El informe constató hace ya un par de años la presencia generalizada de niños y niñas prostituidas en todas las ciudades del país.
Por Walter Goobar
“Las nenitas van, el tipo se hace el bueno y les da unas monedas o les dá morfi, el morfi es un enganche...(...)están también los que les dan a los pibes Poxi-ran y bueno con eso los arreglan...y no les pagan por el servicio. A las pibitas de 10, 11 si no se apiolan las pasan, las repasan. Lo que pasa es que a una piba de esa edad nadie le dice la posta, no entiende nada... Cuando estaba en la calle...yo tenía 13 pero había pibitas de 10 que iban por unas monedas”, cuenta Sharon quien se inició en la prostitución a los 13 años. Su relato de la nena con las monedas en la mano que parece calcado del caso de la nena de ocho años encontrada esta semana en un hotel alojamiento de Salta, forma parte de la primera investigación sobre la explotación sexual infantil en la Argentina y fue realizado por Unicef. El informe constato hace ya un par de años la presencia generalizada de niños y niñas prostituidas en todas las ciudades del país.
La investigación no incluyó estadísticas, debido al carácter clandestino y delictivo de la actividad, y a que se trata de una realidad negada o invisibilizada por la sociedad. Otro tanto ocurre con la paidofilia: “cuando algún hecho resonante se hace público, se lo presenta como un caso de perversión o de paidofilia, y no como una violación de los derechos elementales del niño. Y de este modo se quita responsabilidad a la práctica sexual con menores”, afirma la socióloga Silvia Chejter responsable del estudio de Unicef que incluyó 320 entrevistas de las cuales 83 eran con menores prostotuidos en distintas ciudades del país.
"Salimos a buscarlos y los encontramos, tanto en la calle como en boliches caros de la Recoleta", afirma la investigadora. De los 83 chicos consultados, 44 tenían entre 13 y 15 años, y otros 25, menos de 13 años. Más del 80 por ciento de los entrevistados se iniciaron antes de los 15 años, y en muchos casos fue también su primera experiencia sexual.
Tanto en Capital, Puerto Madryn, Resistencia, Posadas, Córdoba y Neuquén, asi como localidades del interior de esas provincias se encontraron menores en prostíbulos, saunas, cabaréts, whiskerías, pubs, boliches con trastienda, discotecas y en la calle. En todas esas ciudades se detectaron prácticas sexuales en contextos pobres, burgueses y lujosos. "En el interior hay discotecas bien ambientadas, que buscan a chicas de clase media y alta para desfiles en ropa interior. Entran por el atractivo de la noche y la vida no rutinaria, y quedan enganchadas en la prostitución", cuenta Chejter.
La explotación sexual de menores es un sistema organizado. Lo prueban los métodos y estructuras de reclutamiento, la intermediación, la coacción para retener a los chicos, el vinculo con el negocio de la noche y en algunos casos con la droga, el tráfico de zonas rurales a urbanas y viceversa, e incluso la "importación" de chicas desde países latinoamericanos como fue el caso de las dominicanas.
“Eso de los 18 años no es para las pobres...Los pobres pasan de chicos a grandes...”, dice una de las entrevistadas. Sin embargo, aunque la pobreza y la situación familiar son condicionantes, no son determinantes para facilitar la prostitución infantil. "Familias violentas, desintegradas, abandónicas, represoras o explotadoras pueden darse en cualquier clase social", sostiene Chejter. “La explotacion sexual no se explica solo con la pobreza. La
posibilidad de uso del cuerpo tiene que ver con otra dimensión que la economía no logra explicar”, agrega la investigadora
LOS CLIENTES
La prostitución infantil existe, porque hay hombres que pagan por ella, desde obreros hasta ministros. “Los clientes son abogados, arquitectos, médicos, obreros, estudiantes, artistas, jueces, diputados, ministros y policías. Puede ser cualquiera, tanto en solitario como en grupo", afirma Chejter y remarca que puede tratarse de paidófilos o no, aunque desde el punto de vista de la víctima el resultado es el mismo.
