADA
W.G,.
En el edificio Cóndor dicen que la suerte del ahora relevado brigadier Eduardo Schiaffino estaba echada desde hace varios meses. Aunque suene paradójico, el estreno de Fuerza Aérea SA prolongó en nueve semanas su permanencia en el cargo porque el Gobierno consideró que sería un signo de debilidad que su desplazamiento coincidiera con el estreno de Fuerza Aérea SA.
Schiaffino, quien conocía a los kirchneristas por su paso como jefe de Operaciones Aéreas de la Patagonia, fue ascendido dos grados en una semana para acceder al cargo tras el escándalo de las narcovalijas de Southern Winds, aunque sus antecedentes más descollantes consistían en haber trabajado en una financiera.
Sabiendo que tenía poco plafón de vuelo y que sus horas estaban contadas, Schaiffino aprovechó la ausencia de dos semanas de la ministro Nilda Garré, que viajó a Francia, Rusia, Ucrania y Chipre, para buscar un puente directo con el Presidente.
Hace dos semanas Schiaffino intentó abordar al Presidente en la sala VIP de una base militar, pero el Presidente no lo atendió y la ministro Garré se enteró de la fallida maniobra para puentearla.
Jaqueado por los escándalos y la falta de planes, Schiaffino no tuvo mejor idea que convocar a una reunión de altos mandos de la fuerza. Muchos creyeron que allí se definirían temas estratégicos. Nada más errado: Schiaffino propuso evaluar el proyecto de construcción de una vivienda oficial para el jefe de Estado Mayor de la fuerza- es decir, para él-, en El Calafate, que es el sitio de descanso presidencial. De allí en más Schiaffino cayó en picada.
Revista 7 Días
01-10-2006