El intento de magnicidio contra Evo Morales, ha puesto al desnudo la existencia de una nueva Internacional Negra, un ecxlusivo club integrado por mercenarios europeos, ex carapintadas argentinos vinculados a los ruralistas y una madeja de organizaciones no gubernamentales y fundaciones de la extrema derecha continental.
Por Walter Goobar
La minuciosa investigación realizada por el gobierno boliviano en torno al intento de magnicidio contra su presidente, Evo Morales, ha puesto al desnudo la existencia de una nueva Internacional Negra, un ecxlusivo club integrado por mercenarios europeos, ex carapintadas argentinos vinculados a los ruralistas y una madeja de organizaciones no gubernamentales y fundaciones de la extrema derecha continental.
El mercenario húngaro-boliviano, Eduardo Rózsa Flores , muerto en un enfrentamiento con la policía boliviana, junto al rumano Mayarosi Ariad y el irlandés Duayer Michel Martin, era el jefe del grupo que planeaba matar a Evo Morales y esccindir a Santa Cruz, pero todavía se está investigando el papel que jugó en esa trama el ex mayor carapintada Jorge Mones Ruiz que en marzo pasado estuvo en Bolivia como delegado de la ultraderechista Unión de Organizaciones Democráticas de América (UnoAmérica). El carapintada Mones Ruiz se habría reunido con el jefe del comando mercenario Eduardo Rozsa Flores a principios de abril, poco antes de que resultara abatido por la policía.
Fundada en diciembre de 2008, UnoAmerica es una versión remozada de la Operación Cóndor, la coordinadora de las dictaduras militares de los años 70 creada para enfrentar lo que llamaban una "insurgencia supranacional" Ahora el nuevo enemigo que hay que frenar es
el "castro comunismo".
Al revisar las fundaciones asociadas a UnoAmérica surge la evidencia de que todas están conectadas con la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) o la National Endowment Foundation (NED) -que son conocidas como "la cara social de la CIA".
Otros nexos de UnoAmérica conducen a la ultraderechista Fundación para el Análisis Económico Social (Faes) que dirige el ex presidente de España José María Aznar y a la Fundación Internacional para la Libertad presidida por el escritor peruano-español, Mario Vargas Llosa.
"Creemos que UnoAmérica se constituirá, junto a otras organizaciones patrióticas de la región, en un instrumento eficaz para detener el avance de estas 'hordas narcosocialistas del siglo XXI' sobre nuestra querida América", afirmó el carapintada Jorge Mones Ruiz que meses más tarde encontró un nuevo teatro de operaciónes: durante el conflicto con el campo participó en los piquetes , batió cacerolas frente a la Quinta de Olivos y dictó seminarios junto a al entonces presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti y al politólogo Felipe Noguera,
La relación de Mones Ruiz con la Operación Cóndor no es nueva. Durante la última etapa de la dictadura, Mones Ruiz estuvo en Bolivia como oficial de inteligencia del Ejército argentino, donde habría cultivado relaciones de amistad con el empresariado de la ciudad de Santa Cruz. Más tarde, su nombre cobró notoriedad en los sucesivos alzamienntos carapintadas.
En el año 2000, el autor de esta nota reveló que el entonces ministro de defensa, Ricardo López Murphy había nombrado a Mones Ruiz como asesor en temas de inteligencia de esa cartera. El carapintada estaba condenado a 10 años de prisión y a destitución por su participación en el alzamiento militar encabezado por Mohamed Ali Seineldin. ,
Durante el alzamiento carapintada del 3 de diciembre de 1990, Mones Ruiz fue uno de los responsables del copamiento de la guardia del regimiento I de Patricios y de la muerte de por lo menos dos camaradas de armas que intentaron recuperar la guarnición. Además de haber sido condenado por la Cámara Federal en setiembre de 1991 como autor o coautor del delito de motín, agravado por el derramamiento de sangre, y por rebelión, agravada por su condición de militar, Mones Ruiz fue encontrado culpable de la muerte del segundo jefe del Regimiento I de Patricios, teniente coronel Hernán Pita y del mayor Federico Pedernera, jefe de Operaciones del regimiento. Tras la publicación de la nota en Revista Veintitrés, Mones Ruiz fue cesadio en el cargo.
Ahora, los nombres de Jorge Mones Ruiz y Luis Enrique Baraldin, reaparecieron en Santa Cruz de la Sierra. Baraldini -que está prófugo de la justicia argentina por su actuación como jefe de Policñia de La Pampa durante la dictadura, está radicado en Santa Cruz de la Sierra
La semana pasada, el fiscal boliviano Marcelo Sosa denunció que el empresario fascista de origen croata y ex líder del Comité Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, habría financiado al grupo irregular de mercenarios.
El fiscal Sosa precisó que los testigos que cooperan con la investigación dijeron que Marinkovic entregó 200.000 dólares para la compra de armas para los grupos irregulares.
La agencia gubernamental ABI sostiene que el dinero fue entregado a un grupo de once carapintadas argentinos, según testimonió el paraguayo Alcides Mendoza Malavi, procesado por suministrar armas al grupo de mercenarios.
De acuerdo con Sosa, que citó fragmentos de la declaración del traficante de armas paraguayo, los argentinos desaparecieron con el dinero filtrado por Marinkovic.
A partir de las investigaciones bolivianas sobre la activa ultraderecha de la Media Luna, se está desnudando las actividades de una célula de once ex carapintadas argentinos que actuaba en la zona del Beni (norte de Bolivia) que se sumarían a otras dos células (brasileña y uruguaya), integradas por ex militares que habrían estado en misión en los Balcanes.
Con la presencia de loa ez carapintadas y actuales ruralisstas, las piezas argentinas del rompecabezas de la nueva Internacional Negra se empiezan a colocar en posición.
Diario Buenos Aires Económico
23-MAY-2009