LOS ULTIMOS DIAS DE UN MINISTRO

Investigación de un ciudadano bajo toda sospecha

El ministro de Educación Mariano Narodowski concluyó sus funciones en el incómodo banquillo de un juzgado. Sus dichos fueron cautos. Pero todo ahora apunta hacia el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Entre tanto, el Servicio Penitenciario colocó cámaras de vigilancia en la celda del espía Ciro James para prevenir un posible atentado contra su vida.

Por R. Ragendorfer y W.Goobar
Mauricio Macri sumó al escándalo por el espionaje municipal un nuevo frente de batalla: el nombramiento como ministro de Educación del ocasional escritor y ex diplomático de la dictadura, Abel Posse. Éste asumió el cargo, mientras en Córdoba, el represor Luciano Benjamín Menéndez (ver página 30) leía, ante el tribunal que minutos después lo condenó, algunos párrafos de su última columna publicada en el diario La Nación. La misma es casi una elegía al terrorismo de Estado. Y fue el puntapié inicial de una avalancha de repudios y pedidos de renuncia. En comparación, la puesta en funciones de Eugenio Burzaco como tercer jefe de la aún latente Policía Metropolitana sería un remanso de paz. El ex comisario Jorge Fino Palacios no pudo asistir. Mariano Narodowski, en cambio, sí. A un costado, con la vista clavada en los ángeles pintados sobre el cielo raso del Salón Dorado de la Casa de la Cultura, el saliente ministro exhibía una expresión que oscilaba entre el agotamiento y el alivio. El día anterior declaró durante cuatro horas en calidad de imputado ante el juez Norberto Oyarbide. Fue su último acto oficial.
El pedagogo devenido en funcionario llegó al cuarto piso del edificio judicial de la calle Comodoro Py 2002 con puntualidad. La actitud de Narodowski chorreaba cortesía, al punto de que una y otra vez declamó su voluntad de colaborar con la investigación. Después de que le leyeran sus derechos, se prestó a la formalidad de pronunciar su nombre. Y cuando le preguntaron su profesión afirmó, no sin un dejo solemne: “Ministro de Educación”. Ya se sabe que eran sus últimas horas como tal.
A continuación, Oyarbide le descerrajó una pregunta que a él le produciría un ramalazo de sorpresa:
–¿Ha recibido alguna amenaza de muerte en las últimas horas?
Por respuesta, el educador solamente meneó la cabeza.
Lo cierto es que el magistrado tenía sus razones para despejar esta cuestión: el Servicio Penitenciario Federal acababa de solicitarle permiso para colocar cámaras de vigilancia en la celda que el espía Ciro Gerardo James ocupa en el penal de Marcos Paz. Este pedido se basa en la posibilidad de que alguien atente contra su vida. De hecho, uno de sus ex conocidos en la Policía de Misiones habría expresado su actual animosidad hacia él del siguiente modo: “Yo soy una buena persona, pero conozco gente muy dañina”. Al parecer, James no atraviesa por sus mejores momentos, puesto que, además, acaba de sufrir la deserción de su abogado, Luis Hernández, que ha sido reemplazado por los letrados Enrique Villarreal y Diego Solowiej. 
La confesión. Quienes han frecuentado en los últimos tiempos al ahora ex ministro aseguran que el escándalo del espionaje ilegal ha minado su proverbial bonhomía. Desde entonces se lo ve taciturno y alicaído. Incluso, dicen que luego de hacerse pública la denuncia de Sergio Burstein por la pinchadura de su teléfono, no dudó en comunicarse con él para expresarle su solidaridad. En esa ocasión, el integrante de la agrupación de familiares de la Amia se lo agradeció, además de solicitar su colaboración con la Justicia. Por respuesta, Nardowski emitió una frase ambigua. En las semanas posteriores, su total alineamiento a las inconsistentes teorías lanzadas desde las más altas esferas del poder porteño, y ello sumado al tenor esquivo de su primer testimonio ante Oyarbide, le han hecho comprender a Burstein que su solidaridad hacia él sólo fue un engañoso formalismo. Desde entonces, su abogado, Hernán Del Gaizo, solicitó con urgencia su citación a indagatoria.
Horas antes de su comparecencia, Narodowski hizo su primera confesión pública: “Estoy un poco podrido, no cansado, pero podrido”. Así definió su situación en el gobierno de la Ciudad horas antes de presentarse en Tribunales.
