Macri y Montenegro sin coartadas

El testimonio de Agustín Gamboa, titular de Política Criminal del Ministerio Público fiscal porteño, derrumba las coartadas esgrimidas por Mauricio Macri, Guillermo Montenegro y Mariano Narodowski.

Por Walter Goobar
Horas antes de que la Sala I de la Cámara Federal se expida sobre la competencia del juez Norberto Oyarbide para indagar a la cúpula del gobierno de la Ciudad, el testimonio de Agustín Gamboa, titular de Política Criminal del Ministerio Público fiscal porteño, derrumba las coartadas esgrimidas por Mauricio Macri, Guillermo Montenegro y Mariano Narodowski.
Tanto el jefe de Gobierno porteño como los dos ministros que están citados a prestar declaración indagatoria como miembros de una asociación ilícita, han sostenido que no conocían al espía Ciro James y se han victimizado atribuyendo el escándalo del que son protagonistas a una interna con el gobierno nacional o con la Policía Federal. Sin embargo, la inesperada declaración de un funcionario macrista derrumba todas las coartadas y le imprime un nuevo y dramático giro ala causa de las escuchas ilegales. El secretario general de Política Criminal de la Fiscalía de la Ciudad, Agustín Gamboa, admitió ante la Justicia que poco después del nombramiento de Jorge “Fino” Palacios como director de la Policía Metropolitana, se reunió con el director de Investigaciones de la fuerza, Roberto Ontiveros y con Ciro Gerardo James, que se presentaron como enviados directos de “Fino” Palacios. La reunión se concertó para coordinar tareas en el área de investigación en el naciente cuerpo policial.
Desmintiendo a Macri, Montenegro y Narodowski, Agustín Gamboa afirmó que tanto Ontiveros como James le comentaron que tenían a su cargo el armado del “área de investigaciones de la policía”. Y que habían sido enviados a la reunión por orden de Palacios.
Gamboa es el segundo del fiscal de la Ciudad, Germán C. Garabano, el funcionario que implementa la política macrista para castigar la protesta social en los espacios públicos de la Ciudad. En ese sentido, el testimonio del funcionario macrista da por tierra con la teoría de que el espía era un mero aspirante a la Metropolitana que había sido plantado por el gobierno nacional para perjudicar a Macri.
Gamboa fue citado como testigo porque  en el allanamiento a la casa del espía James la policía encontró una tarjeta suya que indicaba su cargo en la Secretaría de Política Criminal y Planificación Estratégica del Ministerio Público Fiscal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Según el relato de Gamboa, la reunión con James “se produjo al poco tiempo de la asunción de Palacios como titular de la Policía” porteña, en julio del año pasado. El objetivo, explicó, era coordinar acciones entre la nueva fuerza y el Ministerio Público de la Ciudad.
En el momento en que se produjo la entrevista, James todavía pertenecía a la Policía Federal, donde obtuvo la baja en septiembre. Es decir que no estaba nombrado en la Metropolitana aún, pero, según confirma el testimonio de Gamboa, se presentaba ya como uno de los jefes.
Macri y Montenegro siempre han sostenido que James no realizaba tareas en la Metropolitana, aunque se encontraba en proceso de ser seleccionado, y que desconocían los motivos de su presencia en los alrededores de la sede del Ministerio de Justicia, a pesar de que el celular del espía se activó 480 veces desde las celdas que corresponden a la sede de la cartera de Montenegro, y a pesar de que las cámaras de seguridad de ese ministerio lo muestran alternando con varios jefes a métros de la oficina del titular de la cartera de Justicia.
Este nuevo testimonio desmiente el argumento del macrismo de que James era un mero aspirante al que nadie conocía o un infiltrado. También explica por qué el Ministerio de Educación porteño le pagaba 6000 pesos  mensuales (contra cuatro mil que ganaba Ontiveros) por una función de asesor que jamás cumplió. Ahora se confirma que ese nombramiento era una cobertura para sus tareas de espionaje.
James firmó el contrato con el ministerio de Educación unos dias después de haber concretado la intervención del teléfono del parapsicólogo Néstor Daniel Leonardo, el cuñado del jefe de Gobierno porteño.
Está probado que James y Palacios se comunicaban permanentemente, y que el espía también se comunicaba con Ontiveros. Los tres se conocen de la Federal, donde trabajaron juntos, durante años en la Unidad Antiterrorista en Misiones, la provincia donde se ordenaban las escuchas.
Hoy debe expedirse la Cámara de Apelaciones sobre la recusación presentada por Guillermo Montenegro. Todos los imputados consiguieron posponer sus indagatorias especulando con la posibilidad de que el juez sea apartado. Los defensores de Montenegro ya adelantaron que en caso de pronunciarse en contra de la recusación irán a la Cámara de Casación. En Comodoro Py nadie duda que el ex juez y actual ministro porteño actúa como un auténtico sospechoso. Su jefe político también.
Buenos Aires Económico
21-04-2010