CAUSA AMIA

Las misiones de Vahidi en Argentina

Estar en la alerta roja de Interpol sospechado de haber participado en el atentado contra la AMIA en Buenos Aires en 1994, parece no ser un obstáculo para permanecer en el organigrama estatal de la República Islámica de Irán, o para moverse tranquilamente por el mundo como lo demuestra el caso del actual ministro de Defensa de ese país, Ahmad Vahidi, quien pudo irse de Bolivia de manera precipitada, con lo que se perdió la posibilidad de detener a una figura clave para el esclarecimiento de los atentados terroristas perpetrados en la Argentina.

Por Walter Goobar Para Tiempo Argentino
Estar en la alerta roja de Interpol sospechado de haber participado en el atentado contra la AMIA en Buenos Aires en 1994, parece no ser un obstáculo para permanecer en el organigrama estatal de la República Islámica de Irán, o para moverse tranquilamente por el mundo como lo demuestra el caso del actual ministro de Defensa de ese país, Ahmad Vahidi, quien pudo irse de Bolivia de manera precipitada, con lo que se perdió la posibilidad de echarle el guante a una figura clave para el esclarecimiento de los atentados terroristas perpetrados en la Argentina.
Según un listado elaborado por la Unión Europea el 24 de junio de 2008, Vahidi es una persona vinculada a la proliferación nuclear de Irán y al desarrollo de sistemas vectores de armas nucleares. Por ese motivo, la Unión Europea recomienda a sus Estados miembros congelar fondos destinados a su ministerio e impedir la entrada de Vahidi o el tránsito por sus territorios.
En ese mismo listado de la UE, se recuerda que como comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán y de la Fuerza Quds, Ahmed Vahidi formó parte de los cuadros que organizaron junto al Hezbollah libanés el ataque contra la AMIA.
Mientras la justicia argentina sostiene que Vahidi participó en la reunión realizada en la ciudad de Meshad donde se decidió perpetrar el atentado contra la mutual judía, otras evidencias recopiladas por el autor de esta nota para el libro El tercer atentado (Ed. Sudamericana, 1996) revelan que desde los primeros meses de 1993, agentes de los servicios de inteligencia iraníes o integrantes de las Brigadas Quds –que estaban bajo el mando de Vahidi–, realizaron unas 70 misiones de reconocimiento en la Argentina.
El jefe de la base logística de las Brigadas Quds, Kamal Zare, estuvo dos veces en Buenos Aires y prácticamente no visitó la embajada de Irán. Zare ingresó con un pasaporte común –no diplomático–, y permaneció tres días en la primera oportunidad y 45 la segunda.
El rastreo de esas misiones de reconocimiento fue posible gracias a la experiencia aportada por el juez Jean-Louis Bruguiere, encargado de la lucha antiterrorista en Francia. El magistrado indicó que, en la mayoría de los casos, los agentes iraníes viajaban con billetes de avión emitidos en Teherán por instituciones-pantalla como la Compañía de Radio y Televisión iraní (IRIB).
Según Bruguiere, “la IRIB forma parte de una organización con metas criminales ordenada según un esquema tripartito: Cancillería, IRIB y ministerio de Telecomunicaciones”.  
Bruguiere que ha resuelto casos tan delicados como el asesinato del ex premier iraní Shapur Bajtiar, describía al IRIB como “la agencia de viajes del terror”.
“En la preparación de los atentados, en la eliminación de los opositores y la infiltración en países extranjeros, la IRIB juega un papel fundamental, porque proporciona pasaportes de servicio, billetes de avión y motivos oficiales para la presencia de ciertos personajes en los países visitados”, sostiene el magistrado francés.
La pista señalada por el experimentado Bruguiere demostró tener bases reales en Argentina: entre octubre de 1991 y noviembre de 1993, por lo menos tres delegaciones de la Compañía de Radio y Televisión iraní (IRIB) visitaron la Argentina. Ziaeddin Ziali, uno de los personajes más influyentes de los servicios secretos iraníes, integró una de las comitivas.
Después de esos viajes, el clérigo Moshen Rabbani que en ese momento dirigía la mezquita Al Tawhid de Floresta comenzó a mostrar un marcado interés por las camionetas Traffic.
Por su parte, el juez de instrucción suizo Roland Chatelain que tuvo a su cargo la investigación del asesinato del opositor iraní Kazem Rajavi estableció una clara diferencia entre “los mercenarios enviados por el régimen para matar” y las misiones de reconocimiento.
El magistrado helvético sostuvo que “existe una clara coordinación entre la Brigada Quds dirigida por Vahidi, el ministerio de Inteligencia y Seguridad dirigido por Fallahiyan, la cancillería iraní y los embajadores. De acuerdo con los resultados de su pesquisa, la lógica funcionaba de la siguiente manera: “La Brigada Quds –a cargo de Vahidi–, asumía las operaciones terroristas, la embajada brindaba la base logística y el Ministerio de Inteligencia distribuía las informaciones recabadas luego de las misiones de reconocimiento.”
Tiempo Argentino
02-06-2011