Las primeras siete comunicaciones detectadas por la Justicia entre Jorge Fino Palacios y Mauricio Macri derrumban la estratñegia de defensa del jefe de gobierno porteño.
Por Walter Goobar y Ricardo Ragendorfer
Aunque su reciente pericia psicológica dictaminó que Mauricio Macri “comprende la diferencia entre lo lícito y lo ilícito”, cruzar esa divisoria no lo inquieta en demasía. Sucede que nuevas evidencias, a las que accedió Miradas al Sur en exclusiva, derrumban la estrategia de su defensa. Es que él –a través de numerosos escritos presentados ante la Justicia– negó de manera tajante cualquier tipo de contacto telefónico con el ex comisario Jorge Fino Palacios, antes y después de su renuncia como jefe de la Metropolitana. Sin embargo, los primeros resultados de los entrecruzamientos ordenados por el juez federal Norberto Oyarbide sobre sólo uno de los celulares que el alcalde usaba revelan siete llamados del Fino. Ello ahora añade otro motivo de desvelo para el pobre Mauricio, ya que lo relacionan al retiro de las escuchas de Sergio Burstein y Carlos Avila.
Los resultados preliminares de los entrecruzamientos del primero de una serie de teléfonos del jefe de Gobierno muestran que un mes después de la renuncia de Palacios, su flamante ex empleador recibió un llamado suyo poco después de las nueve de la mañana en un teléfono Blackberry asignado a la jefatura de Gobierno porteño. La comunicación demoró escasos 46 segundos, lo que permite inferir que el tema tratado era de mutuo conocimiento. En concreto, forma parte de la cadena de comunicaciones a través de las cuales el Fino le informaba a Macri que el día anterior James había retirado las escuchas de Burstein.
La aparición de estas llamadas derrumban –como el gimnasio de Villa Urquiza– el argumento esgrimido por los abogados de Macri de que las escuchas de Burstein se concretaron recién después de la renuncia del ex comisario. Esa intervención fue pedida a principios de agosto de 2009 en Misiones. En ese momento Palacios ya había sido designado, pero la escucha no se efectivizó por falta de canales disponibles en la dirección de Observaciones Judiciales de la Side. Recién a comienzos de septiembre de 2009, cuando el policía ya había renunciado, se solicitó nuevamente. Este segundo pedido se efectivizó el 21 de septiembre de 2009.
El hecho de que Palacios llamara a Macri un mes después de su renuncia también corrobora que el ex comisario seguía manejando los hilos de la Metropolitana desde las sombras. Y con la anuencia de Macri.
Con el avance de las investigaciones y los cruces telefónicos, seguramente aparecerán nuevas comunicaciones, y el jefe de Gobierno deberá explicar qué le dijo su policía de confianza en cada una de esas llamadas que –hasta ahora– juraba que nunca se habían producido.
El hallazgo de tales comunicaciones dejan a la defensa de Macri en una posición muy embarazosa, ya que los letrados Ricardo Rosental y Santiago Feder han escrito ríos de tinta asegurando que nunca existieron. En la página tres de la apelación al procesamiento de su alicaído cliente, Feder y Rosental argumentan que “el paradigma de la culpabilidad o el principio de inocencia se ha invertido, exigiéndosele implícitamente al Ingeniero, Mauricio Macri que haga algo imposible. Esto es, probar que no hizo lo que no hizo”.
Tal afirmación no es un mero desliz retórico ni un juego de palabras, sino una piedra angular de la defensa que ahora se desmorona. En ese mismo escrito dirigido a la Cámara Federal, los defensores estamparon sus firmas sobre esas cuartillas, por lo que de ese modo hicieron suyas las críticas de Macri contra Oyarbide: “Así, el juez tampoco evaluó en este caso que no existen comunicaciones entre nuestro asistido y James, ni entre nuestro asistido y Palacios, tanto en fechas cercanas a las escuchas del señor Burstein como en ninguna otra”.
Independientemente de que la negación suele ser parte de cualquier estrategia de defensa, no se comprende por qué Macri negó tan enfáticamente estos llamados cuando lo natural hubiese sido admitirlos y –en todo caso–, argumentar que sólo hablaron sobre temas lícitos. Al respecto, un rumor asegura que el heredero de Don Franco incurrió en el pecado de mentirle a sus propios abogados.
En el memorando presentado a la Cámara Federal el 6 de julio, Rosental y Feder insisten en que no existieron comunicaciones entre Palacios y Macri equivalentes a las que motivaron los procesamientos de James y Palacios, y argumentan que su defendido fue procesado exclusivamente en base a un dato que fue revelado con carácter de primicia por este diario: la triangulación de las antenas del celular de James indicaban que el espía entregó las escuchas del manosanta Néstor Daniel Leonardo en la esquina de Tagle y Libertador, que es donde residía Macri en ese momento.
