DEL MACRIGATE A LA ASOCIACIÓN ILICITA

Al ver la banda pasar

En una resolución de 384 páginas firmada por Oyarbide y su secretario Gustavo Russo, fueron procesados, además de Jorge Palacios y Ciro James, cinco policías misioneros y cuatro funcionarios judiciales de Misiones.

Por Walter Goobar
Es sabido que la vida tras las rejas no es buena para nadie, menos aún para el ex espía Ciro James y  el ex comisario Jorge Fino Palacios, las dos figuras centrales en la causa del espionaje porteño cuya situación procesal se agravó este viernes cuando el juez federal Norberto Oyarbide decidió imputarlos como integrantes de una asociación ilícita, una figura que los coloca en una situación muy comprometida porque  los considera pilares de una aceitada organización que se dedicaba a hacer espionaje telefónico con la complicidad de cinco policías y cuatro secretarios judiciales de Misiones.
Desde que perdió la libertad, James ha ganado unos cuantos kilos extras. Esta semana se ha negado a declarar. Y sólo abre la boca para comer y para denunciar que su vida corre peligro en el pabellón 4 del penal de Marcos Paz. Por ese motivo, el juez Oyarbide decidió su traslado a una celda absolutamente aislada en el módulo 2 del pabellón 7, donde estuvo detenido Omar Chabán.
James no tendrá contacto con nadie. Deberá permanecer vigilado por los guardias y dos cámaras de seguridad con audio que lo observan las 24 horas del día,  por lo que tiene que  dormir con la luz encendida.
Palacios, en cambio, tiene menos problemas. Está alojado en el pabellón de Lesa Humanidad,  llamado así porque allí hay acusados de delitos contra los derechos humanos. Sin embargo, el ex jefe de la Metropolitana tampoco está feliz allí y se queja de los engorrosos procedimientos para su traslado a Tribunales. El pasado jueves, los integrantes de la Sala I de la Cámara Federal porteña escucharon los argumentos de su abogado, Diego Richards, quien solicitó la excarcelación de su defendido. Sin embargo, con la ampliación de los cargos y la imposición de un embargo de 250 mil pesos, es prácticamente imposible que se le conceda ese beneficio.
En una resolución de 384 páginas firmada por Oyarbide y su secretario Gustavo Russo, fueron procesados, además de Palacios y James, cinco policías misioneros y cuatro funcionarios judiciales de Misiones.
A Palacios, que hasta ahora sólo estaba procesado por la pinchadura a Sergio Burstein, integrante de Familiares de las Víctimas del atentado a la Amia, el juez ahora lo vincula con el espionaje al empresario televisivo Carlos Avila y al gerente de Supermercados Coto Rodrigo Blas Velazco. El Fino, según el fallo, supervisó parte de esas pinchaduras mientras dirigía la policía porteña.
El fallo, al que accedió este diario, explica que el ahora regordete James cumplía una función de nexo entre todos los integrantes de la organización. Tenía “estrechos vínculos con los funcionarios del Poder Judicial de Misiones”, dice, sobre todo con las secretarias de los juzgados, con quienes incluso hablaba durante los fines de semana. El discípulo de Palacios retiraba cada 72 horas  las escuchas en la Dirección de Observaciones Judiciales de la Side en Buenos Aires,  a pesar de que esa dependencia tiene una oficina propia en Posadas.
Un análisis de los 192 llamados telefónicos que el ex jefe de la Metropolitana intercambió desde mayo último con James revela una constante: hablaban minutos antes y minutos después de que el espía retirara grabaciones de la central de inteligencia. Esas grabaciones nunca llegaron a  los juzgados misioneros.
Este esquema, destaca el juez, se repite una decena de veces. En el caso de Burstein incluso hay comunicaciones de prueba que hace James entre llamado y llamado con Palacios, para comprobar si la línea que iba a pinchar estaba activa. Y algo similar ocurre con los teléfonos fijos  de la Amia, donde James llamó seis veces seguidas, previo y posterior llamado con el Fino.
Por otra parte, el magistrado  consideró que la asociación ilícita cometió los delitos de inserción de datos falsos en un documento público, interceptación de las comunicaciones telefónicas, en calidad de funcionarios públicos y a partir de eso se ocasionó un perjuicio a las arcas del Estado porque la Side gastó dinero en escuchas innecesarias.
La resolución de Oyarbide resalta los 192 llamados telefónicos entre Palacios y James. El juez no cree que estuvieran motivados por el ingreso de James en la policía porteña. Palacios, dice Oyarbide, tenía “conocimiento y voluntad de participar” en la organización dedicada al espionaje. Además, aun sin haber sido designado, James habló por lo menos 412 veces por celular utilizando las antenas más próximas al Ministerio de Seguridad, donde funciona la Metropolitana, lo que hace suponer que estaba allí, aún en fechas posteriores a la renuncia de Palacios.
En esta causa también declaró como imputado el ex ministro de Educación porteño Mariano Narodowski, que no pudo dar explicaciones de por qué James figuraba como contratado de su ministerio. Oyarbide lo indagó porque cree que esa contratación de James fue una pantalla de sus actividades ilícitas. Además, su incorporación coincide temporalmente con la escucha al cuñado de Macri, que justamente es lo más difícil de explicar para el Jefe de gobierno porteño. Pero la situación procesal de Narodowski quedó pendiente para febrero, es decir,  después de que concluya la feria judicial.
Hasta ahora, los 10 procesados de la causa estaban acusados de los delitos de violación de la privacidad y falsificación de documentos, pero la nueva calificación les fija penas de hasta diez años de prisión.
dIARIO mIRADAS AL sUR
20-12-2009