Ante el auditorio de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Cristina Fernández de Kirchner desplegó una habil jugada diplomática para zanjar el rechazo de Irán a extraditar a la Argentina a los ocho funcionarios acusados por el atentado perpetrado contra la Amia en julio de 1994.
Por Walter Goobar
Ante el auditorio de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Cristina Fernández de Kirchner desplegó una habil jugada diplomática para zanjar el rechazo de Irán a extraditar a la Argentina a los ocho funcionarios acusados por el atentado perpetrado contra la Amia en julio de 1994.
La presidenta le ofreció a Irán que se juzgue a los sospechosos en un tercer país a consensuar entre ambos y dejó abierta la posibilidad de que el anfitrión sea un país islámico o de mayoría musulmana. Siguiéndo estríctos códigos diplomáticos, la presidenta omitió dar nombres, pero no es dificil adivinar que el escenario imaginado por la Cancillería argentina es el reino de Marruecos, que ya había sido sondeado en épocas de Néstor Kirchner. De hecho, Cristina tenía prevista una audiencia con el rey Mohamed VI, pero el encuentro se suspendió a último momento por problemas de agenda.
En realidad, la propuesta de realizar el juicio contra los funcionarios iraníes implicados en el atentado en un escenario neutral ya fue mencionada durante la Asamblea de la ONU realizada justamente en Marrakesh en 2007, pero esa variante que había sido barajada desde comienzos del Gobierno de Néstor Kirchner parece menos viable desde que la Argentina consiguió que Interpol lanzara una orden internacional de captura contra los iraníes prófugos.
Desde que Rafaél Bielsa ocupó la Cancillería, la diplomacia argentina exhibe el llamado "caso Lockerbie" como un modelo a seguir para el esclarecimiento de la conexión internacional en la causa Amia. El 21 de diciembre de 1988, un avión de la empresa PanAm explotó sobre la ciudad escocesa de Lockerbie y dejó un saldo de 270 muertos. Estados Unidos y Gran Bretaña acusaron a dos libios por el atentado pero el régimen de Muammar Khadafi se negó a extraditarlos.
Tras una década de sanciones económicas que se alternaron con sigilosas negociaciones, Libia aceptó que los dos sospechosos fueran juzgados en Holanda con jueces y leyes escocesas. El juicio se realizó en la ciudad holandesa de Camp Zeist y terminó con la condena a perpetua de uno de los acusados y la absolución del otro. Libia, aceptó la participación de sus servicios de inteligencia y en el atentado y se avino a indeminzar a las familias de las víctimas.
Pese a los paralelismos más que evidentes, parece difícil pensar en una resolución parecida para la causa del atentado a la Amia porque el gobierno de Irán sostiene que "toda colaboración para el esclarecimiento del ataque debe realizarse dentro del marco legal de cada Estado".
Mas allá de la retórica, Iran tiene sobrados motivos para oponerse a que las evidencias contra los implicados se ventilen en cualquier tribunal de cualquier jurisdicción.
La investigación del fiscal Alberto Nisman asegura que el atentado perpetrado el 18 de julio de 1994 en la mutual de la calle Pasteur se decidió el 14 de agosto de 1993 en la ciudad de Mashad y el historial de los iraníes y el libanés involucrados en esta causa habla por si mismo. Por ejemplo, las fichas migratorias del agregado cultural iraní, Mohsen Rabbani, y del diplomáticoAhmad Reza Ashgari confirman que ambos estaban en Irán en la época en que se decidió el atentado.
- Mohsen Rabbani: Fue consejero cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires desde el 3 de marzo de 1994 hasta el 19 de mayo de 1998.
Según lapesquisa argentina, el atentado contra la Amia fue coordinado desde un celular ubicado en la Triple Frontera y comprado por un sujeto llamado André Márquez. Ese teléfono recibió llamados entre el 1 y el 17 de julio. Nunca antes y nunca después. El primer llamado del 1 de julio es desde Ezeiza y el último se hizo desde Aeroparque el 18 de julio dos horas antes de la explosión.
A Rabbani, se le atribuye responsabilidad en el ataque sobre la base de un entrecruzamiento de llamadas con el teléfono de André Marquez y algunos domicilios en El Líbano, supuestamente de dirigentes de Hezbollah.
Al consejero cultural no sólo se lo vio recorriendo concesionarias en la avenida Juan B. Justo para comprar una Traffic similar a la usada en la voladura de la AMIA, sino que también abrió una cuenta en el Deustche Bank cuando retornó de la reunión de Meshad donde supuestamente se decidió el ataque y se cerró dos meses después del ataque terrorista. En un período muy corto pasaron por esa cuenta 150 mil dólares, que es una cifra mayor que la de todas las cuentas de la Embajada de Irán. Los días previos al atentado, el 4 y el 11 de agosto se retiráron 90 mil dólares en efectivo.
- Ahmad Reza Ashgari: También conocido como Mohsen Randjbaran. Diplomático iraní, acreditado en la Argentina como tercer secretario de la embajada de su país entre el 11 de julio de 1991 y el 8 de julio de 1994. Ashgari o la República de Irán deberían responder porqué este funcionario abandonó la Argentina diez días antes del atentado y seis días después del embajador Hadi Soleimanpour. El día anterior al atentado, también abandonarían sus destinos los embajadores de Irán en Chile y en Uruguay, quienes embarcaron en el mismo vuelo con destino a la ciudad alemana de Frankfurt.
Por otra parte, el tráfico telefónico al celular de Marquez se incrementa el 8 de julio que es cuando Ashgari abandona sorpresivamente el país, a pesar de que su misión concluía en octubre.
- Alí Fallahiyan: Desde 1988 fecha en que se hizo cargo de la jefatura de los servicios de inteligencia iraníes (VEVAK), Ali Fallahiyan, fue responsable de dos docenas de atentados cometidos contra disidentes políticos en distintas partes del mundo. En septiembre de 1992 un tribunal berlinés estableció la responsabilidad del entoncesjefe del Estado Ali Akbar Rafsanjani, el máximo líder religioso Ali Jamei y el jefe de los servicios secretos Ali Falahiyan en el asesinato del opositor Kazem Darabi. Por esa causa,
Fallahiyan ya estuvo en la lista de los más buscados por Interpol al igual que el ahora fallecido jefe de operaciones de Hezbollah, Imad Fayez Mughniyeh, muerto en un atentado en Damásco, Siria en febrero de 2008.
Aunque algunos de estos funcionarios ya han pasado a cuarteles de invierno, el caso de otro de los prófugos reclamados por el juez Rodolfo Canicoba Corra hace l prácticamente imposible que el régimen de Teherán acceda a extraditar a los acusados: Ahmad Vahidi, sobre quien pesa una de las ordenes de captura es el ministro de Defensa del actual gobierno iraní.
Diario Miradas al Sur
26-09-2010