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Los desafíos azules de Nilda Garré

La ministro Nilda Garre -que hoy asume la nueva cartera de Seguridad-, buscará instalar una lógica de eficacia policial frente a la lógica permisiva que había reducido la función policial a un mero regulador del delito.Garré tieme el respaldo de Cristina Fernández de Kirchner para avanzar en lo que sus principales colaboradores llaman "Operativo bisturí".

Por Walter Goobar
La ministro Nilda Garre -que hoy asume la nueva cartera de Seguridad-, ya tiene el esquema de funcionamiento de su área y algo más importante: el respaldo de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para avanzar en lo que sus principales colaboradores llaman "Operativo bisturí".
Para realizar la reforma más grande de la que se tenga conocimiento en este tema tan sensible, Garré Buscará instalar una lógica de eficacia policial frente a la lógica permisiva que había reducido la función policial a un mero regulador del delito.
La Presidenta Cristina Fernández recibió este fin de semana el esquema propuesto por Garré y sus equipos técnicos para darle vida al nuevo Ministerio de Seguridad de la Nación.
Garré convocó a un puñado de expertos en la materia y la mayoría de ellos coincide en que una de las tareas prioritarias es poner en caja a la Policía Federal que a partir de la gestión de Julio Halac em la cartera de Justicia  ha ido autonomizandose de manera progresiva,al punto de desarrollar su propia doctrina en materia del uso de la fuerza.
Algunos expertos independientes  aconsejaron a Garré observar cuidadosamente el papel cumplido por la Federal  en los últimos doce meses y señalan como punto de inflexión los incidentes en noviembre de 2009 durante el recital de viejas Locas en la cancha de Vélez.
Según la versión policial, el descontrol comenzó cuando la gente quiso ingresar sin su entrada. Sin embargo, todos los testimonios coinciden en que fue la  policía la que actuó de manera provocadora difundiendo la versión de que no había más lugar en el estadio para los que tenían entrada.“Fue un desastre organizativo que reinstauró el uso de los carros hidrantes y de la caballería.
El ingreso al estadio se convirtió una odisea plagada de corridas y gritos, que dejó como saldo a 30 personas heridas -que fueron derivadas al hospital Vélez Sarsfield y Tornú-, y 40 detenidos, que recuperaron la libertad al dia siguiente. Aquello que pareció un episodio aislado, era ­en realidad-, el preludio de un sigiloso proceso de  autonomización de un comisariato que ­por acción o por omisión-,  propugna el retorno de la policía brava.
Una crónica puntillosa -o mejor dicho-, un mapa del delito consumado por los uniformados demostraría que este fenómeno se ha ido esacerbando: en julio último fueron pasados a disponibilidad nueve  oficiales y suboficiales de la comisaría 23 de Palermo por torturar a un menor. Según fuentes judiciales, una mujer policía sometió a uno de los tres menores  detenidos “a una descarga eléctrica” dentro de la emblemática seccional ubicada sobre la avenida Santa Fé.
Mo se trataba de un hecho aislado. Días antes de que se conociera este caso de apremios ilegales, la misma  comisaría había sido cuestionada por los delegados gremiales de un supermercado que tiene una sucursal en su jurisdicción. Luego de una protesta, personal de esa seccional, entró al supermercado, para  llevarse a los delegados por la fuerza. 
Si bien el jefe de la Policía Federal, Néstor Vallecas, ordenó el pase a disponibilidad de los nueve oficiales y suboficiales involucrados en el caso de torturas, él también parece ser el blanco de las acciones desestabilizadoras de un sector del comisariato incapáz de derrocar un gobierno, pero con probadas condiciones para esmerilarlo.
Por acción o por omisión, la policía no es ajena sino reguladora de una serie de delitos altamente rentables como la trata de personas, la prostitución, el megocio de los desarmaderos y el tráfico de drogas.
En la Ciudad de Buenos Aires, resulta ingenuo pensar que los fabulosos y rentables mercados minoristas de drogas ilegales, de autopartes desguazadas de automóviles robados y de servicios sexuales garantizados a través de la trata de personas no tienen protección policial ni abrevan en la conformación de un fabuloso dispositivo de recaudación ilegal de fondos provenientes de esos delitos.
