Obama y los herederos de Osama

Al Qaeda nombró al cirujano egipcio Ayman al Zawahiri como sucesor del asesinado Osama bin Laden, y prometió “que no habrá descanso en su Guerra Santa contra los EE UU e Israel”. Mientras Osama bin Laden priorizaba la idea de combatir contra “el enemigo lejano” (“Cruzados y judíos”), el nuevo rumbo de Al Qaeda estará determinado por las características personales de cuatro dirigentes que integran el Consejo o Sura de la organización.

Por Walter Goobar
A finales de abril, el presidente de los EE UU, Barack Obama aprobó tres asesinatos: el de Osama bin Laden consumado en Pakistán el 2 de mayo, el del líder libio Muammar Khadafi que falló por poco, y el de Anwar al Awlaki, un clérigo musulmán nacido en los EE UU que está en Yemen. El Pentágono admitió que se efectuó un atentado contra la vida de Al Awlaki mediante un avión no tripulado el 5 de mayo, pero erraron al blanco matando a los tripulantes de otro vehículo.
Obama no es el primer presidente de los EE UU que recurre a los asesinatos políticos, pero tal vez sea el primero que los usa como una herramienta para garantizarse una reelección. El Nobel de la Paz parece haber dejado de lado el diploma de Harvard que lo acredita como profesor de Derecho Constitucional para lanzarse a una aventura de contraterrorismo de grueso calibre en la era post Bin Laden.
El jueves de la semana pasada, Al Qaeda nombró al cirujano egipcio Ayman al Zawahiri como sucesor del asesinado Osama bin Laden, y prometió “que no habrá descanso en su Guerra Santa contra los EE UU e Israel”.
Aunque Al Zawahiri ha sido el líder adjunto de Al Qaeda durante los últimos 15 años, algunos informes previos señalaban a otro personaje en las sombras como el sucesor de Bin Laden: el comandante egipcio Saif al Adel, un militar profesional que carece de credenciales ideológicas. Lo que hubiera permitido corroborar la hipótesis de que el asesinato de Bin Laden se inscribe en la necesidad estadounidense de reciclar nuevamente a Al Qaeda como su brazo armado en el Medio Oriente, como lo fue durante la ocupación soviética en Afganistán y como lo viene siendo en el intento de derrocar a Khadafi.
Saif al Adel es el alias de un oficial retirado de la inteligencia egipcia (o de las fuerzas especiales) llamado Muhammad Ibrahim Makkawi. Al Adel es el líder del comité militar de Al Qaeda y retornó al área tribal de Pakistán en 2010 después de ser liberado de su detención en Irán. Mientras Osama bin Laden priorizaba la idea de combatir contra “el enemigo lejano” (“Cruzados y judíos”), el nuevo rumbo de Al Qaeda estará determinado por las características personales de cuatro dirigentes  que integran el Consejo o Sura de la organización. El experto en movimientos islamistas Murad Batal al Shishani ha cuantificado que un 70% de los discursos y apariciones mediáticas del asesinado líder de Al Qaeda se concentraban en el enemigo lejano, un 20% consistía en consejos generales e instrucciones a los fieles enrolados en la Guerra Santa, y sólo un 10% se dirigía al derrocamiento de regímenes locales del “enemigo cercano”: los regímenes “apóstatas” en el mundo musulmán.
A diferencia de Bin Laden, Al Zawahiri se concentra más en el enemigo cercano, lo que se debe a su historial como dirigente de un grupo islamista egipcio antes de que adoptara el salafismo y se sumara al movimiento de la Guerra Santa internacional. Zawahiri fue uno de los fundadores de la Yihad Islámica egipcia, el grupo que en 1981 consiguió que una docena de soldados, que participaban en un desfile militar, asesinaran a tiros al presidente Anwar Sadat. Zawahiri, que había dirigido una clínica floreciente en un barrio cairota de gente adinerada, tenía mucho en común con Bin Laden: los dos eran ricos, venían de familias famosas en sus países de origen y habían sido educados en colegios de élite. Pero Zawahiri fue quien introdujo a Bin Laden en los conceptos de la guerra global. El enfoque de Al Zawahiri en el “enemigo cercano” ocupa un 50% de sus discursos. En contraste “el enemigo lejano” sólo representa un 15% de sus textos y el resto son consejos e instrucciones generales.
Los textos de los otros tres miembros del Consejo de Al Qaeda, Abu Yahya Al Libi, Abu Abdulrahman Attiya Al Libi y Abdul Majid Abdul Majid reflejan una falta de enfoque similar en la lucha contra el enemigo lejano. Esto sugiere que el núcleo central de Al Qaeda se concentrará en el futuro en ataques contra enemigos cercanos. En su panegírico del 8 de junio para Bin Laden, Al Zawahiri hizo llamados explícitos a la Guerra Santa contra el enemigo cercano en Pakistán, Siria, Yemen y Libia.
Al Qaeda tiene una división funcional entre dirigentes políticos-ideológicos y jefes militares. Un cambio de las estrategias amplias aumentaría los roles de ciertos dirigentes de ambos grupos. Por ejemplo, Al Zawahiri se basaría en dirigentes que prefieran atacar a enemigos cercanos, como su antiguo compañero Abu Muhammad Al Masri (también conocido como Abdullah Ahmad Abdullah).
La concentración en el enemigo cercano será el primer desafío para la dirigencia de Al Zawahiri. No hay dudas de que la retórica de Al Qaeda promoviendo la Guerra Santa violenta ha tenido poco efecto en los jóvenes que se movilizan  por el cambio político en las calles del mundo árabe, lo que también afecta su base de reclutamiento.
Si la violencia política sigue aumentando en Libia, Siria y Yemen, ofrecería nuevas oportunidades para un movimiento que siempre se ha sentido atraído por las áreas en crisis.
Bajo la dirigencia de Al Zawahiri, Al Qaeda se orientará más contra el enemigo cercano, pero esto dependerá de los acontecimientos en el mundo árabe y de la dirección de los movimientos de oposición popular. Aunque el cirujano egipcio jugará un rol importante como nuevo líder de Al Qaeda, la influencia de diversos ideólogos implicará que el movimiento será dirigido de una manera más colectiva.
Tiempo Argentino
25-06-2011