Nuevas acusaciones contra el prófugo de la justicia argentina, Moshen Rabbani. El ex agregado cultural de Irán en la Argentina, principal implicado en el atentado contra la Amia, ahora aparece implicado en otro caso de terrorismo
Por Walter Goobar
La investigación sobre un abortado ataque terrorista contra la red de conductos de combustible, que abastece a los aviones del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, aportó una inesperada conexión con el atentado perpetrado en 1994 contra la sede de la Amia en Buenos Aires. Uno de los implicados en la ejecución del plan terrorista neoyorquino, mantenía estrechos vínculos con Moshen Rabbani, el ex agregado cultural iraní en Buenos Aires, sobre quien pesa una orden de captura internacional como presunto cerebro del ataque terrorista consumado en Argentina. El nexo de Rabbani con esa célula de ciudadanos de Guyana demostraría que el principal sospechoso del atentado de Buenos Aires desempeñó –en realidad– un rol mucho mayor en el submundo del terrorismo islámico a nivel regional.
Dos ciudadanos de Guyana, juzgados por un tribunal estadounidense fueron declarados culpables de planear un ataque contra un depósito de combustible en el aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York.
La acusación aseguró que Rusell Defreitas, ex trabajador de ese aeropuerto, nacido en Guayana y con ciudadanía estadounidense, y a Abdul Kadir, que fue alcalde y antiguo parlamentario en su país, formaban parte de una célula terrorista que desde enero de 2006 reunía fotografías y videos para cometer un atentado contra el transitado aeropuerto neoyorquino.
Defreitas investigó las condiciones de seguridad del aeropuerto en el que trabajó, mientras que Kadir, un ex miembro del parlamento de Guyana, fue acusado de buscar la financiación para el plan. Según las pruebas aportadas en el juicio, los miembros de la célula intentaron obtener apoyo del gobierno de Irán, incluyendo a Abu Bakr, líder del grupo militante Jamaat Al Muslimeen en Trinidad, y Adnan El Shukrijumah, un líder de Al Qaeda.
En febrero de 2007, Defreitas reclutó a Kadir para unirse a la trama porque era un ex miembro del parlamento de Guyana y tenía conexiones con grupos militantes en Irán y Venezuela. Durante el interrogatorio en el juicio, Kadir admitió que mantenía una continua correspondencia con funcionarios iraníes, y que viajó dos veces a Irán. Entre los funcionarios con los que mantuvo contacto se encuentra el prófugo Mohsen Rabbani con quien aparece en la foto que ilustra esta nota.
Durante años, Kadir preparó informes de inteligencia para funcionarios iraníes. Varios de esos informes preparados por Kadir tenían como destinatario a Moshen Rabbani y algunos incluso llegaron por fax a Buenos Aires, donde el clérigo desempeñó funciones entre 1983 y 1997.
Rabbani encabeza la lista de iraníes cuya captura internacional fue pedida por la Justicia argentina a Interpol pero vive actualmente en Irán, presumiblemente en el santuario de Qoom, y es protegido por el régimen de Mahmoud Ahmadinejad.
El fiscal Alberto Nisman asegura que Rabbani estuvo presente en una reunión realizada en la ciudad iraní de Meshad en la que se decidió el atentado contra la mutual judía. Además de cruces telefónicos, hay ciertos movimientos bancarios de una cuenta de Rabbani que llamaron poderosamente la atención de los investigadores del atentado a la Amia: la cuenta se abre en el Deutsche Bank cuando Rabbani vuelve de la reunión de Meshad donde se decide consumar el atentado. Rabbani estuvo en Argentina hasta 1997, pero la cierra en noviembre de 1994, dos meses después del atentado. En un período muy corto se mueven 150 mil dólares, que es una cifra mayor que la de todas las cuentas de la Embajada de Irán. Los días previos al atentado, el 4 y el 11 de julio retiran 90 mil dólares en efectivo.
Pese a estos antecedentes, el líder piquetero Luis D' Elía no ocultó su relación con el ex agregado cultural iraní en Buenos Aires, al que considera “una buena persona”. D'Elía y el dirigente de Quebracho Fernando Esteche viajaron a Teherán en marzo y allí mantuvieron reuniones con este prófugo de la Justicia argentina.
Según Zainab Ahmad, fiscal asistente en la investigación neoyorquina, tanto Defreitas como Kadir dieron “pasos concretos para hacer realidad su idea”. Defreitas grabó un video, tomó fotos, estudió la seguridad del aeropuerto y planeó rutas de escape y en una conversación grabada por el FBI, habló de castigar a Estados Unidos con un ataque más grande que el del 11 de septiembre de 2001.
Defreitas fue arrestado en Nueva York el 2 de junio de 2007. Kadir fue arrestado en Trinidad a bordo de un avión que se dirigía a Venezuela, en camino a Irán.
Cuando se presentaron los cargos, la fiscal del distrito Este de Nueva York, Roslynn Mauskopf, indicó que el intento de atentado fue uno de los “complots más escalofriantes imaginables”, aunque la acción de las autoridades evitó que la célula adquiriera los explosivos que pretendía utilizar. “La destrucción que hubiera causado si se llega a producir es inimaginable”, señaló Mauskopf sobre el plan que hubiera provocado varias explosiones en la red de conductos de combustible que abastece al JFK y que atraviesa Nueva York. Se trata de un conjunto de conductos de unos 60 kilómetros de longitud, que comienza en el estado de Nueva Jersey y pasa por los barrios de Staten Island y Brooklyn, hasta llegar a los aeropuertos de La Guardia y JFK.
La célula terrorista fue infiltrada por miembros de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), uno de cuyos informantes entabló varias conversaciones con los acusados.
En una de esas conversaciones, Defreitas aseguraba que si uno “va en contra de Kennedy, es lo que mayor daño le puede causar a Estados Unidos”. “Aman a (el ex presidente) John F. Kennedy. Es el hombre por excelencia. Si le das, todo el país estará de luto. Supondría matar a este hombre dos veces. (...) Podríamos destruir la economía de Estados Unidos durante un tiempo”, explicó Defreitas en referencia al aeropuerto que lleva el nombre del ex presidente estadounidense. Además, el detenido aseguraba que la destrucción causada hubiera sido “mayor” que la de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Diario Miradas al Sur
Domingo 22 de Agosto de 2010