JUAN LUIS MANZUR

“Debemos producir la vacuna”

El flamante ministro de Salud, Juan Luis Manzur no duda en admitir que “le ha tocado bailar con la más fea” al tener que lidiar con el flagelo de la gripe A.

Por Walter Goobar

El flamante ministro de Salud, Juan Luis Manzur no duda en admitir que “le ha tocado bailar con la más fea” al tener que lidiar con el flagelo de la gripe A. “Pero desde que fui secretario de Salud Pública de La Matanza en plena crisis del 2002 estoy acostumbrado a bailar con la más fea”, dice el ministro con parsimoniosa tonada tucumana. En diálogo con este diario en la capital paraguaya, Manzur no se atreve a vaticinar que se haya superado el peor pico de la enfermedad ni tampoco a que su evolución responda a la forma de “una doble joroba” –es decir–, con un doble pico ascendente. “Sabemos que el genoma es el mismo que el de México y EE.UU., pero no podemos adivinar cómo se va a comportar aquí. Estamos ante una enfermedad nueva que no responde a los modelos tradicionales”, dice.
Manzur destaca que una de las primeras propuestas lanzadas por Cristina Kirchner en la Cumbre del Mercosur fue el reclamo a la OMS del levantamiento de patentes para una libre producción de dosis por parte de todos los laboratorios, ya que “Argentina, Uruguay y Brasil tienen industria farmacéutica en condiciones de producir antivirales o la vacuna”.
Sin embargo, esa iniciativa es motivo de polémica: para algunos especialistas, estas patentes vencieron hace muchos años, para otros habrá que dar una dura batalla ante la Organización Mundial de Comercio. A esto se agregan las dificultades que implica la fabricación local de otras vacunas Por ejemplo, el laboratorio estatal bonaerense que produce la vacuna BCG –avalada por la OMS– no puede distribuirla porque nunca obtuvo la certificación nacional; la producción de la vacuna contra la tos convulsa está demorada por falta de equipamiento y una vacuna contra la fiebre aftosa producida por el Laboratorio Bagó –que está aprobada por las autoridades sanitarias de EE.UU.– es objeto de trabas comerciales por parte de las autoridades brasileñas, que priivilegian las vacunas de los laboratorios europeos. En ese sentido, la fabricación de vacunas a nivel regional no será sencilla de implementar porque Brasil, por ejemplo, acaba de firmar un acuerdo con el laboratorio francés Sanofi Pasteur para fabricar vacunas que sólo pueden ser destinadas al mercado brasileño.
–¿Argentina podría contar con tecnología brasileña para la vacuna?
–Ése es uno de los puntos centrales que la Presidenta planteó en la agenda del Mercosur. Si no podemos producir la vacuna vamos a estar en una situación en la cual habrá un grupo muy reducido de laboratorios y empresas que tendrán la posibilidad de desarrollarla, pero su capacidad productiva es limitada, con lo cual, lo que se produzca va a ser acaparado por los países que tienen mayor poder económico. Lo que planteamos es que ante una situación atípica como es una pandemia, con la presencia del virus en 172 países del mundo, es necesario lograr una flexibilidad en lo que es la transferencia de tecnología y el registro de patentes para que estas tecnologías sean accesibles a los países que puedan producir la vacuna. Por eso el presidente Lula propuso que en paralelo a la reunión del Unasur que va a sesionar en Quito, Ecuador, el 12 de agosto, se reúnan los ministros de Salud con los representantes de la industria farmacéutica para resolver esta cuestión. Si no actuamos en forma conjunta y no ponemos en funcionamiento toda la capacidad instalada, la realidad nos va a desbordar.
–Pero si revisa los antecedentes, por ejemplo en el caso de África, la industria medicinal jamás resignó de manera voluntaria las patentes de los antivirales que son necesarios para evitar las epidemias que afectan a ese continente. ¿Por qué habrían de cambiar de actitud en esta oportunidad?
–Una alerta de grado seis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con países como Australia donde las autoridades estiman que habrá unos 6.000 muertos, o cuando las autoridades españolas estiman en 8.000 el posible número de víctimas, no nos queda otra alternativa que aceptar que estamos ante una situación inédita y la industria farmacéutica también lo tiene que entender.
–Pero el tema de la suspensión de patentes no pertenece a la órbita de la OMS sino a la de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Argentina podría presentar una causa ante la OMC y solicitar la suspensión de las patentes de las vacunas y de los antivirales invocando la emergencia sanitaria.
-Tenemos que ver cuáles son los mecanismos para que esto se cristalice.Lo importante es la voluntad política de la Presidenta que considera que el derecho a la salud no puede relegarse a derechos comerciales.
Diario Miradas al Sur
26-JUL-2009 
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