Estos negocios espúreos  tienen dos denominadores comunes: por una parte, se trata de delitos imposibles de sostener en el tiempo sin negligencia grave, encubrimiento o posible participación policial, y -por la otra-, en todos los casos los extranjeros son funcionales como chivos expiatorios: la mafia es china, las prostitutas dominicanas, los que manejan la droga peruamnos, mientras que entre  los proxenetas aparecen los rusos.
Todos los expertos en la materia coinciden que sería
indulgente y cómplice negar que existe una asociación económica a “50 por ciento y 50 por ciento” establecida entre una veintena de comisarios ­siempre los mismos­ y las barras bravas de los clubes más grandes de la Ciudad de Buenos Aires.
En ese sentido, está claro que la regulación de actividades delictivas de alta rentabilidad, las torturas y el gatillo fácil no son un monopolio de la policía bonaerense sino que también se replican sin atenuantes en el ámbito de la Policía Federal.
No hay dudas que la seguridad será la gran apuesta y el gran desafío del Gobierno en 2011. Y no será para buscarle una solución puntual a los sucesos de Villa Soldati, tal como se entendió en un principio, sino para reformular el esquema completo de uno de los temas que más preocupan a los argentinos.
A estas horas, la ministro Garré seguramente ya ha calibrado los plazos y la forma que deberá emcarar laa inevitable purga y  la reformulación de la intocable Policía Federal, sin descartar una intervención del organismo y la colocación de un civil para comandarla y para dirigir la oficina de Asuntos Internos.
Si se tiene en cuenta que Nilda Garré ha convocado como asesores al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS),  al ex ministro León Carlos  Arslanian, a Marcelo Saín que fue el fundador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) ,  junto a otros especialistas  como Alberto Binder o Darío Kosovsky, lo que viene no será menor.
Alberto Binder es otro de los referentes del nuevo ministerio. Fue el responsable de las primeras reformas policiales en la Argentina y en una veintena de países del continente. Hoy, impulsa junto a cientos de entidades académicas, policías y expertos civiles un “pacto por la seguridad democrática” que implica, entre otras cosas, entender que el funcionamiento policial moderno no se basa exclusivamente en saber responder órdenes a lo tonto, sino en contar con capacidades para anticiparse a los delincuentes, para atraparlos y para resolver los casos que no se pudieron anticipar.
Los antecedentes de los referentes convocados  permite anticipar que  se pasará de una lógica de “respeto al poder instalado, aunque no funcione, por miedo” en la Policía Federal, a una que mida niveles de eficacia. Los críticos
de esta forma de manejar las cuestiones de seguridad sostienen que, si se toca a los policías y se rompe su lógica interna de autogobernarse, éstos podrían reaccionar bajando los brazos. La verdad es que ya lo han hecho.
La respuesta de Garré parece ser bastante más contundente: “con la seguridad no se negocia” y, por lo tanto, se reflejará en  postulados que estos equipos vienen trabajando desde hace más de una década:
- La reestructuración total de la Policía Federal, con una purga de sus cuadros que, en definitiva, no será lo más fuerte, sino el cambio de roles que se le asigne.
- La creación de una Agencia Federal de Investigaciones, al mejor estilo del FBI, con fuerte profesionalización civil de sus equipos, también se vislumbra en el horizonte.
Garré tiene ahora sobre sus espaldas la delicada misión  de ponerle el cascabel a una estructura que durante las últimas tres décadas se autogobernó y decidió uqe hacer de acuerdo a sus propios intereses que, generalmente, eran diferentes a los de los sucesivos Gobiernos. Ni siquiera las Fuerzas Armadas han sido tan refractarias a modernizarse como lo han sido los hombres y mujeres de azul..
Buenos Aires Econónomico
15-12-2010
 
 

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