La saga de la familia Kirchner permite comprender algunas aristas de la personalidad de ese nieto y bisnieto de inmigrantes suizos que se convirtió en presidente de la Nación y en uno de los personajes más influyentes de la historia reciente de la Argentina
Por Walter Goobar
Bertha Althaus había cumplido los siete años una semana antes que el vapor Apolo atracara en el puerto de Buenos Aires el 6 de febrero de 1884. Mientras descendía por la empinada escalerilla del barco, Bertha descubrió las primeras imágenes de la misteriosa ciudad de Buenos Aires: la marea humana de inmigrantes le hizo acordar a un pujante hormiguero de su suiza natal. En ella se centra el nudo de esta historia porque con los años se convertiría en la abuela de Néstor Kirchner.
Durante tres meses Bertha había viajado en un bergantín inglés que había partido de Ciudad del Cabo en Sudáfrica y la había desembarcado junto a su familia en Río de Janeiro. De allí se embarcaron a Buenos Aires en el Apolo.
Pero la odisea de esos campesinos suizos habia comenzado varios años antes, en 1878 cuando los padres de Bertha firmaron un contrato de migración que los llevó hacia Sudáfrica. Cuando partieron dejaron a Bertha y a su hermano Friedrich Jr. en Interlaken al cuidado de sus abuelos, Ludwig y Barbara. Durante los cinco años que la pareja y otros dos nuevos hermanos estuvieron en Sudáfrca, los abuelos cuidaron de los niños. Pero los Althaus no se adaptaron a las complicadas relaciones interraciales entre entre los nativos, los holandeses y los ingleses y decidieron emigrar a la Argentina cuando escucharon hablar sobre un asentamiento de colonias Suizas en la Provincia de Santa Fé. Pero antes de partir hacia América, Bertha, su hermano viajaron con los abuelos a reunirse con el resto de la familia. Después de cinco interminables años, Bertha se reencontraba con sus padres en Ciudad del Cabo.
Al instalarse en Argentina, Bertha acariciaba el sueño de que la familia por fin se reunificara, pero sufrió una nueva desilusión. Sus padres y sus hermanos menores se instaláron en Rosario, mientras ella y su hermano Friederich debían continuar viviendo con los abuelos en Colonia Roman, un pueblo al noroeste del departamento San Javier sobre la ruta provincial 1, junto a Friedrich (hijo) y Bertha, los mayores. La familia volvía a separarse y Bertha no se atrevió a preguntar porqué.
Friedrich, el padre de Bertha tenía tuberculosis y su salud se deterioraba rápidamente. No podía trabajar y sus hijos menores debieron mantener a la familia. Falleció el 6 de marzo de 1895, a los 41 años, en Colonia Romang, donde se encontraba por recomendación médica. Katarina, la madre de Bertha murió en Rosario el 1º de diciembre de 1912 aunque hoy está enterrada en Río Gallegos.
Mientras su hermano Friedrich Jr. fue talabartero y luego tuvo un almacén de ramos generales y un bar en Colonia Ella (hoy, Malabrigo), Bertha con solo 19 años se casó en 1896 con Gottlieb (Teófilo) Kaenel. La pareja tuvo cuatro hijos: Margarita Isolda, Ana, Clara y Amadeo. Kaenel era un hombre fuerte y robusto, pero su corazón no resistió las penurias economicas.
Acorralados por las deudas, la viuda escribió angustiosos pedidos de ayuda a sus hermanos hasta que a fines de 1912, Ida Emma la hizo viajar con sus hijos, a Río Gallegos para atender el negocio de su marido uqe era el dueño del Bar Coning ubicado en pleno centro de la ciudad.
El viaje a Gallegos no fue fácil. La vida que le esperaba a Bertha tampoco: sin transportes, caminos, ferrocarriles, ni comunicación telegráfica, el único contacto con el mundo era un barco de la Marina de Guerra que llevaba correspondencia y provisiones para sus 445 habitantes. Sin ebargo, con el tiempo, la familia de Ida Emma migró a Buenos Aires y la de Bertha se quedó para siempreen Río Gallegos.
Margarita, la hija mayor de Bertha, tenía 16 años cuando llegó a Gallegos y a los 19 se casó con Carlos Santiago Kirchner, un comerciante de ramos generales, que amasó una pequeña fortuna y una mala reputación como prestamista. El matrimonio de Carlos y Margarita dio a luz cuatro hijos: Néstor Carlos, Carlos Arturo, Delia Margarita y Zulema Bertha. El mayor, Néstor Carlos era un empleado del Correo que gracias a su trabajo conoció a María Ostoic, una joven telegrafista chilena de Punta Arenas. La pareja tuvo tres hijos: Alicia Margarita (hoy ministra de Desarrollo Social), Nestor Carlos (el ex presidente) y María Cristina. Su bisabuela Bertha, la que llegó de Suiza no alcanzó a conocerlos.