El comisario Arturo Balsalobre, titular de la división Delitos contra menores de la Policía Federal coincide con Chejter que la presencia de una nena en un hotel alojamiento es moneda corriente en todo el país:”Los propietarios hacen la vista gorda y no ejercen su poder fiscalización. Si la criatura no hubiera gritado es probable que nadie hubiera dicho nada. El silencio cómplice y la falta de legislación adecuada hacen que este tipo de delitos sean muy dificiles de investigar y de probar porque se esgrime que ocurren en la instancia privada”, afirma el policía. Uno de sus subordinados recuerda el caso de un hombre de 70 años que fue filmado cuando levantaba en su auto a una menor, la cámara también registró cuando ingresaban a un hotel y el momento de su detención. La chica fue enviada a un instituto de menores pero el septuagenario salió libre al otro día.
“En el interior encontramos varias historias como la de María Soledad Morales —agrega Chejter—. Conocimos a chicas que por mil pesos fueron a una quinta por un fin de semana, las obligaron a drogarse, las reventaron y salieron con conmoción cerebral. O el de una chica que se suicidó porque cuando abrió la puerta a un cliente, se encontró con su tío Los testimonios recogidos por los entrevistadores provocan escalofríos. "Varios chicos de 16 años nos contaron que, ante el reproche del cliente de que era ''viejo'', le contestaron: ''Si querés uno más pibito, te llevo a mi hermanito'', cuenta Chejter.
“Empecé a trabajar, pero no porque yo quería. Mi novio me dijo que tenía que trabajar porque él quería comprar merca para vender (...). Un día vino y me dijo: ‘Mirá, tenés que ir con ese hombre, te lleva al hotel, vos le hacés lo que él quiera, te dejás que te haga...”. Forzada por un cachetazo de su novio, Sharon se inició en la prostitución cuando apenas tenía 13 años. Seguún el estudio de Unicef entre los consumidores de la prostitución infantil hay empresarios, abogados, policías, jóvenes y viejos, y que existen desde organizaciones con estructuras internacionales hasta proxenetas pequeños y explotadores familiares. Los lugares donde se ofrecen menores son variados: desde prostíbulos “de extraordinario lujo y privacidad” –a los que sólo se accede a través de “contactos” y donde únicamente se admite pago con tarjetas de crédito– hasta la calle. El reclutamiento “no se reduce a los niños y niñas sometidos a condiciones de pobreza”. La prostitución alcanza también a chicas y adolescentes de clase media y alta.
Las entrevistas revelan que, salvo escasas excepciones, el inicio en la prostitución no es espontáneo: “Más que elegir, han sido elegidos”, indica el estudio. “Aun en casos de niñas y niños que ‘pertenecen’ al ‘ambiente’, es decir, que se han criado en un prostíbulo o en familias en las que madres o hermanas eran prostituidas, siempre existe la intervención de un reclutador o proxeneta”. Entre los principales hallazgos del estudio figuran los siguientes aspectos:
El reclutamiento no se reduce a los niños sometidos a condiciones de pobreza o los chicos de la calle. La prostitución se nutre de menores “expulsados” por familias sin distinción socioeconómica: familias violentas, desintegradas, autoritarias o explotadoras.
La mayoría de los menores ingresó al comercio sexual antes de los 15 años. El mayor grupo lo hizo a partir de los 13, pero también fueron encontrados inicios más tempranos, entre los 8 y los 11.
La explotación sexual infantil se da en los más diversos espacios y localizaciones, en prostíbulos, en cabarets, whiskerías, pubs, boliches -tanto pobres como lujosos, y de todas las categorías en cuanto a status–, y también en la calle.
EL PEDERASTA
El pederasta siempre ha sido un tipo solitario que ha llevado su desviación en silencio y con vergüenza frente al temor que despierta la condena social. Sin embargo, gracias a Internet, los pederastas han empezado a recuperar su autoestima. Además de usar la red para establecer relaciones con niños en los chats (de forma parecida a como anteriormente lo hacían en la sección de contactos de las revistas para niños y adolescentes); también se comunican entre ellos, intercambian información, estrategias y pornografía. Por ese motivo, la lucha contra la paidofilia en los países occidentales se centra en Internet. Especialmente en Estados Unidos, pero en realidad en todos los países, hay brigadas policiales que se dedican a la caza del pederasta. Aparte de buscar distribuidores de pornografía infantil (normalmente grupos mafiosos de Europa del Este), para atrapar a los pederastas siguen dos estrategias: los policías entran en los chats o en grupos de noticias haciéndose pasar por otros pederastas con ganas de hacer amigos con intereses comunes o por niños de doce años particularmente inocentes y receptivos. Así, en una especie de parodia de las clásicas técnicas de los paidófilos, se ganan su confianza hasta tenderles una trampa.
