Una vez cada cuatro años, alguien pone en escena el guión de una película de cine de catástrofe concebuida al mejor estilo hollywoodense: en 1993 fue la epidemia de Hong Kong, en 1997 la de Sarampión, en 2001 la psicosis de las cartas con ántrax, en 2005 se alertó sobre una epidemia inminente que nunca se produjo: la aviar porque nunca hubo contagio entre humanos y ahora se agita el fantasma de la pandemia planetaria.
Por Walter Goobar
www.waltergoobar.com.ar
Una vez cada cuatro años, alguien pone en escena el guión de una película de cine de catástrofe concebuida al mejor estilo hollywoodense: en 1993 fue la epidemia de Hong Kong, en 1997 la de Sarampión, en 2001 la psicosis de las cartas con ántrax, en 2005 se alertó sobre una epidemia inminente que nunca se produjo: la aviar porque nunca hubo contagio entre humanos y ahora -con pasmosa puntualidad-, se agita el fantasma de la pandemia planetaria por la supuesta gripe porcina, un absurdo coctel de influenza aviar, porcina y humana.
Los estudios científicos advirtiendo que el virus de la influenza aviar podría entrar en los cerdos y que los trabajadores podrían ser infectados por la influenza porcina, todo el escenario de lo que ahora ocurre se conoce desde 1998, pero la presunta causante de la peste, la empresa Smithfield Foods, la mayor del mundo en la producción porcina, desoyó todas las alertas sobre las consecuencias que ahora conocemos.
"Las advertencias de los estudios científicos, las denuncias de las condiciones de operación de las granjas factorías, la historia de denuncias contra Granjas Carroll en la rlocalidad de Perote, la epidemia que se presentó en marzo y nada menos que el primer caso registrado de influenza porcina en México en un niño de la comunidad de La Gloria, ubicada a unos kilómetros de Granjas Carroll, apuntan a la responsablidad de la empresa", denuncia Genaro Moncada, coordinador de investigación y comunicaciones de la ONG mexicana El Poder del Consumidor.
La del cerdo es una industria muy globalizada y con influencias políticas. Así como el gigante avícola Charoen Pokphand, radicado en Bangkok, fue capaz de desbaratar las investigaciones sobre su papel en la propagación de la gripe aviar en el sureste asiático, lo más probable es que la investigación del brote de gripe porcina termine chocando contra la muralla de la industria del cerdo.
"Nos preocupa que la OMS haya rebautizado lo que dimos en llamar internacionalmente la "influenza porcina" para llamarla "influenza humana". Acción de la OMS que entendemos como protección de esta industria en vez de lo que debería hacer este organismo: criticar las formas de producción de carne, huevos y leche que están en el origen de estas epidemias", señala Alejandro Calvillo, ex director de Greenpeace México y actual titular de la ONG El Poder del Consumidor.
La OMS no sólo parece estar encubriendo el papel de la idndustria porcina sino que ha sobredimensionado el problema al afirmar que "es inminente un brote mundial de la enfermedad", vaticinando que un tercio de la población del planeta se va a infectar, y -más aún-, ha proclamado que la gran empresa farmacéutica es la solución para la crisis.
Sin embargo, los modelos epidemiológicos y las simples matemáticas sugieren que en el actual brote jamás se van a presentar los escenários de catástrofe que pinta la OMS y que justifican el actual nivel de alerta, paranoia y desinformación.
Los ciclos que cada cuatro años colocan al planeta al borde de un cienmatográfico Apocalípsis, coinciden -al menos en los dos últimos casos-, con la fecha de vencimiento de las partidas de Tamiflu, el antiviral que el laboratorio Roche y el jefe del Pentágono Donald Rumsfeld impusieron en 2005 en base al miedo de una falsa epidemia que también contó con la anuencia de la OMS. Ahora hay millones de dosis dde Tamiflu que tienen fecha de vencimiento en seis meses.
Antes de la puntual y oportuna irrupción de esta nueva epidemia, la suiza Roche y su compedtidor Glaxo estaban a punto de declararse en quiebra, lo que despierta suspicacias sobre la puntualidad de los virus. Roche y Glaxo se salvaron, ahora es México el que está en bancarrota y recesión.
Pero hay otros datos más siniestros: en abril de este año algunos medios de prensa Checos; publicaron informes sobre el descubrimiento de vacunas contaminadas con el mortal virus de la gripe aviar que Baxter, otra empresa norteamericana distribuyó en 18 países, lo que despertó sospechas de que esas vacunas contaminadas formaban parte de una maniobra para provocar una pandemia.
Y por si faltaran casualidades, el pasado 9 de marzo, la empresa francesa Sanofi-Pasteur firmó un acuerdo para construir una planta para fabricar vacunas contra la influenza en México. Hasta ahí sólo se trataba de un gran negocio. Nadie imaginó que dos meses después México sería el epicentro de una pandemia y el paraíso del Tamiflu.
Diario Miradas al Sur
10-MA