El publicista y estratega ecuatoriano Jaime Durán Barba, un especialista en la técnica de gobernar con imagen y sin propuestas, ha convencido a Mauricio Macri que el deceso del ex presidente le traerá muchos más problemas que ventajas electorales.
Por Walter Goobar
Una de las imprevistas consecuencias de la muerte de Néstor Kirchner será que el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, deberá resignar sus sueños presidenciales hasta 2015.
El publicista y estratega ecuatoriano Jaime Durán Barba, un especialista en la técnica de gobernar con imagen y sin propuestas, ha convencido a su cliente que el deceso del ex presidente le traerá muchos más problemas que ventajas electorales. Por lo pronto, Macri ya no puede apelar a la victimización y achacar su procesamiento en la causa del espionaje porteño a una persecución judicial orquestada por Néstor Kirchner. Esa estrategia de victimización potenciaba las chances electorales del procesado jefe de gobierno. En el nuevo escenario nada de esto existe.
El segundo problema para la candidatura de Macri es el crecimiento sostenido de la presidenta Cristina Kirchner en las encuestas, aunque los estrategas del PRO vaticinan que se trata de un fenómeno temporal.
La tercera complicación que vislumbran en el macrismo es una posible reunificación del peronismo, algo que comenzó a agitarse tras el fallecimiento del ex presidente. Si eso se diera, quedaría descartada la eventual conformación de un frente electoral entre el PRO y el Peronismo Federal, de cara a las presidenciales de 2011.
Estas razones llevaron al consultor ecuatoriano y a su cliente porteño a la conclusión de que es necesario buscar la reelección en la ciudad, postergando las ambiciones presidencialistas para 2015. Aunque Macri tardará en oficializar su decisión –porque puede generar un tembladeral en el PRO–, algunos dirigentes ya comenzaron a leer en las últimas entrevistas del ingeniero una renovada inclinación a hablar de la capital y a referirse con particular interés a los temas de gestión, que hasta el momento eran el plato preferido de su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta.
En este escenario de reelección, hay otros dos grandes “frustrados”: se trata de la diputada Gabriela Michetti y del jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta. Mientras la primera ventila su enojo básicamente en la red social Twitter, Rodríguez Larreta ha recibido la promesa de que será el compañero de fórmula de Macri. La irrelevancia de Rodríguez Larreta en las encuestas no sería un obstáculo, por cuanto la campaña local se centraría en la primera figura. Uno de los méritos que se le atribuyen a Larreta es que logró afianzar su control político del aparato macrista. Es que el hasta hace poco díscolo ministro de Espacio Público, Diego Santilli, aceptó finalmente subordinarse a Rodríguez Larreta y se alejó de Gabriela Michetti.
En el nuevo escenario, Michetti es –por ahora– la gran perdedora y sólo le quedaría continuar en su banca como diputada nacional. No es un secreto que Michetti murmura la posibilidad de romper el PRO y producir una crisis. Sin embargo, en el despacho de Rodríguez Larreta se escuchan frases despectivas. “Si quiere irse, que se vaya –dicen–, pero se va a ir sola.” Es que el PRO está diseñado como un partido de funcionarios y legisladores, o sea que todos sus dirigentes tienen que defender sus cargos, lo que minimiza la posibilidad de una fractura.
Diario Tiempo Argentino
14-11-2010