Los abogados del jefe de Gobierno minimizaban el tema de las antenas pero cargaban las tintas en la no existencia de comunicaciones: “La operación lógica seguida en el procesamiento de nuestro asistido es radicalmente distinta de la que se observa en los procesamientos de otros imputados. Respecto de los señores Palacios y James, por ejemplo, el juez consideró fundamental las comunicaciones que mantuvieron en momentos previos y/o posteriores a las intervenciones telefónicas. Ninguna comunicación existe entre Mauricio Macri y los nombrados, pero a su respecto, en cambio, el juez consideró suficiente para procesarlo la mera presencia de James en la zona donde vivía nuestro asistido, aunque más no sea por escasos minutos y sólo en algunos de los días en que retiró casetes con conversaciones de Leonardo”.
En la página 21 los abogados machacan que “sólo se encuentra la intervención ilegítima de un teléfono celular del Sr. Burstein y luego un patrón de reiteración de comunicaciones telefónicas ajenas a nuestro asistido y que se verificaron exclusivamente entre Jorge Palacios y Ciro James en fechas cercanas a la intervención y al retiro de los casetes de la Secretaría de Inteligencia. Nada de ello tiene ninguna relación con nuestro asistido”.
Esa relación es la que acaba de aparecer en las comunicaciones de Palacios al Blackberry de la jefatura de Gobierno, y esas comunicaciones reproducen en los casos de Carlos Avila y Sergio Burstein el mismo patrón de conducta que James mantuvo con Palacios ante el retiro de las escuchas del parapsicólogo Néstor Daniel Leonardo.
Durante la pericia psicológica realizada esta semana por el Cuerpo Médico Forense Mauricio Macri demostró un ostensible malestar e incomodidad. No es para menos: el mandatario capitalino percibe que su estrategia judicial se está derrumbando. Como fruto de esa desoladora sensación, la semana pasada se reunió con el abogado León Arslanian, uno de los letrados que diseñó la defensa de su ex ministro, Mariano Narodowski. El propósito era sondear la posibilidad de que se incorporara a su defensa. La conversación entre ambos se centró en el “análisis de la causa y en las declaraciones que Narodowski realizó en la misma”. La reunión con Arslanian no hizo más que potenciar la ansiedad de Macri ante la percepción de que la causa caratulada James, Ciro Gerardo y otros, sobre intervención de las comunicaciones puede convertirse en el final de su carrera política.
OYARBIDE INVESTIGA A TODOS, MENOS AL NOVIO
La declaración de la empresaria Daniela Laura Claiman, socia de las esposas de Ciro James y Horacio Rodríguez Larreta, no le cerró al juez Norberto Oyarbide. Es que el jueves pasado, Claiman no pudo explicar por qué, si hace tres años que con Daniela Zanta y Bárbara Diez son compañeras de emprendimiento –integran una firma que edita la guía de bodas Todo menos el novio– no conoce y jamás llamó a la casa de las otras dos. Y, por otro lado, durante más de media hora aseguró que en las reuniones sobre la publicación sólo participaban ellas tres, pero cuando le preguntaron sobre el papel de Rodríguez Larreta, afirmó que había cooperado en algunas conversaciones.
Momentos más tarde, explicó que en una sola oportunidad vio en persona a Rodríguez Larreta, y dos veces a James, al asistir a su casamiento y al de otra de las socias. Según su testimonio, lo único que supo de él es que “se dedicaba a la seguridad y que era abogado”.
Hacia el final de la declaración, la cara de Oyarbide mostró un dejo de incredulidad. Es por eso que ampliará las medidas para establecer si el jefe de Gabinete porteño tuvo decisión en la designación de James. El próximo paso será un entrecruzamiento de llamadas entre los teléfonos de Claiman y Diez, para ver si surge algún otro elemento para avanzar en la investigación. El mismo día, Oyarbide dictó la falta de mérito para el ex ministro de Educación porteño, Mariano Narodowski. Este rótulo lo deja vinculado a la causa.
El juez también amplió los procesamientos de James, los policías misioneros Diego Guarda y Jorge Rojas; y el de la secretaria judicial de esa provincia Mónica González, quien trabajaba en uno de los juzgados desde los cuales se autorizaron las escuchas.
A todos ellos les imputó las escuchas telefónicas sobre directivos de la firma Coto, aunque todavía no trascendieron los motivos por los cuales James los espiaba. Fue en ese marco que la secretaria González volvió a pedirle al juez un careo con el espía. Quiere probar que las llamadas entre ambos se produjeron porque él la “acosaba sexualmente”. Su abogado, Arturo César Goldstraj, recordó que esas llamadas son el “único elemento de juicio invocado en sentido incriminante en su contra”. Según la mujer, las llamadas que recibió en su celular –fuera del horario laboral e incluso los fines de semana– fueron porque el hombre la acosaba a toda hora. Al momento de ser indagado, James rechazó que él haya acosado a la mujer, pero tampoco dio muchas aclaraciones.
Por su parte, al Mauricio Macri, le hicieron el famoso examen psiquiátrico. En el Palacio de Tribunales, el Cuerpo Médico Forense procedió a su rutinaria evaluación. Duró poco más de media hora y le hicieron preguntas tales como si tiene dificultades en el trabajo, en sus relaciones, y cómo está compuesta su familia. Este tipo de chequeos se les hace a los procesados en causas penales con penas de 10 años o más.
Diario Miradas al Sur
15 de Agosto de 2010