En sesiones de coaching de una hora se instruye a funcionarios del gobierno porteño para responder preguntas de los periodistas y predicar la inocencia de Mauricio Macri. El gran ausente en esas reuniones fue el ministro de Seguridad Guillermo Montenegro
Por Walter Goobar
Para Tirempo Argentino
Es difícil que la culpabilidad o la inocencia de un hombre puedan definirse en una reunión de taperware. Más aun, cuando se trata de la culpabilidad o la inocencia de Mauricio Macri en el escándalo de las escuchas ilegales. Lo cierto es que, desde hace una semana, todos y cada uno de los funcionarios de la administración porteña deben asistir con unción religiosa a la proyección de un video de cinco minutos realizado en powerpoint para convertir la inocencia de Maurricio en profesión de fe. (Ver video: http://www.youtube.com/watch?v=AHtIFlWAbM4)
“En este video queremos contarte la verdad sobre la causa en la que el gobierno nacional usa al juez, Norberto Oyarbide para tratar de involucrar a Mauricio Macri...”, arranca el audiovisual del credo macrista destinado a instruir a los funcionarios ministeriales para responder preguntas de los periodistas, y también para despejar sus propias dudas sobre el espionaje.
Estas sesiones de coaching fueron –en realidad–, clases aceleradas de defensa legal para principiantes, en las que no faltaron las arengas, ni las prédicas con buena onda para convencer a los más escépticos del gabinete.
Como si se tratara de una secta esotérica o una reunión de taperware, a la que uno está obligado a llevar a un familar, amigo o conocido, los gabinetes de los ministerios, desde las cúpulas hasta los directores operativos asistieron durante la semana pasada a las sesiones de una hora de duración. El jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, el secretario general, Marcos Peña y un legislador distinto para cada ministerio, impartieron los 14 puntos de la prédica salvacionista.
Los integrantes de la cartera de Espacio Público escucharon a a la legisladora Victoria Morales Gorleri; los de Hacienda, a Fernando De Andreis y los de Desarrollo Económico, a Carmen Polledo o a Jorge Garayalde, según el turno que les tocara.
Sin embargo, la mayor sorpresa se la llevaron los integrantes del cuestionado ministerio de Seguridad porque allí se presentó Mauricio Macri en persona y la única ausencia notoria fue la del propio ministro Guillermo Montenegro.
“Esto es una fantochada”, se quejó uno de los asistentes a las obligatorias sesiones de coaching, mientras escuchaba que el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta recomendaba las virtudes del “boca a boca” para defender a Mauricio de la presunta embestida del kirchnerismo.
A cada uno de los funcionarios asistentes les fue enviado por mail un archivo en pdf titulado “La causa y el juicio político”, con una síntesis de 5 páginas y un anexo, con tres esquemas de power point: “Los empleos de Ciro James (2003-2009)”, “Llamadas hechas por Ciro James (2007-2009)” y “Personas escuchadas por Ciro James”. Montenegro todavía no lo recibió, pero él no es ningún principiante en este delicado tema.
Macri está furioso con el ministro porque, gracias a una hábil defensa, primero fue sobreseído por Oyarbide y, más tarde, estuvo a cargo de las fallidas maniobras para convencer a los camaristas de la inocencia del jefe de gobierno.
Desde que los tres integrantes de la Cámara Federal confirmaron su procesamiento como integrante de una asociación ilícita dedicada a espiar a funcionarios, familiares y dirigentes en la ciudad de Buenos Aires, el jefe de gobierno no ha desaprovechado ninguna cámara ni micrófono para acusar al ex presidente Néstor Kirchner como el responsable de haber influenciado sobre la voluntad de los tres camaristas.
Diario Tiempo Argentino
04-08-2010