El golpeado Narodowski no escondió su amargura: “No sé si tengo el cuero que hace falta tener para soportar un montón de cosas que hay en el mundo político. Yo entré a esto –la política– de grande, pero no sé si tengo el cuero lo suficientemente grueso y tampoco sé si lo quiero tener, porque para tener el cuero tan grueso hay que perder otras cosas”, se sinceró el ministro ante los micrófonos de Radio Mitre.
De esta manera, el imputado le estaba enviando un mensaje a sus correligionarios del PRO. Su contenido: que no estaba dispuesto a convertirse en un chivo expiatorio del affaire y compartir sus días y sus noches con su empleado, James, en el pabellón cuatro del penal de Marcos Paz. Al respecto, Macri le aseguró un cargo en el Consejo Asesor del nuevo ministro Posse, lo cual no puede traducirse como un tentador pacto de silencio a cambio de una jugosa remuneración. El ex ministro –quien se ubicó en las antípodas ideológicas de su sucesor–, sin embargo, dijo públicamente que sólo aceptaría trabajar ad honórem.
Ahora estaba allí, en el juzgado; siempre bien dispuesto, aunque unas gotas de sudor le corrieran con persistencia por el cuello. En ese momento el secretario del juzgado, Gustavo Russo, le hizo saber al compareciente Narodowski los delitos que se le atribuían: defraudación de las arcas del Gobierno porteño, mediante la contratación efectuada a James desde el Ministerio a su cargo, para desempeñarse en la Unidad de Auditoría Interna del Ministerio de Educación por un monto mensual de 6 mil pesos, con un monto total de 57 mil.
El vínculo laboral de referencia fue interrumpido en virtud de la renuncia presentada por James el 28 de septiembre de 2009. Sin embargo, Miradas al Sur reveló el pasado fin de semana imágenes de las cámaras de vigilancia que muestran que el mismo día de la supuesta renuncia en Educación, James trajinaba los pasillos del Ministerio de Seguridad dirigido por Guillermo Montenegro. Del mismo modo, lo había hecho el 14 de ese mes.
Según surge de los registros entre los meses de agosto y hasta el 5 octubre inclusive del corriente año, el teléfono celular de James se activó en 480 oportunidades, 477 de las cuales ocurrió en las antenas correspondientes al Ministerio de Justicia y Seguridad, dónde tiene su ámbito la Policía Metropolitana, aunque en ese momento se encontraba vigente su contrato con la cartera de Narodowski.
Ausente con aviso. Según el juzgado, “las contrataciones descriptas fueron llevadas a cabo con el objeto tanto de retribuir como de otorgar legalidad a la actividad ilícita desarrollada por James, mediante la cual se habría interceptado ilícitamente el celular perteneciente a Néstor Daniel Leonardo”, el cuñado manosanta del jefe de Gobierno de la Ciudad.
Tras un largo descargo en el que Narodowski afirma que en 28 años de docencia jamás tuvo contacto personal con personas vinculadas a la policía, a la Side, a la Justicia o a servicios de inteligencia, explicó que James “ingresa recomendado por un grupo de directivos pertenecientes a la Universidad Nacional de La Matanza, al igual que otros profesionales. Como al pasar, Narodowski mencionó que la contratación del espía siguió todos los pasos hasta llegar a la Subsecretaría de Gestión a cargo de Andrés Ibarra. Sin embargo, Narodowski omitió decir que en su calidad de ex gerente de Boca Juniors, Ibarra sabía que James era policía y que se había desempeñado como ladero del Fino Palacios en el aparato de seguridad xeneize.
Preguntado para que diga si tiene conocimiento que James y Andrés Ibarra con anterioridad se hayan desempeñado juntos laboralmente, respondió “que cuando hubo informaciones periodísticas en relación con esta situación, le pregunté a Andrés Ibarra y dijo que no lo conocía”.
Narodowski no pudo presentar un solo papel, informe o legajo que llevara la firma o la impronta de Ciro Gerardo James.
Así como una de las vías investigativas se basa en el caso de Burstein –el ex ministro fue citado por ello– su indagatoria –justamente por la fecha en la que contrató al espía– se anuda con la pesquisa en torno del caso Leonardo. Así se llama el problema de Macri. Un ministro puede ser reemplazado, pero un cuñado no.
Diario Miradas al Sur
13-12-2009