“La policiá estadounidense desmanteló una red de pornografía infantil y de manera casi rutinaria nos envió un disquette con uiformación sobre los clientes argentinos que consumían miles de dólares de esos servidores. En ese disquette estaban los numeros de tarjetas de crédido de más de un paidófilo, pero ningún jez nos hubiera autorizado a pedir la nomina de los titulares de todas esas tarjetas de crédito. En otros países se hace inteligencia criminal sen busca de potenciales paidófilos, pero nuestra legislación no lo permite”, explica el comisario Balsalobre, quien admite la posibilidad de que en Argentina existan redes de producción de videos y fotos de pornografía infantil y turismo sexual que aún no han sido detectadas. “ Si es que existen, es en una escala pequeña o están muy protegidas”, dice el jefe de Delitos contra menores de la Policía Federal, que tiene bajo su írbita la página www.miisingkids.com.ar.
“Aunque se denominen “amigos de los niños” solo basta ver la pornografía que consumen para convencerse que se trata de una sociopatía y no de una elección de vida”, agrega otro policía de la división indignado con un juez que absolvió a un acusado argumentando que solo se trataba de imágenes virtuales porque no habían podido identificar a la víctima
La página argentina www.pedofilia-no.org que se encarga de denunciar sitios en Internet con pornografía infantil, reivindica haber conseguido eliminar 1754 sitios pedofilos de la red. La misma página mantiene un foro donde pederastas avergonzados piden ayuda y reciben respuestas muy variadas de gente que ler recomienda rezar o suicidarse.
Sin embargo siempre hay gente que lucha contracorriente y forma asociaciones de pederastas como la NAMBLA (North American Man-Boy Love Association) que todos recordarán por el capítulo de South Park en el que Cartman y sus amigos ingresan en ella. Estos tipos insisten en la idea de que es absurdo que esté penado mantener relaciones sexuales consentidas entre adultos y menores. Una de los temas por los que más luchan actualmente es para que se les permita mandar su revista gratuitamente a condenados por pedarastía. Al parecer, aunque solo contiene material legal, las autoridades consideran que perjudica el tratamiento psicológico y la posible reinserción de estos en la sociedad.
Según estadísticas policiales norteamericanas los paidófilos son reincidentes en un 400 por ciento, superando ampliamente a los violadores. Por ese motivo, las organizaciones que luchan contra la paidofilia insisten en la necesidad de que se publiquen listas con el nombre y la foto de gente que ha sido condenada por delitos sexuales con niños y estan en libertad, De esa manera se intenta concientizar a los padres para que no confíen en ese vecino amable que acaricia la cabeza de sus hijos y les pregunta qué tal les va en el colegio.
RECUADRO 1
* El abogado y empresario Simón Hoyos, fue encontrado el viernes pasado en un hotel alojamiento con una nena de ocho años, El llanto de la criatura alertó a una mucana del motel que avisó al personal de seguridad y a la Policía, que detuvo al acusado. La nena fue encontrada en la cama de la habitación 23 del hotel alojamiento con una crisis nerviosa. A raiz del escándalo apareció otra presunta víctima de Hoyos.
* A comienzos de esta semana fue detenido en Bariloche el magnate petrolero venezolano Bernardo Eppstein de 71 años, acusado de corrupción de menores. El hombre mantenía contactos sexuales entre dos y tres veces por semana con menores de edad siempre distintas. Dos prostitutas le habrían entregado por lo menos seis niñas de barrios carenciados a cambio del pagp de 300 dólares. Se sospecha que las menores involucradas podrían ser muchas más.En caso de ser hallados culpables, tanto el cliente como las prostitutas podrían se condenados a penas que van entre los seis y los 15 años de cárcel.
* Esta semana un agente de Servicio Penitenciario que presta servicios en la Cárcel de Ezeiza fue detenido en su domicilio mientras intentaba abusar de un menor de 12 años. Ña Policía fue a la casa porque los vecinos escucharon que el chico lloraba y los llamaron.
Revista Veintitres