Una aparente depresión hizo que el secretario de Comunicación Social del gobierno porteño, Gregorio Centurión, de 51 años, decidiera finalizar con su vida. La muerte del comunicador y amigo personal del jefe de Gobierno está vinculada a una causa por corrupción y al escándalo de las escuchas ilegales.
Por Walter Goobar
Una aparente depresión hizo que el secretario de Comunicación Social del gobierno porteño, Gregorio Centurión, de 51 años, decidiera finalizar con su vida el domingo por la noche. La muerte de Centurióm -que era amigo personal de Mauricio Macri desde la escuela secundaria-, conmocionó al Gobierno porteño que suspendió la última reunión de gabinete de 2010, prevista para este lunes en el auditorio del Design Center de Recoleta.
Después del entierro, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, rompió el silencio sobre la muerte de su comunicador
y admitió que fue un golpe personal muy duro por los años de amistad que lo unía al funcionario fallecido.
"Era un hombre que hablaba muy poco, muy introvertido, muy especial, tenía una linda familia, no entiendo que pudo haber pasado por su cabeza para llegar a semejante confusión" , se lamentó Macri, sin mencionar que la decisión de quitarse la vida está vinculada a una causa por corrupción y al escándalo de las escuchas ilegales.
Sobre el funcionario que fue compañero de colegio de Macri en el Cardenal Newman, pesaba una denuncia penal realizada en octubre pasado por la legisladora de la Coalición Cívica Rocío Sánchez Andía por malversación de fondos, incumplimiento de los deberes de funcionario y negociaciones incompatibles con el ejercicio de sus funciones. El manejo de 20 millones de pesos destinados a publicidad oficial estaba siendo objeto de investigación por el Juzgado de Instrucción Criminal 6, a cargo del juez Gustavo Pierretti.
La denuncia describe que Centurión encabezó una "estructura corrupta" en la cual era práctica común el pago de sobreprecios y la emisión de órdenes de publicidad a firmas regenteadas por los mismos funcionarios que la integraban.
El pasado 25 de noviembre -mientras Macri disfrutaba de su luna de miel-, una brigada de la división de Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal allanó en horas de la madrugada el primer piso de Bolivar 1, que es donde funciona la dirección de Planeamiento de Medios de la Secretaría que manejaba Centurión. Como resultado del allanamiento, se obtuvo documentación de la computadora de Rubén Azcárate, director de Planeamiento de Medios, y de la asesora contable de la cartera, Alejandra Suárez, ambos también acusados de derivar una porción de la pauta oficial porteña a empresas vinculadas con Azcárate.
En la causa está acreditado que Azcárate le entregaba contrataciones directas a tres empresas, por lo menos, de ex socios o socios. Las firmas son Media Estrategy S.A., Central Media S.A., y Devicom S.A., que comparten domicilio, directorio y una tiene en su composición original a Azcárate como miembro del mismo.
Por otra parte, los socios de Azcárate en Media Strategy, Hugo Martino y Gustavo Novillo, controlan a través de las empresas Fiofio y DVCM Media Group la radio "El Mundo", una de las emisoras más beneficiadas con la pauta PRO.
Pero además se denuncian otras dos irregularidades. Primero: que el Gobierno libró órdenes de publicidad por 7 millones de pesos a Bernini Medios S.A., una empresa relacionada con la asesora contable de la Secretaría, Alejandra Suárez. Es que su marido, Marcelo Constanzo, preside la compañía en cuestión y es, además, amigo de Azcárate.
Gregorio Centurión tenía sobradas razones para estar angustiado: en los próximos días iba a ser citado a declaración indagatoria por esa causa.
Dentro del mismo gobierno su situación era muy tensa y ningún referente había salido públicamente a defender la gestión de Centurión al frente de la secretaría. Peor aún, en privado reconocían que el jefe de Gobierno estaba muy enojado con la situación, a tal punto que se había ordenado no dar vista al expediente que se tramitaba en la Justicia.
Con este desenlace, la acusación contra Gregorio Centurión se archivará, pero no sucederá lo mismo para Azcárate ni para Suárez, que podrían ser citados por la Justicia cuando se terminen de procesar los datos recabados en el allanamiento, que incluyen mayor detalle en las facturas y las contrataciones irregulares.
Además de ex gerente de Socma, Centurión fue uno de los cofundadores de Compromiso para el Cambio, el núcleo partidario original de Macri, que al confluir con Recrear, el Partido Federal y sectores del peronismo y el radicalismo porteño dio por resultado el PRO. Sinembargo a partir del escándalo de las escuchas telefónicas, su relación con Macri entró en un cono de sombra.
En septiembre de 2009 cuando arreciaban las acusaciones contra el líder del PRO, Centurión libró una sorda batalla contra el secretario general del Gobiernoporteño, Marcos Peña que pretendía desplazarlo de la secretaría de prensa.
Centurión perdió esa interna cuando otro ex compañero de Macri y suyo -Nicolas Caputo-, inclinó el fiel de la balanza de poder en favor del impetuoso Peña. Miguel de Godoy remplazó a Centurión para tratar de amortiguar los daños que el escándalo del espionaje estaban causando a Macri.
En los últimos meses, Centurión hizo más espaciadas sus apariciones en público, y algunos dirigentes del macrismo sólo recuerdan haberlo visto por última vez y “muy demacrado” en el casamiento del jefe de Gobierno.
Además de la declaración indagatoria en la causa por desvío de fondos publicitarios, Centurión también se vio implicado hace unos dias en el escándalo de las escuchas ilegales. El ex director del canal Ciudad Abierta, Juan Puigbó, declaró ante la Comisión Investigadora que durante su gestión, por orden de Gregorio Centurión, el espía Ciro James había pedido una cámara al canal -en nombre del Ministerio de Educación- para filmar una marcha de docentes que sucedió en septiembre de 2009.
Puigbó reconoció el método como usual, “desde distintas áreas del Gobierno solicitaban cámara y camarógrafo”, dijo, pero cuando detalló los mecanismos de la forma de entrega, reconoció que “la cámara sola no se le prestaba a nadie, siempre iba con el camarógrafo del canal”. También, ratificó haber negado el permiso de ese pedido del espía James.
Diario BAE
12-12-2010